Pensar no es
un delito
- Por Amelia M Doval
dovalamela@yahoo.com
Cuando la vida te lleva por caminos insospechados y
has nacido en Cuba, el pais de la mentira, siempre te queda la costumbre de
leer más allá de las letras y cuestionarte cada palabra, cada acción.
La alegría popular por la caída de un símbolo de la
muerte nos regocija pero, ¿qué hay en las noticias que no podemos entender? Me
preocupa cuando dicen que Osama Bin Landen, es uno de los 50 hijos de un señor
X. Si alguna vez usted ve a alguien parecido tenga en cuenta que pudiera estar
frente a otros 49, con características similares.
Un hombre buscado internacionalmente ha sido
capturado, muerto y en una “ceremonia musulmana” es tirado al mar. Nosotros los
cubanos sabemos de desaparecidos en el mar. ¿Quiénes estaban en el helicóptero
que además de llevarlo prisionero conozcan los pasos a seguir en un caso como
este? ¿Quién determinó escoger este tipo de entierro y no arriesgarse a
presentarlo al público? ¿Por qué apoyar todas las pruebas en el ADN y ni
siguiera utilizar la dentadura u otras partes del cuerpo que serían
determinantes?
Me preocupa que algunas noticias expresen la manera
detallada cómo se llegó a saber que uno de los hombres más buscados decidiera
vivir en una ciudad, dentro de un condominio, con muy poca guardia de seguridad
y sin protección área. De todos es sabido que los que utilizan la guerra de
guerrilla como método de lucha deben refugiarse en lugares inhóspitos porque la
estrategia es salir, atacar y volver al escondite.
En un principio se expone que se conoció de su
existencia por rastrear mensajes, ahora justamente sabemos que no existían
conexiones de teléfono, computadoras y justo hace una o dos semanas se
dio la noticia por todos los medios de la posibilidad de seguir nuestros pasos
a través del uso del celular. Se hace difícil imaginar que un hombre tan
maléfico descuidara estos pequeños detalles
La casa de Bin Laden, ha quedado destruida sin
acceso a pruebas contundentes en caso que algún organismo internacional pida
demostrar la veracidad de los acontecimientos.
En resumen me preocupa simplemente que no tengamos
foto alguna de Osama Bin Laden, no contemos con restos que nos lleven a pruebas
irrefutables sobre la realidad de los hechos, no existen gobiernos implicados
pues todo se hizo en absoluta privacidad, ni siguiera podemos contar con
revelaciones de los oficiales y soldados porque actuaron en secreto, de
noche y por aire. El anzuelo que nos trajo el pez, nadie lo conoce, ningún
guardia de seguridad puede testimoniar en el futuro.
Es probable que tantas preguntas no tengan
respuestas pero, sería interesante saber por qué ahora y no antes se dio la
operación, cómo entraron en territorio de otro país conociendo que existían
civiles en riesgo, y el gobierno desconocía de la operación. Son muchas
las preguntas aunque confieso que mis dudas no van opacar el sentimiento de
regocijo universal.
Lo más importante en todo este proceso sería no
olvidar que todos somos humanos y no estamos autorizados a excluir a otros y arrancarles
la vida. Los fanatismos son repudiables, no importa quién lo predique, si una
madre a sus hijos, un gobierno a su pueblo, una secta a sus adversarios y sobre
todo no debemos clasificar al conjunto por algunos actos de aquellos que toman
el poder para vengar su ira personal.
Mi última pregunta en medio de la euforia sería ¿cómo
es posible que en 52 años ningún gobierno de los EUA, nos ha querido regalar el
éxito de una operación tan riesgosa y secreta para librar al pueblo de Cuba de
tanta barbarie, hambre, muerte de niños, fusilamientos, robos, amenazas
nucleares, insultos, preparación de guerrillas en otros países, inclusión en
guerras suicidas, tráfico de drogas, por mencionar algunos? Aún nos pueden
quedar esperanzas antes de las elecciones.
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