20 de agosto de 2011

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La Ley de "cubaneo ajustado"

Claudio Reyes

Les diré, queridos amigos, que acá en España las cosas no están como quisiéramos. No sé, cada vez que los socialistas se hacen del poder, a los pocos meses todo el mundo se da cuenta de quiénes son los que mandan, pues el bolsillo se vacía más rápido que de costumbre y para llenarlo es necesario hacer una cantidad de cortes que si fueran pelos se quedaban calvos. Vaya, que si el gobierno hiciese los cortes a los cuales nos obliga a nosotros los que trabajamos (yo no trabajo, pero los otros, digo yo) es posible que todo anduviese mejor.

No les voy a contar en detalles porque me imagino que la prensa los haya mantenido informados, sobre todo esos personajes que nos gastamos por acá, que no quieren decir lo que son, pero yo sé que al menos son unos (…) por no decir comunistas. Me refiero a los “Indignados”, esta gente que tiene su derecho de protestar y exigir lo que ellos entiendan que sea justo, pero no tiene ningún derecho a molestar, interrumpir y mucho menos destruir la propiedad de otros. Qué os voy a pedir, si la gran mayoría de estos zánganos si le regalan un millón de euros a la semana ya se la han fumado u olido y si les preguntas te dicen que lo gastaron en fiestas, mujeres, dragas, tragos y otras boberías.

Pero donde se ha armado un bonito problema es en Miami. Sí, con eso del ajuste cubano. Claro, allá la gente de la línea dura no se tira a la calle, ni le da candela a nada y mucho menos le cae a trompadas a otro que esté en desacuerdo. Hasta ahora ha existido el orden y el respeto y los dos bandos están exponiendo ideas.  Así es como se hace y no como los vándalos de los indignados…

Pues nada de nada, que el “cubaneo ajustado” también está en crisis, pues claro, ¿dónde se ha visto que los cubanos lleguen a los Estrados Unidos buscando refugio y a los pocos meses, cuando han colectado cientos de dólares en ayudas y alimentos, se saquen un pasaje de ida y  vuelta adonde decían que les daban palos? ¡J..! Hay que ser estúpido para creerse ese cuento. Bueno así son los americanos de bonachones, pero todo tiene un límite. 

Otra cosa, ¿te imaginas que los cubanos se están buscando a los abuelos gallegos para hacerse miembros de la muy noble Unión Europea? Hacen unas filas bajo el sol caribeño -de horas- para poder hablar y casi llorarle al cónsul español. Luego que llenan los papeles y les dan el pasaporte, pues nada, a inventar el dinero para la tarjeta blanca, examen médico, pasaje, y lo que cuelga. Claro, eso lo paga el pariente que está afuera.

Pues nada, a volar, y entran por la Puerta de Alcalá como el mejor y se entran al Parque del Retiro pensando que no hace falta trabajar (por lo del Retiro) y nada, luego de un tiempito se van de vacaciones a Disney en Orlando y… de regreso nada, allá se quedan y le dicen a los americanos “Mira, rubio, ajústame que yo soy cubano”. ¡Señor mío! Si usted tiene donde vivir libremente y donde lo admitieron como ciudadano, ¡J..,  eso es traición como quiera que lo pongan! Y si no traición, un gran engaño a un país que lo quiso ayudar.

Creo que el jueguito -o más bien relajo- que han armado los “cubanos nuevos” les va a traer malas consecuencias a los que en Cuba esperan por llegar a tierras de libertad, pues la Ley de Ajuste está en la canalita para quitarla, o modificarla de forma tal que el huequito del filtro cada día es más pequeño y apretado.

Fíjate si la cosa es algo seria que los voceros castristas y los Castro ya no gritan contra dicha ley, ya se acabaron los discursos acusadores contra la Ley asesina que motiva a los cubanos a huir. No es el hambre y las necesidades, no es el abuso e injusticia, ni la falta de oportunidades, es la Ley de Ajuste la que empuja a los cubanos a partir como marinero, jineteros o refugiados. Ya no vociferan contra esta Ley Protectora, parece que como ven la candela cerca han decidido callarse.

Los Castro se dieron cuenta del buen negocio que es enviar “cubanos nuevos” a Miami. ¡Mejor que dos zafras azucareras! (¿De que azúcar hablo, si ni eso ya existe?). Llegó el pelón refugiado en una balsa o cruzando la frontera, y el buen americano le da trabajo, ayuda, médico y demás. El ya residente y no pelón refugiado, pagando una fortuna por el permiso de ingreso a Cuba, el pasaje y el pasaporte cubano, más la mudada que lleva para los parientes, se monta calladito y cabizbajo en el avión fletado luego de madrugar y esperar horas. Llega a la Cuba que dejó y que ahora lo recibe con las manos abiertas para seguir quitándole los dólares enemigos.

Lo triste del caso es que desde el aeropuerto de Miami ya se transforma. El pelón bullanguero y exigente que pide a gritos los viajes, se muestra silencioso y obediente. ¿Te lo puedes imaginar en Cuba? Ni respira profundo no vaya ser que lo acusen de acaparador y de visitar o ayudar a un opositor. Ni lo pienses, él no se mete en lío, el vive en la Yuma y lo de él es llevar fulas y gangarrias para el invento que tiene el primo.

Bueno, ahí os dejo con ese lío que se ha armado, pero cuidado, que poco a poco los castristas están fabricando su banco de votos en Miami, y al igual que en Venezuela va y les sale Aruca de alcalde o Joe García de senador en elecciones libres y limpias. Lo digo porque desde afuera se ve mejor y por acá en España ya se está viendo. Fíjate que un santero cubano en Sevilla se está lanzado para concejal y ése lleva a los ahijados a bautizar en Guanabacoa, pero él dice que tiene mucho apoyo con los exiliados que votan.

Claudio Reyes,
Chupandocramelo.blogspot.com

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