España:
Bienvenido Mr. Chávez
Carlos Alberto Montaner
La idiotez política está al alcance de
cualquier pueblo. Ninguna sociedad está libre de recorrer ese camino. Quien lo
dude, debe pensar en la Alemania de Hitler, la Italia de Mussolini, la Cuba de
los Castro o la Venezuela de Hugo Chávez. Sobran los ejemplos.
“Podemos” es un partido político
chavista, oficialmente creado hace pocos meses en España. Pablo Iglesias es su
cara más visible. Se trata de un joven profesor universitario, desaliñado, con
barba rala y cola de caballo, quien no vacila en defender el uso de la
guillotina para traerle la felicidad a la sociedad española.
El personaje y su partido han entrado
en la vida pública española sorpresivamente. En las elecciones al Parlamento
Europeo, la novísima organización obtuvo 1'200.000 votos y cinco escaños. Esto
ha desatado las alarmas.
El
calificativo de chavista a
“Podemos” no es gratuito, sino todo lo contrario. Ha sido muy costoso. De
acuerdo con una investigación llevada a cabo por el diario El País, los directivos
españoles de esa organización, por medio de una Fundación, han recibido unos
cuatro millones de dólares a lo largo de los años en concepto de “asesorías”
por parte de la Venezuela de Hugo Chávez.
Por el tipo de medidas llevadas a cabo
por el chavismo se pueden deducir las creencias que prevalecen en “Podemos”.
Forman parte del extendido grupo de fabricantes de miseria que militan tras las
banderas del populismo. Cuando Chávez llegó al poder había seis millones y
medio de pobres. Hoy existen más de nueve y el país padece todo tipo de
escaseces en medio de la mayor violencia. En Caracas, dicen, ya no se
contabilizan los habitantes sino los supervivientes.
¿Pueden semejantes personajes llegar
al poder en España en un futuro próximo? El periodista Federico Jiménez
Losantos, quien procede del Partido Comunista y ha evolucionado hacia el
liberalismo, afirma que sí, y yo creo que tiene razón. Pudiera ocurrir.
Todos los elementos están dados para
la tormenta perfecta. Los dos grandes partidos nacionales –los populares y los
socialistas– se han desacreditado por culpa de la corrupción. Hay un 25% de
desempleo, que alcanza el 50 entre los más jóvenes. El separatismo catalán y
vasco va en aumento. La monarquía cuenta con un tibio respaldo. Muchos jóvenes
bien preparados emigran hacia otras naciones porque no encuentran posibilidades
de prosperar en España.
Las propuestas de “Podemos” son
totalmente disparatadas, pero eso jamás ha sido un obstáculo para ganar
elecciones en épocas de crisis. Prometen repartirlo todo porque, para esta
gente, corta de entendederas, el problema no está en la limitada generación de
riquezas por la debilidad del tejido empresarial, sino en la mala distribución
de ella.
Creen que la forma de combatir el
desempleo es repartir el trabajo “justamente”. Si el 100% de los trabajadores
sólo trabajaran el 75% de la jornada laboral, el 25 que no encuentra empleo
podría hallarlo.
Creen que, si se reduce la edad de la
jubilación a los 60 años, en lugar de los 65 hoy vigentes, habría más empleos
disponibles y más tiempo para disfrutar del ocio. (¿Por qué no a los 50?).
Creen que basta con despojar de sus
excedentes a los que tienen, para otorgarle a toda persona radicada en la
Península un subsidio “digno” que le permita vivir decorosamente.
Es decir, “Podemos” promete terminar
con la crisis esforzándose menos, en lugar de más, que es lo que dictan el
sentido común y la experiencia. Pero esas propuestas, que arruinan a cualquier
sociedad, son gratas a los oídos de muchos electores.
¿Son demócratas los miembros de
Podemos? No lo creo. No se puede ser chavista y demócrata simultáneamente, de
la misma manera que no se puede apoyar al fascismo o al comunismo y creer en la
libertad. Es lo que los clásicos llamaban contradictio in terminis, algo así como un
cuadrado redondo.
La vía electoral, eso sí, es la
fórmula para llegar al poder y, desde allí dinamitar las instituciones que
sostienen el Estado de Derecho. Esto es lo que han llevado a cabo la Venezuela
de Chávez y Maduro y, hasta cierto punto, el Ecuador de Rafael Correa.
¿Cómo pueden llegar al poder
semejantes personajes? Jiménez Losantos piensa que mediante un pacto con los
socialistas, los comunistas de Izquierda Unida y los separatistas más radicales
de Cataluña y el País Vasco. Un nuevo Frente Popular que se inclinaría
paulatinamente hacia el estatismo-colectivista-populista, que derrote al centro
derecha en las urnas y precipite a España en una etapa revolucionaria.
¡Dios nos coja confesados!
Muchas gracias, Guillermina, por advertirme que el verdadero autor de este artículo es Carlos Aberto Montaner, no Ernesto Montaner como figuré en error originalmente.
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