Camino de la Cruz
Sexta Estación
La Verónica limpia el rostro de Jesús
«SE DESPOJÓ DE SÍ MISMO
TOMANDO CONDICIÓN DE SIERVO»
(Flp 2,7)
TOMANDO CONDICIÓN DE SIERVO»
(Flp 2,7)
Fluye sangre de tus sienes
hasta cegarte los ojos.
Cubierto de hilillos rojos
el morado rostro tienes.
Y al contemplar cómo vienes
una mujer se atraviesa,
te enjuga el rostro y te besa.
La llamaban la Verónica.
Y exacta tu faz agónica
en el lienzo queda impresa.
hasta cegarte los ojos.
Cubierto de hilillos rojos
el morado rostro tienes.
Y al contemplar cómo vienes
una mujer se atraviesa,
te enjuga el rostro y te besa.
La llamaban la Verónica.
Y exacta tu faz agónica
en el lienzo queda impresa.
Si a imagen y semejanza
tuya, Señor, nos hiciste,
de tu imagen me revistes
firme a olvido y a mudanza.
Mayor es mi confianza
si en mi alma dejas huella
de tu boca que nos sella
blancas promesas de paz,
de tu dolorida faz,
de tu mirada de estrella.
para mostrar la modestia y el servicio
como la forma más perfecta de quererte.
Te secaré el rostro, Señor,
las manos y los pies en los que vives:
en los menesterosos, en los marginados,
en los silenciados por el odio,
en los discriminados.
Concédeme limpiar el rostro
del padre triste y de la madre abandonada,
y de enjugar las lágrimas
de los que tienen cansancio,
Porque así como dejaste tus facciones en el paño
con el que la Verónica limpió tu rostro bendito,
así dejarás también tu huella en mi alma.
del padre triste y de la madre abandonada,
y de enjugar las lágrimas
de los que tienen cansancio,
Porque así como dejaste tus facciones en el paño
con el que la Verónica limpió tu rostro bendito,
así dejarás también tu huella en mi alma.
Versos, Gerardo Diego
Reflexión, Santiago Soto Obrador
La Verónica Enjuga el Rostro de Jesús,
óleo de El Greco. Museo de la Santa Cruz, Sevilla
Via Crucis, 6ª Estación, Sainte-Anne-de-Beaupré,
Québec, Canada
Montaje: Ana Dolores García
Serie/pps Cuaresma 2009
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