Breve análisis sobre
las
elecciones primarias en Venezuela
Carlos
Moris
El
domingo 12 de febrero, 17.873,020 ciudadanos venezolanos inscritos en el Registro Electoral
Permanente, REP, fueron convocadas por la Mesa de Unidad Democrática, MUD, que
agrupa prácticamente a todas las organizaciones políticas de oposición, para
que procedieran a elegir al candidato a
Presidente de la República que deberá competir el próximo 7 de Octubre, con el
actual Presidente de la República, Hugo Chávez Frías, quien una vez mas
aspira a la reelección.
En el exterior del país, 63.700 electores
inscritos podrían sufragar en 78 ciudades donde se instalaron 181 mesas. Fue
una convocatoria inédita en la historia política venezolana, pues se dejó en
manos de los ciudadanos lo que normalmente había sido decidido por reducidos
grupos políticos, denominados cogollos y realizada en forma abierta.
Sin
sorpresas.
Cinco
candidatos llegaron hasta el momento de abrirse las urnas. Originalmente se
habían inscrito seis, pero Leopoldo
López declinó su postulación para apoyar al quien siempre se ubicó como el gran
favorito, el actual gobernador del Estado Miranda, Henrique Capriles Radonski,
postulado por el Partido Primero Justicia, pero quien pudo conformar un sólido
apoyo de un muy heterogéneo conglomerado de partidos y grupos políticos, pero
sobre todo, conquistar el respaldo
de López, una figura política muy
semejante tanto en procedencia como en pensamiento.
López siempre estuvo ubicado en un tercer
lugar de las encuestas. Probablemente
también influyó en su abrumador triunfo sus posiciones moderadas, estrategia que apuntó a obtener el voto de
una parte del amplio sector de la población que se denomina “ni, ni”. Aunque
realmente debía ser “no, no”, pues no se han identificado con la polarización
entre adeptos y opositores al Presidente Chávez. Su lema “Hay un camino”, eludía la
confrontación, presentándose como un hombre exitoso recordando que fue electo como Diputado, después Alcalde y posteriormente Gobernador. En concreto Capriles, contabilizado el 95 por
ciento del total de los 2,904,710 votos emitidos, alcanza 1,806,860 sufragios (62 por ciento)
Su principal opositor lo fue el gobernador del
Estado Zulia, Pablo Pérez, también un
hombre joven y exitoso políticamente, quien fue apoyado por Acción Democrática,
AD, por Copei, y otros partidos y movimientos mas pequeños. Pérez, quien en el Zulia alcanzó el 80 por
ciento de respaldo, solo pudo contabilizar 867,601 votos (32 por ciento). El
zuliano nunca pudo posesionar una propuesta de impacto y tal vez descansar sus
posibilidades de triunfo en el supuesto aparato electoral de los partidos AD y
Copei, no fue su mejor carta de presentación.
Pese a su gran esfuerzo, la Diputada María
Corina Machado, denominada “Dama de hierro”,
no pudo ni siquiera alcanzar los votos que le respaldaron para llegar a
la Asamblea Nacional. Sin contar con apoyos de partidos políticos o maquinarias
electorales, levantó la bandera del “capitalismo popular”, frente a la
propuesta del Socialismo del Siglo XXI. Al contar los sufragios solo 103,500
electores le apoyaron. Apenas un 3 por ciento.
Mucho mas rezagado se ubicó Diego Arria, un
hombre de 73 años también sin apoyo de partidos, quien por sus propios medios
recogió las firmas necesarias para su postulación. Arria fue Presidente del
Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas, ONU, cuando ocupara
la representación de Venezuela en esa instancia. Por ello reivindicó como valor
principal la experiencia, sosteniendo un duro discurso frente a Chávez.
Solamente 35,070 electores le dieron su confianza. Menos del uno por ciento.
Finalmente,
Pablo Medina, un ex dirigente sindical, fundador y ex diputado por la Causa Radical, postulado por el Movimiento Laborista,
representó una candidatura testimonial, levantando las tradicionales banderas
del movimiento sindical y recordando sus duras luchas frente a los partidos
tradicionales en la era pre Chávez. Su propuesta de constituir la República del
Trabajo, tuvo el respaldo de 14.009 votantes, con menos del uno por
ciento.
Lo
inesperado.
Así
como el triunfo de Capriles no fue sorpresa, lo realmente inesperado para
actores y espectadores, fue la exitosa
realización de una consulta popular, que implicó poner de acuerdo en unas
reglas del juego a un muy heterogéneo conjunto de partidos y movimientos
políticos, superar la apuesta del gobierno a que finalmente ese empeño
fracasaría porque los actores se dividirían. Además, es realmente exitoso el
lograr que cerca de tres millones de electores se hicieran presentes en las
urnas, superando el miedo y las presiones del oficialismo, desbordando
cualquier pronóstico.
Como
complemento, parece muy sincera la actitud de los cuatro candidatos perdedores,
quienes de inmediato se conocieron los resultados, le manifestaron su apoyo en
forma entusiasta a Capriles, garantizando que solamente se presentará un
candidato a la Presidencia de la República.
Se
debe imponer el realismo.
Por
supuesto que en los primeros momentos se han producido en las filas opositoras
expresiones de triunfo, pero que no pueden convertirse en actitudes
triunfalistas. El triunfo de realizar con éxito ese muy complejo proceso de
elecciones primarias a nivel nacional y la contundente victoria de Capriles, no
puede hacerles olvidar a los
protagonistas, tanto elegidos como electores, que lo acaecido hoy es apenas una
escaramuza dentro de la guerra que ha prometido llevar a cabo el Presidente
Chávez, quien es un excelente contendor, unido a que para el Presidente en esa guerra todo vale y para la cual
utilizará todos los recursos del Estado. La desventaja en ese plano para los
opositores es significativa.
Aunque
el 16 por ciento de los electores inscritos en el Registro Electoral
Permanente, REP, emitieron su voto, es
una cantidad insuficiente para que el
candidato opositor obtenga la presidencia de la República el domingo 7 de
octubre. Es sin dudas, un piso para el arranque, tomando en cuenta que ese tipo
de contiendas electorales poco frecuentes, cuando se realizan son
consideradas de tipo “interno”, es
decir, de interés solo para los grupos involucrados.
En
estas elecciones primarias, los interesados representaron seguramente un
segmento de los opositores a Chávez,
pues otra buena parte, sencillamente se ha manifestado por votar a favor de
cualquiera fuese el candidato. Por su parte, un importante sector de los
llamados “ni ni”, van a esperar el
proyecto que presente el candidato opositor para definir su voto.
Justamente, en una contienda muy reñida,
puede ser ese sector el que decida.
Hasta
ahora en consultas electorales anteriores, se han pronunciado mayoritariamente
a favor de Chávez. También hay una franja de electores por ahora simpatizantes
de Chávez que podrían cambiar de
bandera, sin contar aquellos quienes dicen apoyarle para mantener su puesto de
trabajo o alguna ventaja del gobierno, por lo cual era riesgoso e innecesario,
sufragar en las Primarias. En consecuencia, el candidato único de la oposición
tendrá la enorme responsabilidad de armar con éxito ese rompecabezas. A su
favor parece estar, el sentimiento de cambio que se va arraigando en los
ciudadanos. Paradójicamente, con ese sentimiento llegó Chávez al poder.
Amanecerá y veremos.
Remitido
por Oilda del Castillo
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