4 de noviembre de 2012

NOMBRES DEL DANUBIO


El Danubio a su paso por Budapest, capital de Hungría

Nombres del Danubio

Ana Dolores García

El río Danubio, a más de ser uno de los más populares del mundo, inmortalizado por Johann Strauss (hijo) con un conocidísimo vals es, además, el segundo río más largo de Europa, superado solamente por el Volga, que recorre Rusia en el extremo este del continente.

En los orígenes de su nombre juega la raíz “danu” presente en numerosos ríos de la región oriental europea y que significa río, corriente de agua. No es extraño tampoco que su nombre se derive de la diosa Danubis, identificada con los ríos por tracios y dacios, pueblos indoeuropeos que se expandieron por la región en tiempos anteriores a Cristo. Luego llegaron los romanos latinizando el nombre y convirtiéndolo en Danubio o Danuvio y en un principio lo establecieron como límite natural de sus fronteras.

Nacido en la región de la Selva Negra, en el suroeste de Alemania, su cuenca atraviesa Europa de oeste a este hasta desembocar el río en el Mar Negro formando un amplio delta.  En ese recorrido embellece paisajes de numerosos países: Alemania, Austria, Eslovaquia, Hungría, Croacia, Serbia, Bulgaria, Moldavia, Ucrania y Rumanía, donde finalmente se adentra en el mar. Su cuenca es aún más amplia y alcanza la República Checa, Suiza, Eslovenia, Bosnia y Herzegovina y Montenegro.  Favorece las economías de todos ellos al resultar ser una formidable vía de comunicación fluvial.

Son países que, al igual que con la sucesión de siglos fueron desarrollando características étnicas y lenguas diferentes, se acostumbraron a nombrar al Danubio a su modo. Así, en Alemania y Austria le llaman Donau, en Eslovaquia, Dunaj y en Hungría Duna. Por su parte, croatas, serbios, búlgaros y ucranianos prefieren llamarlo Dunav, mientras que los rumanos se decantan por Dunârea. Es allí, en Rumanía, al llegar al delta, cuando el río sirve de frontera natural con Rusia y recibe su último nombre dado por los rusos: Dunay.

Esos, no pocos, siete, son sus nombres “oficiales”. Además, en español e italiano lo conocemos por Danubio y en inglés por Danube…  

Fuentes:
wikipedia.org
Antonio M. Rivera, Geomundo  

REFLEXIÓN




En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó:
-- ¿Qué mandamiento es el primero de todos?
Respondió Jesús:
- El primero es: “Escucha, Israel, 
el Señor nuestro Dios es el único Señor:
  amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, 
con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser”. 
El segundo es este: 
“Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. 
No hay mandamientos mayores que éstos.
Marcos, cap 12


Hazme vivir, Señor, 
como Tú dices y vives


Que haga, no aquello que el mundo espera,
sino aquello que Tú deseas
para construir tu Reino siendo tu sal y tu luz.
Con tu fuerza, Señor, y en tu Palabra,
que viva con el fervor de tus discípulos,
con la sencillez de María
o arropado con el testimonio de los mártires.

Pero, Señor, que no viva de espaldas a tu Verdad:
que mi “sí” a tu voluntad,
se manifieste en un compromiso sincero 
por un mundo mejor;
que mi “si” a tu Palabra
sea luego imagen real de lo que pienso y realizo.

Que lejos de desafinar en mi existencia cristiana
sepa armonizar mi idea, con mi práctica
mis ilusiones, con mis realidades
mis anhelos, con mis luchas diarias
mi amistad contigo, con la fraternidad del día a día.

Hazme vivir, Señor, como tú dices y vives.
Sin dividir mi estancia contigo 
del servicio a los demás,
de la oración que te contempla y te necesita,
del trabajo que me aguarda 
en la tierra que me espera.
Sin olvidar que, aun mirándote con mis ojos,
o escuchándote con mis oídos
me faltará por recorrer el camino 
del recio compromiso
de la vida que se ofrece sin medida,
de los gestos de perdón o de confianza.

Hazme vivir, Señor, como Tú dices y vives,
Desviviéndote en tu intimidad con el Padre
y deshaciéndote por la salvación de la humanidad.
Guiándote por la mano del Padre
y dirigiendo con la tuya el camino 
del que te desea y busca.
Proclamando la bondad de Dios 
en un mundo egoísta
y mostrando, con tus heridas y tu cruz,
que tu vida no es solo palabra…
no solo proyectos…
que tu vida es hacer aquello que vives: ¡DIOS!

Javier Leoz, betania.es 

FRASE DE SABIDURÍA

Caminante, no hay camino: se hace camino al andar.
- Antonio Machado, (1875-1939) Poeta y escritor español

3 de noviembre de 2012

SAN MARTÍN DE PORRES


 3 de noviembre:
San Martín de Porres

Fue hijo bastardo del ilustre hidalgo -hábito de Alcántara- don Juan de Porres, que estuvo breve tiempo en la ciudad de Lima. Bien se aprecia que los españoles allá hicieron muchos feos a la población autóctona y confiemos que el Buen Dios haga rebaja al juzgar algunos aspectos morales cuando llegue el día del juicio, aunque en este caso sólo sea por haber sacado del mal mucho bien. Tuvo don Juan dos hijos, Martín y Juana, con la mulata Ana Vázquez. Martín nació mulato y con cuerpo de atleta el 9 de diciembre de 1579 y lo bautizaron, en la parroquia de San Sebastián, en la misma pila que Rosa de Lima.

La madre lo educó como pudo, más bien con estrecheces, porque los importantes trabajos de su padre le impedían atenderlo como debía. De hecho, reconoció a sus hijos sólo tardíamente; los llevó a Guayaquil, dejando a su madre acomodada en Lima, con buena familia, y les puso maestro particular.

Martín regresó a Lima, cuando a su padre lo nombraron gobernador de Panamá. Comenzó a familiarizarse con el bien retribuido oficio de barbero, que en aquella época era bastante más que sacar dientes, extraer muelas o hacer sangrías; también comprendía el oficio disponer de yerbas para hacer emplastos y poder curar dolores y neuralgias; además, era preciso un determinado uso del bisturí para abrir hinchazones y tumores. Martín supo hacerse un experto por pasar como ayudante de un excelente médico español. De ello comenzó a vivir y su trabajo le permitió ayudar de modo eficaz a los pobres que no podían pagarle. Por su barbería pasarán igual labriegos que soldados, irán a buscar alivio tanto caballeros como corregidores.

Pero lo que hace ejemplar a su vida no es sólo la repercusión social de un trabajo humanitario bien hecho. Más es el ejercicio heroico y continuado de la caridad que dimana del amor a Jesucristo, a Santa María. Como su persona y nombre imponía respeto, tuvo que intervenir en arreglos de matrimonios irregulares, en dirimir contiendas, fallar en pleitos y reconciliar familias. Con clarísimo criterio aconsejó en más de una ocasión al Virrey y al arzobispo en cuestiones delicadas.

Alguna vez, quienes espiaban sus costumbres por considerarlas extrañas, lo pudieron ver en éxtasis, elevado sobre el suelo, durante sus largas oraciones nocturnas ante el santo Cristo, despreciando la natural necesidad del sueño. Llamaba profundamente la atención su devoción permanente por la Eucaristía, donde está el verdadero Cristo, sin perdonarse la asistencia diaria a la Misa al rayar el alba.

Por el ejercicio de su trabajo y por su sensibilidad hacia la religión tuvo contacto con los monjes del convento dominico del Rosario donde pidió la admisión como donado, ocupando la ínfima escala entre los frailes. Allí vivían en extrema pobreza hasta el punto de tener que vender cuadros de algún valor  para sobrevivir. Pero a él no le asusta la pobreza, la ama. A pesar de tener en su celda un armario bien dotado de yerbas, vendas y el instrumental de su trabajo, sólo dispone de tablas y jergón como cama.

Llenó de pobres el convento, la casa de su hermana y el hospital. Todos le buscan porque les cura aplicando los remedios conocidos por su trabajo profesional; en otras ocasiones, se corren las voces de que la oración logró lo improbable y hay enfermos que consiguieron recuperar la salud sólo con el toque de su mano y de un modo instantáneo.

Revolvió la tranquila y ordenada vida de los buenos frailes, porque en alguna ocasión resolvió la necesidad de un pobre enfermo entrándolo en su misma celda y, al corregirlo alguno de los conventuales por motivos de clausura, se le ocurrió exponer en voz alta su pensamiento anteponiendo a la disciplina los motivos dimanantes d e la caridad, porque "la caridad tiene siempre las puertas abiertas, y los enfermos no tienen clausura".

Pero entendió que no era prudente dejar las cosas a la improvisación de momento. La vista de golfos y desatendidos le come el alma por ver la figura del Maestro en cada uno de ellos. ¡Hay que hacer algo! Con la ayuda del arzobispo y del Virrey funda un Asilo donde poder atenderles, curarles y enseñarles la doctrina cristiana, como hizo con los indios dedicados a cultivar la tierra en Limatombo. También los dineros de don Mateo Pastor y Francisca Vélez sirvieron para abrir las Escuelas de Huérfanos de Santa Cruz, donde los niños recibían atención y conocían a Jesucristo.

No se sabe cómo, pero varias veces estuvo curando en distintos sitios y a diversos enfermos al mismo tiempo, con una bilocación sobrenatural.

El contemplativo Porres recibía disciplin as hasta derramar sangre haciéndose azotar por el indio inca por sus muchos pecados. Como otro pobre de Asís, se mostró también amigo de perros cojos abandonados que curaba, de mulos dispuestos para el matadero y hasta lo vieron reñir a los ratones que se comían los lienzos de la sacristía. Se ve que no puso límite en la creación al ejercicio de la caridad y la transportó al orden cósmico.

Murió el día previsto para su muerte que había conocido con anticipación. Fue el 3 de noviembre de 1639 y causada por una simple fiebre; pidiendo perdón a los religiosos reunidos por sus malos ejemplos, se marchó. El Virrey, Conde de Chinchón, Feliciano de la Vega -arzobispo- y más personajes limeños se mezclaron con los incontables mulatos y con los indios pobres que recortaban tantos trozos de su hábito que hubo de cambiarse varias veces.

Lo canonizó el papa Juan XXIII en 1962.

Desde luego, está claro que la santidad no entiende de colores de piel; sólo hace falta querer sin límite.

Fuente: corazones.org