Editorial de "The Washington
Post"
analiza fracaso de la política
de Obama
hacia Cuba
Desde que se anunció el final del congelamiento de las relaciones
EEUU-Cuba hace 11 meses, Obama ha aflojado el doble de las restricciones que
había para los viajes y las inversiones en el país comunista, escribe The
Washington Post en el editorial de hoy.
Gracias
a eso, dice el diario, la llegada de
turistas a la isla ha subido un 18% este año, y miles de millones de
divisas frescas fluyen a la tesorería casi vacía de la decrépita dictadura
caribeña.
La Casa
Blanca ha enviado una avalancha
inusitada de altos funcionarios a La Habana, entre ellos la secretaria
de Comercio, Penny Pritzker, y el subsecretario de Seguridad Nacional,
Alejandro Mayorkas, quien hizo la corte al general que dirige el aparato de
seguridad interna represiva de Raúl Castro.
En
respuesta a esto, Castro no ha hecho
prácticamente nada, aparte de reabrir la embajada de Cuba en Washington
y permitir un acuerdo de telefonía móvil. Los alegatos repetidos de
funcionarios estadounidenses para gestos mínimos en materia de Derechos
Humanos, lo único que han logrado ha sido intensificar la represión a la oposición.
Según la
Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, hubo al menos 1.093 detenciones políticas en octubre, el número más alto en 16
meses.
El general
Castro ha rechazado inversiones
de empresas estadounidenses y se han reducido
dramáticamente las importaciones de Estados Unidos. En lugar de ello,
los funcionarios comunistas cubanos están utilizando la perspectiva de un
aumento en el comercio y la inversión con Estados Unidos como
"carnada" para obtener verdaderas gangas en el comercio con otros
países, según un informe del Consejo Económico y Comercial EEUU-Cuba.
Las
importaciones de alimentos
estadounidenses han bajado un 44% este año, mientras que las
importaciones procedentes de China han
aumentado un 76%.
Sorprendentemente,
la Administración Obama parece feliz
de aceptar esto. El último enviado de alto nivel, el asesor del Departamento de
Estado, David Thorne, dijo a Reuters en La Habana la semana pasada:
"Estamos muy satisfechos con la forma en la que los cubanos quieren hacer
esto".
Al ser
preguntado sobre la falta de progreso en materia de Derechos Humanos en Cuba, al funcionario no se le ocurrió otra
cosa que decir que ocurre "al igual que en otras partes del mundo", y
añadió alegremente Thorne: "no siempre los Derechos Humanos son las
primeras cosas que tenemos que arreglar".
Con esa
actitud por parte del Gobierno de Obama, no es extraño que los dictadores estén ganando, dice el
diario estadounidense
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