28 de septiembre de 2009


El Primer Mártir de la Imprenta Cubana

Maria Teresa Villaverde Trujillo
ashiningworld@cox.net

1829-1852
El primer y único tipógrafo cubano ejecutado
por la santa causa de la Libertad de Cuba.
Primer mártir dentro del periodismo cubano,
quien fuera impulsor en La Habana del clandestino diario separatista
“La Voz del Pueblo Cubano”.


Eduardo Facciolo y Alba, hijo de una criolla y de un inmigrante genovés de ideas libertarias, nació el 7 de febrero, en el ultramarino pueblo de Regla, cercano a la ciudad de La Habana.

A pesar de su corta edad, el fusilamiento de Diego Gabriel de la Concepción Valdés, Plácido, en junio de 1844, marcó para siempre la vida a Eduardo manifestándose en protesta contra la cruel tiranía que ejercía España sobre Cuba, ocasionándole censura por parte de su padre y también de su padrino -el capitán pedáneo del pueblo de Regla- quien le reprende severamente.

A los 15 años de edad entró de aprendiz de tipografía y tiempo después se empleó en uno de los primeros periódicos cubanos "El Faro Industrial" -La Habana-, donde aun muy joven llegó a desempeñarse como editor, teniendo la oportunidad de conocer a Cirilo Villaverde, José María de Cárdenas y José García de Arboleya, así como a otros escritores y periodistas quienes le habían henchido los ideales revolucionarios.

Pero en 1851 cae prisionero el norteamericano John S. Thrasher quien era el director y se deja de publicar “El Faro Industrial”. Thrasher llevaba tiempo viviendo en Cuba y su estancia le llevó a amarle y comparar sus ideas de libertad con las de los cubanos en una época en que en nuestra Isla surgía un torrente de conspiraciones buscando la separación de la metrópolis española.

Es tiempo entonces en que la Junta Revolucionaria le propone al periodista Juan Bellido de Luna sacar un periódico clandestino para contrarrestar las injurias españolas, a su vez que propugnar por la independencia de Cuba. Anacleto Bermúdez y Porfirio Valiente conciertan colaborar y dan la encomienda a Bellido de Luna buscar a un tipógrafo de confianza.

Desde la Fortaleza de la Punta donde guarda prisión, Thrasher recomienda al joven Facciolo, y asegura que es un hombre de fiar. De esta manera, el joven se convierte en la mano ejecutora de la empresa, sumándose los impresores Santiago Spencer –a cargo de los enseres- y José M. Salinero -los tipos-. Con una pequeña rotativa controlan el trabajo y de manera subrepticia, logran poner en práctica el peligroso proyecto: se da inicio a la edición del periódico clandestino “La Voz del Pueblo Cubano” en junio 13-1852, Órgano de la Independencia, se autotitulaba.

En una vivienda en La Habana, y en su planta baja, se había instalado la imprenta. En ese almacén el tipógrafo Facciolo compuso el segundo número de dicho periódico. Juan Bellido de Luna se convirtió entonces en el Director y el joven en su Editor. Cuando estaba listo para entrar en prensa el cuarto número, fue detenido Facciolo y cinco de sus compañeros. Días antes Bellino de Luna había abandonado la Isla. El joven impresor asumió toda la responsabilidad.

Reducido a prisión, se le siguió un proceso sumarísimo. El Consejo de Guerra acordó sentenciar a los principales responsables a la pena de muerte en garrote vil. En atención a su corta edad, Dolsa, Gómez y Villamil, -integrantes del Consejo de Guerra- pidieron para Facciolo la pena de diez años de presidio en África, con la condición de no, -nunca más- regresar a la Isla. El 24 de septiembre, el Capitán General Don Valentín Cañedo no acepta la solicitud de clemencia y ratifica el veredicto.

Así moriría el joven patriota, héroe y mártir de la imprenta…aquel que horas antes de inmolarse escribió a la autora de sus días:

Madre del corazón, tu puro acento
No demande favor a los tiranos;
A mí me inspira el noble sentimiento
De morir por mi patria y mis hermanos.

A las siete de la mañana del martes 28 de septiembre: se colocó en la máquina de garrotes situada frente a la Real Cárcel ...ejecutado en ella hasta quedar al parecer sin vida, llevándose a efecto en la Explanada de la Punta -hoy Prado y Malecón. Injustamente inmolado dejó tras de sí una huella de gloria. El pueblito de Regla lo honra con el nombre de una de sus calles y una tarja en la fachada de la única casa que alcanzó tener en vida.

ANIVERSARIO
Septiembre 28, 1852-2009
María Teresa Villaverde Trujillo
ashiningworld@cox.net


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