21 de enero de 2014

Reflexión


El Papa Francisco en su twitter de hoy, 21 de enero:

Si vivimos la fe en la vida diaria, el trabajo se convierte en una oportunidad para transmitir la alegría de ser cristianos.

En 1913... Esteban Borrero Echevarría




En 1913…
Esteban Borrero Echevarría

Marlene María Pérez Mateo

En 1913 se publicó el libro “El amigo del niño” del profesor, medico y poeta camagüeyano Esteban Borrero Echavarria; ilustrado por los dibujos de Francisco Henares se convirtió la obra en texto dentro de la enseñanza primaria de la mayor de las Antillas.

Borrero  nació hacia 1849 en una típica culta familia principeña. Hablar de su formación académica y humana es una empresa de tal envergara y prestancia a cuyos nobles propósitos no se encaminan estas líneas ahora. 

Las cuantiosas profesiones por él ejercidas: médico, maestro, encuadernador, panadero, zapatero, agrimensor, perito de aduana, representante de la República Cubana en Armas, traductor  y escritor, demuestran la sana tenacidad del ser humano cuando de buscar el sustento digno se trate en tierra propia  o extranjera. La pionera presentación del primer libro de cuentos en la literatura cubana “Lecturas de Pascua” y el ser el precursor del movimiento modernista dentro de la prosa, ilustran la magnitud de este intelectual y científico de amplia dimensión.

Debido en parte a un deber laboral, visité en una ocasión poco antes de mi emigración una casa en la hoy calle San Miguel muy cerca  de su intersección con el callejón de Astillero, en Camagüey. Recuerdo un recinto colonial de dimensiones modestas  donde primaba un patio central  con  dos tinajones y un árbol robusto y gigante. 

Luego de cumplir el  cometido  médico de mi visita, pregunté a la familia anfitriona sobre el carácter enigmático y histórico de la vivienda. Era la casa de Esteban Borrero fue su respuesta. Me contaron sobre el hallazgo en ella de papeles  y otras cosas viejas  de las cuales se habían deshecho sin la menor aprehensión ni cuidado. Estaba yo entonces también en la casa de una estirpe  de  cubanos de  los que preciarnos sería poco. 

Llegaron a mi mente las imágenes de Juana y  Dulce María Borrero, la de sus pinturas, sus poemas, la de su amigo Julián del Casal, en fin joyas en el devenir de tantos coterráneos. La actitud de los nuevos habitantes de la vivienda  no es loable, mas no de sanción. ¿Cuanto se habrá perdido por este y otros hechos similares?  Puede ser esta doble coincidencia un buen acicate y una alerta para re-descubrir a tan dignos gestores de la patria cubana y de la patria grande: la humanidad.

Marlene Maria Perez Mateo
Noviembre 14, 2013         

Que es una basílica?


¿Que es una Basílica?

El término basílica proviene del latín basilica que a su vez deriva del griego βασιλική (fonéticamente, basiliké) que significa “regia o real”   y viene a ser una elipsis de la expresión completa   (basiliké oikía) que quiere decir «casa real». Una basílica era un suntuoso edificio público que en Grecia y Roma solía destinarse al tribunal, y que en las ciudades romanas ocupaba un lugar preferente en el foro. 

Mas adelante, los cristianos aprovecharon la forma basilical y, en muchos casos, los propios edificios romanos para utilizarlos como recinto religioso oficial para la celebración de la liturgia.  

Después de que el Imperio Romano se volviese oficialmente cristiano, el término se usó también para referirse a iglesias, generalmente grandes o importantes, a las que se habían otorgado ritos especiales y privilegios en materia de culto. 

La basílica litúrgica

 En sentido litúrgico, son basílicas todas aquellas iglesias que, por su importancia, por sus circunstancias históricas, o por aspectos de cierto relieve, obtengan ese privilegio papal. Se distinguen en basílicas mayores y basílicas menores.

Basílicas mayores
En un principio se llamaron así a siete de las basílicas con que contaba Roma. Actualmente solo se consideran mayores cuatro de ellas:  las basílicas de San Juan de Letrán, San Pedro del Vaticano, Santa María La Mayor y San Pablo Extramuros. Se caracterizan, entre otras cosas, porque en su altar («altar papal») solo puede oficiar el papa.  

Basílicas menores
Los papas  han concedido el título de «basílica menor», con los mismos privilegios que las basílicas mayores romanas, a otros templos del mundo católico, mediante breve pontificio o rescripto.  En 2006  había oficialmente 1506 basílicas en todo el mundo.
  Una iglesia puede titularse “Basílica” por prerrogativa del Romano Pontífice.  Cuando el papa eleva una iglesia a la condición de Basílica Menor le otorga el derecho a lucir en el altar mayor dos signos de la dignidad papal y la unión con la Santa Sede: el canópeo y el tintinábulo, con 8 o mas campanillas.

Además, el Santo Padre concede a la comunidad que rinde culto en la basílica la gracia de ganar la indulgencia plenaria si visita el templo en cuatro ocasiones especiales: San Pedro y San Pablo, el 29 de junio; la Natividad de la Virgen, el 8 de septiembre; la fiesta de Santa María de la Porciúncula (el llamado Perdón de Asís o indulgencia porziuncola), el 2 de agosto; y otra fecha elegida libremente, una vez al año.

La designación de "basílica" la puede dar el Papa a una Iglesia, sea esta o no catedral. La catedral es la sede oficial del obispo, donde está permanentemente su trono episcopal. Es, por lo tanto, la iglesia madre de una diócesis.  La catedral se consagra cuando se erige como tal.   


20 de enero de 2014

Dali, catalán y antinacionalista



Salvador Dalí,
catalán y antinacionalista

Víctor Fernández, Barcelona
La Razón, Madrid


El próximo 23 de enero se cumplirán 25 años de la muerte de Salvador Dalí en una habitación de un hospital de su Figueres natal. Sin embargo, cuando el pintor expiró hacía mucho tiempo que había dejado de permanecer en el mundo de los vivos. Se había pasado buena parte de esa década agonizando al saberse enfermo y mortal, sin poder pintar por culpa de su párkinson y al ver que su mundo se venía abajo tras la desaparición de su inseparable Gala. En ese tiempo, Dalí estuvo enfrentándose solo a sus demonios, renunciando a comer –aunque finalmente le obligaran a hacerlo mediante una sonda– y pesando unos escasos 34 kilos.

En ese tiempo, cuando muchos creían que el fallecimiento del artista iba a ser cuestión de pocos días, se produjo un intento de aproximación a Dalí por parte de la Generalitat de Cataluña. Eran los años de Jordi Pujol al frente de la institución y el escenario no era fácil. Dalí no había sentido ningún interés por dialogar con Pujol y seguía dolido con Cataluña.

Motivos había de los más variados, especialmente el hecho de que institucionalmente nunca se le hubiera apoyado. La presencia del artista en los museos barceloneses era prácticamente nula, con la excepción de unas contadísimas obras de juventud. Este hecho contrastaba con las adquisiciones que el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid –el futuro Centro Nacional de Arte Reina Sofía– había hecho en el pasado, especialmente con la serie de cuadros protagonizados por su hermana Anna Maria Dalí de espaldas.

Dolidos con Figueres

Las cosas no se acababan aquí. Salvador Dalí y su musa Gala daban nombre a una plaza en Figueres, la que está situada frente al museo del artista. Tras la muerte de Franco, el primer ayuntamiento de la democracia decidió retirarles ese honor.

 Obviamente Dalí quedó dolido y decidió recogerlo todo para marchar fuera de su país. El que entonces era secretario del artista, Enrique Sabater, explicó en muchas ocasiones al autor de estas líneas que esa huida, dolorosa y sin hacer ninguna publicidad, era fruto del desprecio que habían recibido de las autoridades de Figueres. Los tres viajeros marcharon a París con la intención de trasladar su residencia posteriormente y de manera definitiva al Principado de Mónaco.

Al menos, la casa donde vivirían ya estaba comprada. Una carta enviada por el presidente de la Generalitat Josep Tarradellas –con copia hoy en los archivos del político en el monasterio de Poblet– y unas gestiones del Rey hicieron posible que las aguas volvieran a su cauce. Hoy Figueres tiene por fortuna una plaza llamada de Gala y Salvador Dalí.

Había más heridas desde Cataluña. A Dalí se le echaba en cara su apoyo incondicional a Franco, su falta de simpatía a la oposición durante los años de la dictadura. Pero había matices que no se tenían en cuenta

Mientras tanto, si bien es cierto que en privado, Dalí se mofaba de Franco, llamando a Gala, en la intimidad de su hogar de Port Lligat como «mi Caudilla» o «mi Generalísima»….  Pero a Dalí no le quedaba otra que estar a buenas con el régimen para poder acabar las obras de su museo y que él mismo financió. En sus encuentros con el dictador, Dalí llegó a hablarle de la recuperación de la monarquía apoyándose en su amigo el filósofo Francesc Pujols.  


El hombre que había presumido de ser el primer catalán en pasearse por Nueva York con la tradicional barretina, había hecho algunos importantes esfuerzos por ser comprendido por los suyos. Un ejemplo lo encontramos en 1975, mientras Franco agoniza, con la instalación ante la puerta del museo del primer monumento en Cataluña dedicado a la memoria de Francesc Pujols. El problema fue la colocación de una placa con la inscripción en catalán: «El pensamiento catalán rebrota siempre y sobrevive a sus ilusos enterradores».

Sabater fue el encargado de negociar con las autoridades de la época que se permitiera la instalación, todavía hoy en pie, un hecho que no fue fácil.

No sabemos si Pujol estaba informado de todo esto cuando trató de acercarse a Dalí y aprobó el 30 de diciembre de 1981 que se le concediera la medalla de oro de la Generalitat. El president se la entregó en un acto oficial celebrado al año siguiente en el museo de Figueres con la presencia del poeta J. V. Foix, un amigo de juventud de Dalí…

Pero todo iba mal mientras se iban vaciando las cuentas corrientes de Dalí a mediados de los años 80, en teoría para pagar los gastos sanitarios del célebre paciente, como admitió el último secretario del pintor, Robert Descharnes, al autor de este reportaje.

El último testamento, realizado a mediados de los 70 y con Cataluña como heredera, fue modificado finalmente el 20 de septiembre de 1982. El Reino de España pasaba a ser el heredero de la obra y Descharnes el responsable de la gestión del patrimonio. Cataluña no aparecía citada. Dalí, en el último momento, ignoró a Pujol.

Hay un epílogo más triste. En el Museo de Historia de Cataluña, en el apartado dedicado al último siglo XX, no aparecen ni Pla, ni Dalí pero sí Espriu o Miró para referirse a representantes de la cultura.

Extractado de La Razón, Madrid