de Cervantes
Poca
huella queda del Madrid de Miguel de Cervantes, que vivió en la capital
española y cuyos restos se buscan ahora ante el escepticismo de cervantistas
como el catedrático Manuel Fernández Nieto, que lamenta que solo se conserve la
imprenta de Juan de la Cuesta, que vio nacer al Quijote.
Poca
luz hay sobre sus restos mortales, que casi 400 años después de su muerte,
acaecida el 23 de abril de 1616, tratan de localizarse con un georradar en el
Convento de las Trinitarias de Madrid, donde pidió que le enterrasen. Fernández
Nieto duda de que el último deseo del genio se cumpliese.
"Es
un convento que se había fundado muy poco tiempo antes, en 1609, aunque
realmente hasta 1612 no se estableció y además no tenía iglesia. Cuando
Cervantes murió, en 1616, sólo se había enterrado allí a una monja -en 1615-.
Yo pienso que lo deberían de haber llevado a la iglesia de San Sebastián",
apunta Fernández Nieto.
Pero
Víctor Infantes, también catedrático de la UCM, sí cree que los restos de
Cervantes pueden estar en el convento donde ahora se buscan. "No hay
documentos para pensar que no estén allí; otra cosa es que se puedan encontrar
o no teniendo en cuenta las restricciones y dificultades de practicar
exhumaciones en un edificio del siglo XVII", explica el profesor a Efe.
Su
compañero Fernández Nieto se muestra escéptico sobre la posibilidad de
recuperar los despojos de Cervantes incluso en el caso de que se hallen en las
Trinitarias. "Aquello pasó por muchas vicisitudes (...). Están
documentados más de 12 traslados de restos mortales de unas dependencias a
otras, que se irían mezclando; es muy difícil distinguirlos en la actualidad",
relata.
Al
margen de las dificultades técnicas, hay una cuestión en la que sí coinciden
tanto estos dos catedráticos como el presidente de la Sociedad Cervantina, Luis
María Anson.
"Me
parece muy bien que se busquen los restos, pero no cambiaría nada que se
encontrasen. Su obra y la difusión de su figura es tan inmensa, que lo demás es
casi irrelevante", resume Ansón en una entrevista con Efe.
Sí hay
documentación del paso de Cervantes por Madrid desde 1608 hasta su muerte, en
1616, pero poca huella perdura en la actualidad. "En el Madrid actual
solamente queda el recuerdo literario de que don Miguel estuvo por esas
callejas", reflexiona Víctor Infantes.
La casa
donde murió -en la esquina entre la calle León y la de Francos, ahora llamada
Cervantes- se conservó hasta 1833, cuando el propietario la derribó aún
sabiendo que en ella había vivido el autor del Quijote y pese a la intervención
del rey Fernando VII, que quería que el edificio se conservase, según rememora
el profesor Fernández Nieto.
Ahora
se alza sobre ese solar del Barrio de las Letras un bloque de viviendas en el
que una placa recuerda a los vecinos que ocupan el mismo espacio que cuatro
siglos atrás habitó un genio de la literatura universal.
A pocos
metros de allí, en la calle de las Huertas, madrileños y turistas toman cañas
en Casa Alberto, un restaurante centenario que se alza en el mismo punto en que
Miguel de Cervantes ideó "Viaje al Parnaso".
Infantes
cita otras dos viviendas: al llegar a Madrid, en 1808, Cervantes residió en la
calle de la Magdalena y en 1612 habitó además una vivienda ubicada en la
plazuela de Matute.
Lo que
sí que sigue milagrosamente en pie es la casa de Lope de Vega, y también
iglesias que se vinculan a la historia de Miguel de Cervantes: la parroquia de
San Sebastián, el convento de las Trinitarias y la iglesia de Jesús de
Medinaceli, en aquel momento de la misma orden, según repasa Fernández Nieto.
Y
aunque poco conservado, el Barrio de las Letras es un tesoro porque guarda la
memoria de aquel mundo antiguo de los escritores del Siglo de Oro -el XVII- y
de los posteriores.
"Se
conservan el nombre de las calles, están las placas que el Ayuntamiento ha ido
colocando y el barrio se mantiene con un encanto enorme. Es interesantísimo por
la mañana, por la tarde, y dicen las malas lenguas que también por la
noche", asegura Víctor Infantes.
Cuatro
siglos después de la muerte de Cervantes hay una incógnita -dónde están sus
restos- y una evidencia que resume este profesor: "Que encuentren sus
restos no va a cambiar nada en la vida y obra de Cervantes, pero no deja de ser
un asunto político y cultural de mucho interés".
Efe/La Razón, Madrid
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