12 de diciembre de 2011

NACE CELAC: ¿MUERE LA OEA?

Nace CELAC: ¿Muere la OEA?



Por Juan Larraín*

Como si faltaran organismos e instancias en nuestra región, cuya fertilidad al respecto no tiene parangón, una reciente cumbre de Jefes de Estado reunida en Caracas, bajo el alero de Chávez y la supuesta inspiración de Bolívar, acaba de dar vida a uno mas: la “Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe” (CELAC).

Hacía más de un año que el líder bolivariano se había empeñado en crear un nuevo organismo hemisférico que expresamente excluyera a Estados Unidos y Canadá, pero al que se incorporara Cuba, a fin de que sus futuras decisiones tuvieran un marcado tono “anti-imperialista” y “anti-capitalista”, según sus propias palabras. De esta forma culmina uno de los más ambiciosos proyectos de su política exterior, logrando así reducir a la OEA a bendecir elecciones de dudosa factura legal, como fue el reciente caso de Nicaragua. En estas condiciones, no es improbable que muy luego tengamos como Estados Observadores de la CELAC a países como Irán, Belarus y Siria, si Assad sobrevive la crisis que lo tiene tambaleándose, junto con otros cuyos líderes son amigotes de Chávez y comulgan con sus ideas y necesitan aliados.

Lo penoso es que nada de esto hubiera ocurrido a no ser por la indolencia timorata de quienes tenían el deber moral de no prestar a sus países para ser comparsa de este sainete. Me refiero por ejemplo a los Presidentes de Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala y Panamá, que podrían haber influido decididamente para frustrar los designios de Chávez y fortalecer el único organismo regional en el que participan todos nuestros países. Incluso Cuba tiene las puertas abiertas y solo debe para reincorporarse aceptar y poner en vigencia en la isla los principios y valores que contiene la Carta de la OEA. Obviamente, la dictadura castrista no está interesada en hacer reformas substantivas en la estructura totalitaria del régimen y menos tener que discutirlas ante la mirada regional, pero encontró en el proyecto chavista la manera de integrarse plenamente en el continente sin tener que aparecer “claudicando” a nada. Para unos el tema no importa, mientras otros prefieren mirar al lado evitando confrontar al energúmeno bolivariano y sus corifeos.

Habrá quienes pregunten qué pasa con Brasil y México, las naciones más importantes y populosas de la región, cuyas voces apenas se escuchan en todo este asunto y le dan luz verde a Chávez para salirse con la suya. Lamentablemente, a pesar de que ambos se benefician de una relación privilegiada con Estados Unidos, comparten un anti-americanismo que, si bien tiene un origen diferente, no pierde oportunidad para evidenciarse. En el caso de Brasil, representa el desafío de una potencia emergente que estima poseer todos los atributos para codearse con los grandes e influir en sus decisiones; para México, el peso de la historia gravita demasiado en la relación bilateral, condicionando sus reacciones. Por su parte, la Argentina de los Kirchner tiene una deuda de gratitud con Chávez que es imposible soslayar y que explica sus actitudes hacia cualquier iniciativa bolivariana.

La primera manifestación pública de la CELAC, como era natural ante la presencia de Cuba, fue aprobar con gran entusiasmo una declaración contra el “bloqueo” económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos contra la tiranía castrista el que, según lo señala el documento, ha causado toda clase de penurias al pueblo cubano... Como es lógico, a nadie se le ocurre preguntarse cuáles fueron las razones que motivaron la medida estadounidense y menos cuál es la situación actual de la relación bilateral, a pesar del embargo. Al mismo tiempo, ninguno de aquellos mandatarios tiene el coraje de señalar que las verdaderas causas de lo que se vive en Cuba hay que atribuirlas en las desastrosas políticas implementadas en la isla por la dictadura comunista y no la supuesta “agresión” del imperio.

La presidencia pro-tempore de la CELAC le fue entregada a una “troika” que integran el Presidente de Chile con la asistencia de Chávez y Raúl, la que debe preparar la reunión del próximo año en Santiago. Piñera estará en gran compañía para determinar la agenda, preparar los borradores de documentos que serán considerados y demás detalles del evento, cuyo resultado es previsible: abundante palabrería hueca, poquísima substancia y una buena dosis de resentimiento que hará temblar al “imperio”.

*El autor es profesor de la Universidad de Miami y ex Embajador de Chile en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la OEA.

Reproducido del Diario Las Américas, Miami

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