EL CONCEPTO DE SER "GALLEGO"
Por
Elsa M. Rodríguez
En la
América de habla hispana tenemos la costumbre de llamar "gallego" a
todas las personas que proceden de España. Independientemente de si hacer eso
pueda considerarse ofensivo o no, lo cierto es que es una costumbre inveterada
el hacerlo.
Es
cierto que la mayor inmigración que recibió el continente americano provino de
Galicia, como también es cierto que esos emigrantes en términos generales eran
personas de poca o ninguna preparación escolástica, porque procedían en su
mayoría de las aldeas donde apenas se hablaba el castellano.
Puede
que por esa razón muchos americanos suelan hacer bromas utilizando al
"gallego" como un ser idiota, tonto o retrasado mental. La realidad
es que aunque los gallegos emigrantes no tenían títulos universitarios tampoco
es justa esa apreciación. El nativo de las Américas cuando se burla de un
"gallego" solamente está demostrando su ignorancia y su falta de
respeto a una provincia española de donde proceden en su gran mayoría nuestros
padres o abuelos. Es decir que si nos burlamos de los "gallegos" nos
estamos riendo de nosotros mismos.
La
ignorancia estriba en no saber distinguir que dentro de un mismo país existen
regiones claramente definidas por sus costumbres, y por su forma de ser. Recuerdo
que en Cuba a los habaneros no les gustaba que les llamasen orientales, o
viceversa, y no era porque uno fuese mejor que el otro, simplemente es que cada
cual tenía el orgullo propio de haber nacido en una u otra región.
Todos
los habaneros son cubanos, pero ciertamente no todos los cubanos son habaneros.
De esta premisa partimos para que de una vez por todas comprendamos que aunque
todos los gallegos son españoles, no todos los españoles son gallegos.
Por
otra parte es triste pensar que se haga burla de personas que en aquel momento
emigraron en busca de una mejor forma de vida, y se afianzaron en América,
creando un tipo de civilización único y diferente al resto del mundo.
Soy
cubana y a la vez que lo puedo decir con orgullo, también siento la satisfacción
de saber que soy descendiente de españoles, gallegos e isleños (canarios), pero
españoles. Valga la aclaración.
Lolita, gracias por publicar mi comentario sobre algo que viene sucediendo desde toda la vida, la burla constante que se hace del gallego. Lo que digo en mi escrito lo siento de verdad, creo que a pesar de que los emigrantes gallegos eran en su mayoría analfabetos, pudieron mediante su esfuerzo y trabajo duro conseguir mucho, le dieron forma a los países donde vivieron y llegaron a conquistar grandes fortunas. Una cosa es cierta, ninguno vivió de la ayuda gubernamental. Creo que esa forma indiscriminada de llamar a todos los españoles, gallegos, no es correcta. Yo particularmente entiendo que es una demostración de incultura, y no somos solamente los cubanos los que hemos hecho ésto, en toda América Latina han disfrutado utilizando esa palabra para disminuir a una persona. Cuando se enfadan con los españoles, lo primero que dicen es: "Este gallego de m.....". Gracias otra vez, Elsa M. Rodríguez
ResponderEliminarEn realidad, la mayor inmigración que recibió la América Latina fue de origen canario. Unos emigrantes muy particulares, pues destacaban al ser una emigración familiar y no individual. En los países donde recibieron a estos pobladores (Cuba, R. Dominicana, Puerto Rico, Venezuela, Uruguay...) se les denominaba por el concepto de "isleños". Se hacía una distinción étnica entre el "gallego" y el "isleño", éste último criollo al igual que los americanos. Famoso es la distinción que hace Simón Bolívar entre "Españoles y canarios". Desde la segunda mitad del siglo XX las relaciones entre las Islas Canarias y Cuba ya no son tan fluidas como antes y es probable que este imaginario se haya ido perdiendo. Saludos.
ResponderEliminarEn España a los latinoamericanos se les apoda con toda clase de apelativos despectivos "sudacas", "panchitos", "machu-pichu". En Canarias en vez de "gallego" se le llama "godo" al español metropolitano.
ResponderEliminarMuchas gracias por sus comentarios esclarecedores Señor Hernández.
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