7 de noviembre de 2010

DOÑA CONCHA, A LOS 16,
INÉDITA Y SONORA

Conchita Piquer grabó un filme sonoro 
cuatro años antes que "El Cantor del Jazz"

* A. ASTORGA / madrid

* Un maravilloso piqueriano convicto y confeso como Agustín Tena ofrece  al mundo cinematográfico y musical un hallazgo extraordinario: la primera película sonora en español —y una de las primeras del mundo del cine—, protagonizada por Doña Concha Piquer y fechada en 1923.

Se revela, pues,  al mundo el filme de once minutos que Lee DeForest rodó con Conchita Piquer en 1923, cuando ella tenía 16 «diciembres» y principiaba con el maestro Penella, su descubridor, autor de «El gato montés», su triunfal aventura artística en Nueva York. La cantante valenciana, que avanzado el siglo XX fue la dueña y reina indiscutible de la copla, se puso a las órdenes de DeForest, pionero del cine sonoro, nada menos que cuatro años antes de que se estrenara «El cantante de jazz», (de Alan Crosland, 1927), considerada la primera obra cinematográfica hablada porque contenía números musicales y algunos diálogos.

Agustín Tena explicaba a ABC el magnífico e inédito hallazgo: «Se trata de la primera película sonora mundial (antes se colocaba un señor con un tocadiscos y en muchas ocasiones apenas coincidían música e imagen; incluso en “El cantor de jazz” los discos se rayaban). Esta, es pues, la primera vez que cinta y sonido cohabitan en sintonía. En principio, la gente no lo aceptó porque estaba acostumbrada al cine mudo».

Agustín Tena tuvo noticias de esta película sonora sobre Conchita Piquer al leer la biografía que de la artista escribió Martín de la Plaza, que databa la grabación en el año 1927. Sin embargo, Agustín Tena persistió con su investigación y en la base de datos de internet www.imdb.com encontró la filmación, que la databa en 1923, «y eso es sagrado, es la biblia del cine».

Y descubrió al coleccionista, Mr. Zouhary, que vivía en Washington: «Es un hombre octogenario, y nos costó contactar con él. Al final, hablamos con su criada, que nos confirmó que tenía la película y nos anunció que nos enviaría por correo información al respecto. Nos dijo que la grabación estaba depositada en la Biblioteca del Congreso de Washington y datada también en 1923». Tena se desplazó hasta allí y consiguió los derechos: «El señor Zouhary nos puso un precio no impresioniante, no llegaba al millón de pesetas, para hacernos con la reproducción».

Esta joya cinematográfica incluye recitados, un cuplé andaluz, un fado portugués y una jota aragonesa interpretados por la Piquer, exhibidos en el cine Rivoli de Nueva York en el mismo año 1923. Los bailes y canciones, acompañados de castañuelas tocadas por la valenciana, fueron registrados en el sistema Phonofilm patentado por DeForest. Cuando Doña Concha, entonces Conchita a los 16 años, termina la grabación, mira al operador y le dice muy seria: «¡Stop!».

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