Massana Anacaona
Marlene
María Pérez Mateo
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Cuba en el registro de la Historia con uno de los mejores piropos dichos a
nación alguna: “Es esta la tierra mas bella que ojos humanos hayan visto.” De
allí la descripción del embeleso que el joven país causara en Cristóbal Colón,
abarcando naturaleza, usos y costumbres
de sus habitantes. Entre ellos la expresión musical denominada Areito de la
comunidad taina hacia 1492.
El
areito era parte de las ceremonias religiosas y festivas. Conllevaba la música,
el canto y la danza. Esta última era en grupos que conformaban círculos que se
lograba entrelazarse por los brazos. Había un líder que dirigía los pasos de la
ejecución, podía ser mujer u hombre, pero generalmente era la persona de mayor
edad y se le denominaba “Tequina”. La
música acompañante se debía a la
ejecución de tres instrumentos básicos: el “Atambor”, las conchas y un tercero
que se pudiera denominar como los antecedentes de las maracas. El Atambor
antecesor del tambor no era mas que un tronco de árbol hueco sobre el que se
percutía. No se utilizaba nada que lo cubriera
la perforación hecha por la naturaleza. Las conchas se hacían chasquear
una sobre otra, con cierta similitud a las castañuelas españolas. Por último “las
abuelas de las maracas” eran aditamentos esféricos rellenos con pequeñas
piedras.
La
festividad podía llegar hasta el día siguiente o extenderse aun mas. Ello tenia
entonces en la hoguera de fuego su epicentro y a todo alrededor los pobladores
del batey (denominación de aldea para los aborígenes).
Una
muestra de Areito es el “Anacaona”. Dedicado a la mencionada líder taina. Su total autenticidad
es cuestionable. Puede que lo que ha llegado a nuestros días sea una versión
distante de la original.
Se
trata de una traducción fonética al español, idioma por entonces no hablado por
los aborígenes cubanos
Aya bomba ya Bombay
La massana
Anacaona
Van van
tavana dogal
Aya bomba ya Bombay
La massana
Anacaona
Marlene María Pérez Mateo
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