El
domingo de la paz y de la fe
“Al anochecer de aquel día, el primero de la
semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo
a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: - Paz a
vosotros… "
Juan 20, 19-31
Hazme portavoz de tu paz, Señor,
con alegría y alejándome de la
tristeza
sintiéndome llamado y
comprometido
empujado y urgido a dar razón de
Ti.
Si como Tomás, pido pruebas de
tu existencia
muéstrame tu rostro por la
fuerza de la Eucaristía,
y, si como Tomás, no creo sino
después de ver,
hazme saber que Tú, Señor,
caminas a mi lado.
Y si las dificultades asoman en
el horizonte,
que Tú, Señor, despejes con tu
poder
aquello que entorpece mi labor
de mensajero
Porque en Ti confío,
porque en Ti espero,
y, de tu misericordia, agradezco
tus desvelos
y, de tu misericordia, añoro tu
abrazo
y, de tu misericordia, deseo la
paz verdadera,
la paz que Tú sólo das,
la paz que, sin Ti,
no puede alcanzar el mundo
Javier Leoz,
www.betania.es
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