«La Iglesia os necesita
para la nueva evangelización»
CIUDAD
DEL VATICANO- Un don. Así reconoce Benedicto XVI al Camino Neocatecumenal. «La
Iglesia ha reconocido en el Camino un don especial que el Espíritu Santo ha
dado a nuestro tiempo», destacó ayer el Pontífice ante casi 8.000
miembros del Camino Neocatecumenal, cinco cardenales y medio centenar de
obispos durante un encuentro en el aula Pablo VI del Vaticano y al que
asistieron los iniciadores de este itinerario de redescubrimiento del bautismo,
Kiko Argüello y Carmen Hernández acompañados del sacerdote Mario Pezzi.
Pocos
minutos antes de la llegada del Papa, Josef Clemens, secretario del Pontificio
Consejo para los Laicos, hizo público el decreto que aprueba «aquellas
celebraciones contenidas en el Directorio Catequético del Camino Neocatecumenal
que no resultan por su naturaleza reguladas en los Libros Litúrgicos de la
Iglesia», según explica el mismo documento. De este modo, la Congregación para
el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos –presidida por el cardenal
Antonio Cañizares–, ha dado su visto bueno definitivo.
El
Pontífice subrayó en su discurso que este paso adelante es «un signo» de cómo
la Iglesia «os acompaña con atención y paciente discernimiento» y «comprende
vuestra riqueza». Estas palabras fueron pronunciadas tras resonar en este
gran auditorio una pequeña parte de la sinfonía compuesta por el mismo
Argüello, «El sufrimiento de los inocentes». Pero fue el último movimiento de
la obra, el «Resurrexit» lo que más llamó la atención del Pontífice, quien
aludió a ello subrayando el empeño de los miembros del Camino por «proclamar a
Cristo Resucitado».
Los miles de seminaristas, catequistas itinerantes y numerosos cardenales y obispos que quisieron participar del acto, escucharon atentos las palabras del Papa, especialmente cuando destacó también que «la celebración en las pequeñas comunidades, con las particularidades aprobadas en los estatutos del Camino, tiene la función de ayudar a cuantos recorren el itinerario Neocatecumenal a percibir la gracia de estar incorporados al misterio salvífico de Cristo». Con relación a la celebración de la eucaristía, resaltó que «es esencial al Neocatecumenado en cuanto catecumenado postbaustimal, vivido en pequeña comunidad».
Los miles de seminaristas, catequistas itinerantes y numerosos cardenales y obispos que quisieron participar del acto, escucharon atentos las palabras del Papa, especialmente cuando destacó también que «la celebración en las pequeñas comunidades, con las particularidades aprobadas en los estatutos del Camino, tiene la función de ayudar a cuantos recorren el itinerario Neocatecumenal a percibir la gracia de estar incorporados al misterio salvífico de Cristo». Con relación a la celebración de la eucaristía, resaltó que «es esencial al Neocatecumenado en cuanto catecumenado postbaustimal, vivido en pequeña comunidad».
Por eso, señaló a renglón seguido que «con el fin de favorecer el
acercamiento a la riqueza de la vida sacramental por parte de personas que se
han alejado de la Iglesia, o no han recibido una formación adecuada, los
neocatecumenales pueden celebrar la eucaristía dominical en pequeña comunidad,
después de las primeras Vísperas del domingo». El Papa recordó que, como dicen
los estatutos del Camino, la eucaristía está abierta a otros fieles y «forma
parte de la pastoral litúrgica de la parroquia». Tras estas palabras, les animó
a continuar unidos a la vida de la comunidad eclesial: «Vuestra presencia hoy
es un testimonio visible de vuestro gozoso empeño de vivir la fe».
Un hombre nuevo
«Las
celebraciones aprobadas tienen una fuerza enorme. Imaginad, las celebran en
África, en Madagascar, también con los aborígenes. Hemos experimentado esta
fuerza enorme: la gestación, la creación de un hombre nuevo», agradeció Kiko
Argüello.
El entusiasmo de los asistentes se completaba con los nervios que pasaron las 17 familias que desde hoy partirán en misión «ad gentes» (12 en Europa, 4 en América y 1 en África) a evangelizar zonas secularizadas, donde estarán acompañadas de sacerdotes a los que el Santo Padre bendijo en representación de cada familia entregándoles la cruz de la misión. «Vuestro firme compromiso ha sido proclamar a Cristo resucitado abandonando a menudo seguridades personales y materiales», lo que es posible gracias a «un camino que ayuda a redescubrir a los que ya han recibido el bautismo, la belleza de la vida de la fe y la alegría de ser cristianos», aclaró Benedicto XVI.
El entusiasmo de los asistentes se completaba con los nervios que pasaron las 17 familias que desde hoy partirán en misión «ad gentes» (12 en Europa, 4 en América y 1 en África) a evangelizar zonas secularizadas, donde estarán acompañadas de sacerdotes a los que el Santo Padre bendijo en representación de cada familia entregándoles la cruz de la misión. «Vuestro firme compromiso ha sido proclamar a Cristo resucitado abandonando a menudo seguridades personales y materiales», lo que es posible gracias a «un camino que ayuda a redescubrir a los que ya han recibido el bautismo, la belleza de la vida de la fe y la alegría de ser cristianos», aclaró Benedicto XVI.
Respaldo
a...
1.- La comunidad
El Papa citó los Estatutos del Camino
para hacer hincapié en que «puede celebrar la eucaristía dominical en la
pequeña comunidad».
2.- Las celebraciones
«Sin ser estrictamente litúrgicas,
estas celebraciones forman parte del itinerario del crecimiento en la fe»,
apuntó en su discurso.
3.- Estilo de vida
Benedicto XVI subrayó de los
neocatecumenales su «testimonio cristiano capaz de asumir incluso los
rasgos de la radicalidad».
EN PRIMERA PERSONA
«Pensar que a los catorce años vi al
Papa de lejos en una Jornada Mundial de la Juventud y ahora poder darle la
mano, más que una emoción, es un honor», comenta Pau Jorquera. Este padre de
cuatro hijos y de 28 años de edad ha sido el encargado de dirigir la orquesta
sinfónica del Camino Neocatecumenal durante la audiencia de ayer con el Papa. Al
frente de más de 250 músicos italianos y españoles, este catalán se toma
su trabajo como una misión. «Participamos en la orquesta todos mis hermanos, mi
padre, que está al frente del coro, y mi mujer. Es una misión familiar», afirma
a LA RAZÓN horas antes de regresar a Barcelona. Músico profesional y rodado en
esta labor, Jorquera se emociona al comentar su encuentro con el Papa: «Es un
enorme privilegio para mí; cuando terminó el concierto tenía ganas de darle las
gracias al primero que pillase».
Reproducido
de La Razón, Madrid.
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