9 de marzo de 2010


Camino de la Cruz
Sexta Estación

La Verónica limpia el rostro de Jesús


«SE DESPOJÓ DE MISMO
TOMANDO
CONDICIÓN DE SIERVO
»
(Flp 2,7)


Fluye sangre de tus sienes
hasta cegarte los ojos.
Cubierto de hilillos rojos
el morado rostro tienes.
Y al contemplar cómo vienes
una mujer se atraviesa,
te enjuga el rostro y te besa.
La llamaban la Verónica.
Y exacta tu faz agónica
en el lienzo queda impresa.
Si a imagen y semejanza
tuya, Señor, nos hiciste,
de tu imagen me revistes
firme a olvido y a mudanza.
Mayor es mi confianza
si en mi alma dejas huella
de tu boca que nos sella
blancas promesas de paz,
de tu dolorida faz,
de tu mirada de estrella.


Fuiste quien lavó los pies de otros hombres
para mostrar la modestia y el servicio
como la forma más perfecta de quererte.
Te
secaré el rostro, Señor,
las manos y los pies en los que vives:
en los
menesterosos, en los marginados,
en los
silenciados por el odio,
en los
discriminados.
Concédeme limpiar el rostro
del padre
triste y de la madre abandonada,
y de
enjugar las lágrimas
de los
que tienen cansancio,
Porque así como dejaste tus facciones en el paño
con el
que la Verónica limpió tu rostro bendito,
as
í dejarás también tu huella en mi alma.


Versos, Gerardo Diego

Reflexión, Santiago Soto Obrador
La Verónica Enjuga el Rostro de Jesús,
óleo de El Greco. Museo de la Santa Cruz, Sevilla
Via Crucis, 6ª Estación, Sainte-Anne-de-Beaupré,
Québec, Canada
Montaje: Ana Dolores García
Serie/pps Cuaresma 2009
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