Mitos
cubanos
Wendy Guerra
Ni todos los negros tomamos café,
ni "las prostitutas cubanas son las más cultas del mundo", ni todos
los hombres son cubanos amantes perfectos, ardientes Latin Lovers, ni los niños
cubanos los más felices del mundo, ni la medicina una potencia médica, ni todos
los pioneros cubanos lograron o quisieron ser como el Che, no todo cubano sabe
tirar y mucho menos tirar bien, ni Varadero es la playa más linda del mundo
(aunque es muy hermosa y sí es en la que yo más disfruto nadar), ni todos los
americanos resultaron ser el enemigo, ni el pueblo es un bastión inexpugnable,
ni el exilio el bando contrario, ni todos los cubanos sueñan con llegar al
comunismo, ni todos los cubanos quieren irse del país, ni todo el mundo
baila bien salsa, ni el embargo es el culpable de todas nuestras desgracias, ni
todas las cubanas amarramos a los hombres con brujerías, rituales y hechizos.
Cuba es (como dice Kelvis Ochoa)
mucho pero mucho más.
Estamos enredados en una telaraña
de clichés, donde la eternidad del verde olivo sigue posando para el mundo,
somos un país muy fotogénico que parece reír, incluso, cuando llora.
Esta película que ha perdido los límites entre la comedia y el drama, tiene una
banda sonora social de discursos y salsa; son montuno, nueva trova y un poco de
pasado con Buena Vista Social Club.
En estos días es muy difícil no ser
captado por las cámaras mientras caminas por la ciudad de La Habana. Hay miles
de camarógrafos, periodistas, cronistas, que con o sin permiso necesitan
registrar el inicio o el final de algo.
Si observas bien, los cubanos que
aceptan ser entrevistados casi nunca responden todo lo que en verdad piensan. Son
muchos años de miedo, de doble moral y paternalismo político. Hemos vivido
en un país pero la prensa oficial, la única prensa de estos años, habla de
otro.
Los dobles discursos dibujan la
otra geografía que prepara el camino para reforzar el coro de mitómanos.
Mi gran anhelo es que un día,
delante de todos estos micrófonos y cámaras que hoy nos persiguen por la
ciudad, podamos ser verdaderamente libres para no tener que
representarnos.
Yo sé que dentro de nuestras casas
somos, en su mayoría, seres muy claros, explícitos, directos, sinceros hasta la
médula.
Quiero vernos por fin,
abiertamente, como un pueblo que llama a las cosas por su nombre, discute sobre
lo que no está de acuerdo, respeta las diferencias, y deja de ser masa para
convertirse, por fin, en individuo.
Si seguimos mintiendo a los lentes,
disfrazando las verdades, maquillando nuestro drama, terminaremos por mentirnos
y creernos a nosotros mismos.
Que el cubano es aún, en esencia,
un individuo franco y extrovertido, no es un mito, pero que nos han obligado a
mentir día a día para resistir, una triste y dura verdad.
No todos los cubanos somos
espontáneos y genuinos.
Eso también es ya parte del mito.
Muy buen comentario!!
ResponderEliminarEs la pura verdad desgraciadamente
ResponderEliminarMARAVILLOSA INTERPRETACION DE NUESTRA REALIDAD;
ResponderEliminarANA GLORIA