La uva
“Después del verano, la uva
llega al mercado”, dice un
viejo refrán popular. Septiembre y octubre son los meses de la vendimia de este
fruto. Pero, rigurosamente otoñal, la uva estará en la mayoría de los hogares
como alimento de temporada hasta fin de año. En España y otros países de América, como Argentina y Cuba, en Nochevieja será el último alimento del año y
el primero del siguiente.
La
uva es el fruto de la parra o vid, conocida en botánica como “Vitis vinífera”, una
planta trepadora que puede llegar a superar los 20 metros pero que por la
acción del ser humano, con podas anuales, suele presentar alturas de 1 ó 2
metros. Es una fruta carnosa que nace en largos racimos formados por granos
redondos u ovalados. El color de su piel es diferente según las variedades,
pudiendo lucir tonos verdosos, rojizos, púrpuras, azulados o amarillentos. Su
pulpa es jugosa y dulzona, presentando diversas pepitas pequeñas y duras en su
interior.
El
cultivo de la uva es uno de los primeros emprendidos por el ser humano para su
consumo. Incluso en tiempo de los egipcios se le conocía ya que existen restos de decoraciones en templos y tumbas en los
que se muestran hojas de la vid y
racimos de uvas. Los expertos
localizan su origen en las orillas del Mar Caspio, en Asia Menor, desde donde
se extendió hacia el resto de Europa a través del comercio del Mediterráneo. La viticultura no se difundió
hasta el siglo III antes de Cristo. Entonces los romanos, que dominaban el
Mediterráneo, extendieron este cultivo a toda el área geográfica del sur
europeo. Con la caída del Imperio Romano el cultivo de la vid se abandonó en
buena parte, aunque no se perdió en los monasterios y conventos.
Al igual que con otros productos,
fueron los españoles quienes llevaron la uva al continente americano. Se extendió, pero quedó destruida por una enfermedad
expandida por un insecto parásito de la vid llamado filoxera, que luego llegó
también a Europa. Hubo una plaga enorme y todos los viñedos quedaron destruidos
o dañados, por lo que tuvieron que recurrir a una cepa americana que se había
hecho inmune a dicha enfermedad y así pudieron reproducirse las cepas europeas.
Las principales variedades de uva
pueden diferenciarse de acuerdo a su sabor más o menos dulce, seco u oloroso. Un
factor importantísimo para la obtención de un buen y distintivo sabor está determinado por la región del cultivo de
las vides y por las condiciones del clima y del terreno.
Entre las uvas de las que se obtienen
distintos tipos de vino tinto (el “Red Wine” en inglés), tenemos la Merlot, Cabernet
Sauvignon, Pinot Noir, Garnacha-Tinto, Cariñena, Syrah, Tempranillo, Tintorera
y Gracian.
Por otra parte, entre las uvas doradas o de color verdoso
que producen los vinos blancos se encuentran Palomino, Chardonay, Albariño (Galicia),
la del Vinho Verde portugués muy similar a la Albariño, Garnacha-Blanca, Macabeo,
Moscatel de Málaga o de Alicante…
Zinfandel es una variedad de uva cultivada en algunos
viñedos californianos. Con esta variedad
de uva se produce un vino tinto de carácter
robusto, así como un vino semidulce (rosé) denominado Zinfandel blanco o
White Zinfandel, muy popular en Estados Unidos.
Cuando hablamos de vinos Rioja, Ribera
del Duero, Jerez (Sherry), del Ribeiro, Penedés, Rhin, Loire… nos estamos
refiriendo a la región donde se encuentran los viñedos y donde se elabora el vino.
Fuentes:
Wikipedia.org
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