16 de diciembre de 2010

BERTHE MARIE MORISOT

Un día de verano

BERTHE MARIE MORISOT

** Berthe Marie Morisot nació en Bourges, Francia, en el seno de una familia acomodada, en la que era tradicional la afición a las artes, aunque no por ello dejó de sorprender a su familia cuando eligió convertirse en una pintora profesional.

Su primer maestro de Berthe fue Guichard, y luego prosiguió su formación durante tres años en la Escuela de Bellas Artes de París.
En 1860, Jean-Baptiste Camille Corot tomó a Berthe como su discípula y la introdujo en los círculos artísticos. Fue el pintor que más influyó en ella hasta que conociera a Édouard Manet en 1868.

Durante su aprendizaje, tanto Berthe como su hermana, que también se decantaba como pintora, trabajaron en el Louvre al lado de Édouard Manet, que era entonces un joven pintor desconocido y uno de los copistas de obras maestras antiguas, trabajo que a la sazón estaba muy en boga. Berthe fue la que lo convenció a pintar al aire libre y lo atrajo al grupo de pintores que serían posteriormente los impresionistas. Manet, sin embargo, nunca se consideró impresionista, ni estuvo de acuerdo con exhibir junto al grupo.

En 1874, Berthe se casó con Eugène Manet, hermano menor del gran pintor y continuó firmando sus obras como antes de cambiar de estado, contra la costumbre francesa, según la cual, al casarse, la esposa emplea únicamente el apellido del marido.

La excelente posición social de que gozaban ambos cónyuges les permitió cultivar afectuosas relaciones de amistad con un corto número de amigos elegidos entre los mejores artistas de la época. Degas, Renoir, Pissarro, Monet y Édouard Manet eran visita asidua en el hogar de Berhe y Eugène. También la frecuentaba el poeta Stéphane Mallarmé, respetuoso admirador de Berthe, a quien debió la pintora que una de sus obras fuese adquirida por el Museo del Luxemburgo. 

 Mujer arreglándose

 El gusto de los impresionistas por perfeccionar el reflejo de la luz se manifiesta explícitamente en Mujer arreglándose, obra de una gran maestría en la que se muestra a una sensual mujer arreglándose el cabello. Degas escribió en una ocasión: "Lo fascinante no es mostrar la fuente de luz, sino el efecto que ésta crea”. Y tal parece haber sido la técnica que Morisot empleó en el cuadro. 

 Frente al espejo

También son muy conocidas Frente al espejo, en la que se muestra a una joven coqueta observándose frente a un espejo envuelta en una luz dorada y En el baile, que nos presenta a una bella joven morena, con un exquisito vestido blanco y su abanico de colores.

La pintora, al igual que Manet, fue un tanto reservada en su método y prefirió trabajar con un estilo más preciso y no tan abstracto como el resto de los impresionistas. Berthe Morisot pintaba la inmediatez, lo que veía en su vida normal.

Como mujer de la alta burguesía, estaba habituada a escenas domésticas, deportes campestres y un amplio círculo de mujeres y niños, ya que el mundo masculino les estaba vetado. Sus obras se centran en las mujeres, bien como protagonistas de un retrato, bien como estudios femeninos generales que muestran al individuo en su cotidianeidad. Asimismo atesoraban una sensibilidad femenina que se traslucía por la claridad de los tonos, los matices de los colores y la delicadeza de los valores.

La vida de Berthe Morisot se vio ensombrecida por la muerte de Édouard Manet en 1883, la de su esposo, Eugène Manet, en 1892, y posteriormente la de su hermana. Educó sola a su hija, Julie Manet, con quien mantuvo siempre lazos muy fuertes. Al morir a los cincuenta y cuatro años, confió su hija a sus amigos, Edgar Degas y Stéphane Mallarmé.

Berthe Morisot murió en 2 de marzo de 1895 en París y está enterrada en el cementerio de Passy en París. En la actualidad, sus pinturas pueden alcanzar cifras de más de 4 millones de dólares.

Fuente: http://arteninona.wordpress.com

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