2 de abril de 2011

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ROBO DE CEREBRO
O ASESINATO DE CONCIENCIA

 Amelia M. Doval
dovalamela@yahoo.com


Cuando los Castro (una dinastía de asesinos incapaces), llegaron al poder venían con la moda “verde olivo” (uniforme militar), lástima, porque el color es hermoso y su concepto subliminal nos ha creado un repudio total. Con el paso de los años se desprendieron del traje, mas no de los conceptos. Comenzaba la guerra de las Guayaberas, la humilde y elegante prenda había sido secuestrada. Si los de Miami la vestían, pues ellos también.

En esta, su segunda etapa de mandato,  ventrículo y muñeco acomodan y desacomodan las reglas con el desespero de quien intenta armar los colores del cubo rubby en tiempo record. El cambio de vestuario pretendía demostrar que cambiarían de discurso, no son convincentes en ninguno de los dos aspectos.

Tratando de ser honestos hemos de señalar que el ventrículo tiene varios muñecos a los cuales manipula a su antojo, y algunos como Pinocho han tomado su propia vida para exagerar, como buenos ciudadanos de la estupidez, su incondicionalidad al circo. Mientras los cubanos pensantes crean estrategias para escapar del país, los autómatas autocensurados, autocableados y fánaticos de agradar, se toman el poder de las leyes. En un final estas no son del dominio público. Esta especie se autotitula, “enviados directos” del moribundo, son el servicio de mensajería de ultratumba.

Con el surgimiento de la sub-especie humana, abundante en el territorio nacional, los mediocres delatores-espías, divididos en subcategorías según el riesgo, las ganancias y lo cercano al poder central, dificultan el camino de la existencia porque obstaculizan cada movimiento lógico del ser humano. Algunos se conforman con el dolor que causan, otros con los dólares que roban.

 Cuando Fidel, en sus incongruentes, extensos, agotadores y cacofónicos discursos hablaba del robo de cerebro, nosotros pensábamos: ¡benditos los ladrones!, ¡suerte de los robados que junto al cerebro se llevan el cuerpo y la familia!.  Al paso de 52 años, ha quedado claro que los cerebros robados y por robar han desarrollado un intenso proyecto de vida mucho más interesante y productivo, pues no incluye la rutina-malvada existencial de quienes se resistieron al cohecho.


 Los ultra retrógrados nacidos con esta patología, o adquirida con posterioridad, desestiman cualquier posibilidad de progreso social. La competencia en un mundo de personas capacitadas reduciría su estatus de “personalidad importante”, (por las incontables e injustificadas trabas que inventan)  a simples e insignificantes seres de la nada.

¿Quién no recuerda el poder declarado de los CVP (cuerpo de vigilancia policial)? La puerta bajo su custodia sería más importante que la destrucción de la humanidad, podría desaparecer el planeta tierra y ellos quedarían en pie o sentados, junto a la puerta, el elemento a cuidar. Justo entonces es decir, la contrarrespuesta fidelocastrista ante “la amenaza imperialista del robo de cerebro fue el “asesinato de conciencia” y con ello la estupidez adquirió categoría de pandemia.

De estos microcerebros está formada la gran estructura política del ¿gobierno?. Me queda una pregunta sin respuesta: ¿será Carter un contagiado, su defecto es patológico, o existe un mensaje oculto detrás de todo esto? Concluya usted, yo sigo investigando.  

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