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DATOS Y
CURIOSIDADES
DE LONDRES
Por María Dominicis
Ahora que la capital
inglesa se ha puesto de moda por la boda del príncipe Guillermo, viene bien resaltar
algunos datos curiosos sobre esta gran ciudad.
1)
Londres es la fusión de dos ciudades de la antigüedad: London y Westminster. Los romanos la llamaron Londinium, los sajones Luundenwic
y Alfredo el Grande Lundenburg. Es
hoy la mayor ciudad de Europa; cuenta con más de siete millones y medio de
habitantes y en ella se hablan más de 300 idiomas.
2)
El metro de Londres, que ellos llaman “underground”
y también “tube”, es el más antiguo
del mundo, ya que fue construido en 1863. Si Ud. va a Londres, no pregunte por
el “subway”, pues esta palabra tiene
allí otro significado. Quien esto
escribe buscaba el metro y, al ver un cartelito que decía “subway” decidió bajar.
Descendió un montón de escalones, caminó un tramo y encontró al final
más escalones, éstos ascendentes. Los
subió y se vio del otro lado de la calle.
En efecto, “subway” se refiere
a un pasaje subterráneo que facilita al peatón el cruce de las calles con mucho
tránsito.
3)
Otra curiosidad se refiere al reloj Big
Ben, mundialmente famoso, que no se llama en realidad así. Big Ben
es el nombre de la campana de 13 toneladas que hay en la torre, pero por
razones que nadie ha podido explicar, el nombre se aplica hoy al reloj y se ha
olvidado la campana.
4)
Tanto en Westminster como en las
demás iglesias protestantes inglesas, llama la atención la total ausencia de
vitrales multicolores. Durante el
reinado de Enrique VIII, los protestantes destruyeron todos los vitrales,
muchos de ellos muy valiosos y con siglos de antigüedad, porque pensaban que la
representación de la Virgen y otras figuras y escenas religiosas fomentaba la
idolatría. Los vitrales fueron
sustituidos por vidrio transparente. No fue hasta el siglo XIX, con la
construcción de templos católicos, que volvieron a fabricarse vitrales en
Inglaterra. Observe la foto de arriba de la Abadía de Westminster y el curioso contraste de una construcción gótica
carente de las ventanas de vivos colores a que estamos acostumbrados.
5)
La Abadía de Westminster tiene un
récord mundial por el número de tumbas que se encuentran en ella. Muchos monarcas ingleses están enterrados
allí, por ejemplo, se ven, una junto a la otra, las tumbas de dos primas que
fueron enemigas en vida: la reina Isabel y Mary I, la hija de Enrique VIII y
Catalina de Aragón, a quien los ingleses llaman “Bloody Mary”. Pero allí se encuentran, no sólo miembros de la
familia real, sino también muchos personajes famosos, como Isaac Newton y
Charles Darwin. En el llamado “Rincón de
los poetas” están sepultados o representados en tarjas los más grandes
escritores ingleses: Chaucer, Shakespeare, Lord Byron, Dickens, Samuel Johnson,
John Keats, Kipling, Milton, Tennyson, Wordsworth y muchos más.
6)
En la plazoleta frente a la catedral de St. Paul se levanta la estatua de la
reina Ana. (1665-1714). Esta señora es
recordada sobre todo por dos hechos desgraciados: uno es el tamaño que tenía a
su muerte, no sabemos con certeza si por gordura, hinchazón, o ambas, que
impidió que la enterraran en un ataúd de dimensiones normales. Fue necesario confeccionarle un ataúd
completamente cuadrado. El otro infortunio
fue su incapacidad de darle un heredero al trono: tuvo doce embarazos que
terminaron en abortos involuntarios, y otros cinco que produjeron hijos, todos
muertos en la niñez. Su estatua está de
espaldas a la catedral. La tradición
popular dice que esta posición es intencional para indicar su actitud rebelde
ante Dios por no haberle concedido el don de tener descendencia, a pesar de sus
constantes rogativas.
7)
La Torre de Londres, gran atracción turística en nuestros días, alberga las
joyas de la corona, pero tiene una sombría tradición como cárcel y lugar de
tortura. En ella sufrió prisión y fue
decapitada Ana Bolena. La fantasía
popular atribuye a la Torre la presencia de varios fantasmas como el de Enrique
VI, el de Lady Jane Grey y el de la misma Ana Bolena, que merodea las cercanías
de la capilla donde fue enterrada con su cabeza debajo del brazo.
8) Los
“Yeomen Warders”, llamados también “Beefeaters” (comedores de carne), son
los guardias encargados de proteger la Torre de Londres. Sus uniformes - que pueden también verse en
las botellas de la ginebra “Beefeater”- son todavía los mismos diseñados para ellos a
finales del siglo XV. Se cree que el
origen del nombre “Beefeater” se debe
a que al principio se les pagaba con
suculentos trozos de carne de la despensa del rey. En aquella época en que sólo unos pocos
escogidos comían bien, el poder comer carne era un gran privilegio. Una
de las más importantes ceremonias diarias de los “Beefeaters” es la de cerrar las puertas a las 10 p.m. Esta ceremonia
tiene varias partes, incluye una presentación de armas y ha venido realizándose
diariamente por 700 años.
9) Uno
de los yeomen warders, denominado “Ravenmaster”, está encargado del cuidado y alimentación de
los cuervos que viven en los terrenos de la Torre. Se cree que hay cuervos en
la Torre de Londres desde el reinado de Carlos II (1630-1685). Según la leyenda, el día que falten los
cuervos la monarquía inglesa se derrumbará.
Por eso son cuidados con esmero y se les cortan las plumas de una de las
alas para que no puedan volar y escaparse.
Se trata de seis cuervos, pero en realidad hay siete, ya que siempre se
tiene uno adicional como sustituto.
10)
En el teatro St. Martin’s de Londres
se presenta la obra que tiene el récord mundial de más representaciones
ininterrumpidas. Se trata de “The Mousetrap” de Agatha Christie, que
ha permanecido en escena por 59 años consecutivos. El decorado no ha cambiado desde el primer
día y aún sigue el mismo reloj sobre la repisa de la chimenea. En el año 2000 se renovó el set por primera vez, pero los trabajos
se hicieron con tal rapidez, que no se perdió una sola representación. El libro de Guinness contiene muchos récords relacionados con la obra; por
ejemplo, que más de 300 actores y actrices han trabajado en ella y que el actor
David Raven la ha representado 4,575 veces. Al
público se le pide que no revele quién es el asesino y la autora prohibió que
la obra se publicase en Inglaterra mientras estuviera en el teatro, a fin de no
estropear el “suspense” para el público.
Sin embargo, sí se publicó en los Estados Unidos, aunque bajo un título
diferente: “Three
Blind Mice”.
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