27 de marzo de 2011

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El domingo del Agua Viva

El episodio de la Samaritana es muy especial. Nos muestra como la fe, la conversión, el amor se parecen a una corriente de agua pura que, saltando de risco en risco, nos llega desde la eternidad. Eso es lo que Jesús de Nazaret prometió a la mujer de Samaría.  Y eso es lo que nos puede ocurrir a nosotros. Jesús viene hoy también junto al brocal del pozo de nuestra vida.

 ¿Quién eres tú, Señor?
Para que, viéndote sentado
en el pozo de mi hueca vida
me ofrezcas lo que yo nunca te he pedido.

¿Quién eres tú, Señor,
Porque, como la samaritana,
no te he buscado pero te he encontrado.

Porque, como la samaritana,
yo quería agua superficial
y Tú me has proporcionado
otra del manantial de la vida.

¿Quién eres tú, Señor, que lo sabes todo?

Javier Leoz, 
www.betania.es

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