Domingo 11 diciembre 2011 (ZENIT.org).- Siete días después de que la iglesia catedral de Bayamo, Cuba, fuera profanada, el obispo de la diócesis Álvaro Beyra Luarca presidió una Eucaristía de desagravio invitando a los fieles a crecer en su amor por la Eucaristía. En Cuba, no es usual que se realicen robos en las iglesias católicas. Las autoridades investigan el caso.
El acto de desagravio tuvo lugar el viernes 9 de diciembre, en el mismo templo, situado en el centro histórico de la ciudad que es capital de la provincia cubana de Granma en la zona sudoriental de la Isla.
La profanación se produjo el pasado 1 de diciembre, en la madrugada. Los asaltantes entraron en la catedral del Santísimo Salvador de Bayamo, forzaron el Sagrario y se llevaron el copón con el Santísimo Sacramento. Fueron también forzadas las alcancías y robados los donativos de los fieles. Además fue sustraído un jarrón de porcelana del siglo XIX y otros objetos litúrgicos de la adyacente capilla de Nuestra Señora de los Dolores, anexa a la catedral.
Fuentes de la diócesis han indicado que el acto de desagravio se inició en total oscuridad fuera del templo. El obispo Beyra imploró el perdón al tiempo que los fieles entraban en el templo en procesión, cantando las letanías de los santos. El obispo cubano bendijo con agua bendita a los fieles, el altar, los muros y ambas capillas del Santísimo y de Nuestra Señora de los Dolores. En sus palabras lamentó el suceso que calificó de ofensa a Dios que aleja de su presencia y rompe con su amistad. También instó a los fieles a crecer en el amor a la Eucaristía. Después de la homilía se iluminó el templo y se adornó con flores y cirios encendidos. Al concluir la Misa el Santísimo fue llevado bajo palio y en procesión hasta el sagrario.
La diócesis de Bayamo-Manzanillo fue creada por Juan Pablo II el 9 de diciembre de 1996, siendo su primer obispo el actual arzobispo de Santiago de Cuba Dionisio García Ibáñez. Entonces, la conocida como parroquial mayor fue elevada a catedral, iniciándose las tareas de restauración de este templo histórico y de la capilla de Nuestra Señora de los Dolores a él anexa.
Ambas construcciones han sido testigos de relevantes hechos de la historia de Cuba: en 1868, la interpretación de la marcha que sería después el Himno Nacional Cubano, que se inicia con las palabras: “Al combate corred bayameses”. En 1869, la bendición, en el atrio del edificio, de la bandera que enarbolaron los insurgentes cubanos bajo el mando del general Carlos Manuel de Céspedes, en la llamada Guerra de los 10 años, para independizarse de España. Este hecho ha quedado perpetuado en un óleo de 8,5 metros ancho por 4,5 metros de alto, pintado por el artista dominicano Julio Desangles en el estilo de la escuela de Sorolla, que se muestra en el arco sobre el altar de la nave principal. Es la única pintura con un tema patriótico en un templo católico cubano.
Colaboración de Sonia Agüero
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