De
nuevo en Key West
Ana Dolores García
De nuevo en Key West, pero esta vez
con más tiempo y otro sentido. Luego de mi primera visita, hace apenas cuatro
meses, escribí mis impresiones sobre esa peculiar ciudad que ha querido seguir siendo pueblo.
He vuelto a Key West y otra vez escribo para
contar más impresiones, pero ahora sin
referirme a los gallos y gallinas que deambulan por sus calles
y plazas, ni a la inolvidable puesta de sol que se disfruta cada tarde de cara
al mar, ni al Mesón de Pepe o el Sloppe Joe´s, ni a los flamboyanes que en octubre sólo nos ofrecen sombra
y vainas. Esta vez volví, no como turista, sino en peregrinación de fe y
cubanía.
Peregrinación de fe, por eso la
primera parada que hicimos fue para conocer de cerca y los adentros de la iglesia católica
más antigua de la arquidiócesis de Miami
y tercera en toda la Florida: la ahora Basílica de Santa María Estrella del
Mar. De ella y de su historia me propongo escribir hoy.
La fe
cristiana en el Cayo
Félix Pradas, Asistente Pastoral de la
Basílica, nos explicó que los primeros misioneros jesuitas llegaron al cayo Matecumbe
en 1567 y que apenas cinco años después las autoridades jesuíticas decidieron
abandonar sus misiones en La Florida.
Muchos de los habitantes de estos cayos, mayormente pescadores, sostenían viajes y relaciones frecuentes con
La Habana y sus nexos religiosos provenían de las parroquias habaneras. De
hecho, los católicos de la pequeña isla, islote o cayo, Cayo Hueso, -su primer
nombre-, pertenecían a la diócesis habanera.
Se dice que el islote pudo haber
quedado establecido como parroquia en 1724 bajo la autoridad de un sacerdote
cubano, aunque la hostilidad de los indígenas de la región forzaron en 1727
el regreso a Cuba de los misioneros. A partir de entonces y por algún tiempo, el
cayo sólo recibía dos veces al año la visita de un misionero.
En 1793 se estableció la diócesis de
New Orleans que incluía una gran parte del territorio floridano. Ello contribuyó
al desarrollo de la fe católica, anteriormente supeditada
al auge de las comunidades protestantes durante los años de la dominación
inglesa en gran parte de la península.
Hubo que esperar hasta 1829 para que el
Vicariato de Florida y Alabama se elevara a la dignidad de diócesis. Así y
todo, cuando la población católica de la Florida se estimaba en 4,000 personas,
la de Key West se calculaba en sólo unas veinte familias de acuerdo a los
libros en los que constaba el número de sacramentos celebrados.
Fue en 1846 cuando se celebró la primera
Misa de que se tiene noticia en Key West. Celebrada por un sacerdote
proveniente de La Habana, se llevó a
cabo en el segundo piso del ayuntamiento del pueblo, en la calle Duval. La
primera iglesia se comenzó a construir en 1851, también en la calle Duval, eje
central de Cayo Hueso, ya por entonces Key West. Al templo, levantado entre el océano Atlántico y
el Golfo de México, se le dio el nombre de St. Mary Star of the Sea. (Santa María Estrella
del Mar). La iglesia fue dedicada en febrero de 1852.
Vicisitudes no faltaron durante estos
años, sobre todo epidemias que diezmaron la población y cobraron las vidas de varios sacerdotes
destinados al lugar.
En 1868 llegaron religiosas canadienses de la Orden de los Sagrados Nombres de Jesús y María con
la misión de fundar un convento y abrir un colegio religioso para niñas. Esta
primera escuela comenzó a funcionar en unas barracas militares abandonadas, en
las afueras de la ciudad. A ella le sucedió, junto al templo, la construcción del
Convento María Inmaculada, que posteriormente pasó a llamarse María Inmaculada
High School; una escuela para niños negros, San Francis Xavier, y otra para niños
blancos: San Joseph´s. Esta separación étnica subsistió en todo el país hasta
1960. Además, desde 1873 a 1878 estuvo en funciones una escuela para niñas
cubanas.
En 1879 eran ya tantos los cubanos que
vivían en el cayo, motivados por las guerras de independencia que se libraban
en Cuba, que se levantó una capilla dedicada a la Virgen de la Caridad del
Cobre en la calle Duval, entre las avenida Truman y la calle Virginia. Estuvo
abierta mientras hubo sacerdotes que la dirigieran, pero al cabo tuvo que ser
cerrada en 1898. Entonces fue trasladada a los terrenos de la iglesia
parroquial y en la actualidad ha quedado convertida en tienda de suvenires y
artículos religiosos.
El
Maine y el Convento
Ese propio año de 1898 ocurrió la
voladura del vapor Maine en el puerto de La Habana, detonante del inicio de la
guerra Hispano-Americana que siguió a la encarnizada lucha de los mambises
cubanos contra la metrópoli española. Los primeros heridos fueron traídos a Key
West y el convento quedó convertido en hospital. El capellán del barco
estuvo entre los primeros pacientes atendidos en el convento-hospital. Una vez recuperado de sus heridas celebró la
Misa usando el mismo cáliz que le había
sido regalado por la tripulación del barco, encontrado después del desastre.
La
gruta de Lourdes y los ciclones
El Sur de la Florida es uno de los lugares más atacados por huracanes, con su lamentable pérdida de víctimas humanas y propiedades. La religiosa M. Louise Gabriel había sobrevivido a tres grandes ciclones desde su arribo a La Florida en 1897 y decidió se construyera un lugar para honrar a la Santísima Virgen María y recabar su auxilio ante esas temidas tormentas. Así surgió la Gruta de Lourdes en 1922, que se levantó en los terrenos aledaños al templo. Desde ese año, ningún huracán ha afectado a Key West.
Existe
también un bello jardín en que se encuentran las estaciones del Vía Crucis y un pequeño cementerio donde han sido
inhumadas las religiosas fallecidas.
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