Arquidiócesis
de La Habana se ve obligada
a
suspender peregrinaciones
al Santuario de El Cobre.
Por
Jaime Leygonier/ Hablemos Press.
La Habana, 6 de febrero.- En las misas dominicales del 5 de febrero los sacerdotes católicos leyeron una nota que anuncia la suspensión de la peregrinación al santuario de El Cobre porque la empresa estatal, con la cual había acordado "un costo en moneda nacional razonable" incrementó unilateralmente el flete del transporte y exigió su pago en pesos convertibles -equivalentes a moneda extranjera.
El incidente evidencia la imposibilidad del funcionamiento normal de las iglesias en las condiciones legales y económicas de Cuba con transporte en crisis y política estatal de extorsión a las iglesias.
El Arzobispado había anunciado en diciembre que el costo de la peregrinación en grupos de 120 fieles sería de 600 pesos cubanos por persona -precio prohibitivo para la mayoría- y entonces hablaba de transporte por ferrocarril. Aunque incluía el hospedaje en la hospedería del santuario de El Cobre, el costo no es tan "razonable" pues para cualquier particular el pasaje a Santiago de Cuba no cuesta 600 pesos cubanos, sino que por ferrocarril regular cuesta 30 pesos, por ferrocarril especial 48 y por ómnibus 169.
Ahora el Estado asciende el costo de los 600 pesos a unos 64.4 dólares, aproximadamente 1,545.6 pesos cubanos.
La nota, con la firma que "la Administración del Arzobispado de La Habana" explica: «…teniendo en cuenta que el nuevo precio hace que el transporte sea incosteable, la Arquidiócesis ha presentado una solicitud a las instancias competentes para que ese precio sea reconsiderado. Estamos esperando la respuesta…»
La nota explica que el 9 de enero el Arzobispado de La Habana acordó con la empresa estatal Transmet el flete de 3 ómnibus Yutong diarios durante 27 días de febrero, pero que el 17, al acudir a cerrar el contrato, la directora de la empresa planteó el incremento "incosteable".
El flete de cada uno de los tres ómnibus "costaría 2180 CUC" (pesos convertibles) suma equivalente a 2616 US Dollars (cada CUC tiene que ser adquirido con 1.20 Dollars). Los tres ómnibus para trasladar 120 pasajeros costarían 7848 dólares, unos 64.4 dólares por pasajero, equivalentes a 1545.6 pesos cubanos por cabeza. Los 27 días de peregrinar sumarían 211,896 dólares.
A causa de decretar la Iglesia "Año Jubilar" el 2012 por el aniversario 400 del hallazgo de la imagen de la Virgen de la Caridad, patrona nacional, desde diciembre del 2011 el Arzobispado de La Habana instó a sus comunidades a peregrinar en febrero al santuario de El Cobre donde radica esa imagen.
Con el anuncio se dijo también de que los habaneros que no puedan viajar a ese Santuario podrán recibir los beneficios espirituales del año jubilar con asistir a la basílica de La Caridad en La Habana.
Según la nota, incluso cumpliendo el primer acuerdo, los tres ómnibus diarios durante febrero no bastarían para que peregrinen todas las comunidades de La Habana.
El público en los templos prorrumpió en murmullos de desaprobación cuando la lectura de la nota expuso la cifra del incremento del flete.
Este desacuerdo Estado-Iglesia sobre el costo de la peregrinación pone el dedo en la llaga de dos crisis:
La crisis del transporte, que no resulta rentable al Estado, incapaz de satisfacer las necesidades normales de los viajeros y mucho menos asumir eventos extraordinarios como la pretendida peregrinación desde La Habana, pese a que el Gobierno desee más favorecer a la Iglesia católica, y no embolsarse la bendición de 211,896 dólares.
Y la crisis de insolvencia de las iglesias cuyos cultos -como sería indispensable para la separación de la Iglesia del Estado- no pueden sostener sus fieles con sus donativos, por la depauperación de los salarios y de la moneda, y el alza de precios que el Estado les impone. Lo cual hace a las iglesias dependientes del Gobierno para que costee sus actos, y de donaciones de iglesias del extranjero, a las cuales el Estado como único contratista, juez y parte, explota así indirectamente.
Si el Estado "reconsidera" el precio, la peregrinación de un número limitado de católicos tendrá que ser subvencionada por el Estado, por lo cual costará dinero al resto de los cubanos no católicos, y producirá empeoramiento del transporte interprovincial.
Si la Iglesia cede, será porque desde el extranjero le costearían su peregrinación, lo cual entra en la política del Estado de hacer de las iglesias blancos de especulación con las necesidades de sus cultos. Y el evento empeorará igualmente el transporte nacional.
Matiz curioso es que el mensaje triunfalista llamando a peregrinar lo firmó el arzobispo de La Habana, cardenal Jaime Ortega Alamino, pero un mes después el anuncio de la suspensión de la peregrinación circula sin firma, referido a una anónima "Administración del Arzobispado de La Habana". Entre tanto, desde las procesiones del 2011, el homenaje a la Virgen tiene de todo menos de religión.
remitido por
Delsa Durán
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