Del dicho al hecho,
no va mucho trecho
Marlene María Pérez Mateo
La literatura sapiencial saturada de historias, mitos, personajes y
sobretodo gran saber es parte de todo pueblo. En el saber popular se crece:
“Vox populus, vox Deus”. Es esta sencilla, pero para mi entrañable reseña, un viaje por su razón y origen en la patria
cubana, y en las muchas patrias que a ella dieron origen. “La sabiduría viene
llamando por las calles y levanta su voz en las plazas”, nos recuerda un
versículo bíblico (Pro 1, 20). Así sea.
V
“Anda como Pedro por su casa”
Huesca,
localidad española al pie de los Pirineos, hacia el 1096 se encontraba bajo el
dominio de enemigo. El Rey Pedro I de Aragón y sus hombres protagonizaron un
asedio hasta lograr su objetivo de poner la ciudad bajo su dominio. Logrado su
cometido, el monarca se paseó con mucha altivez e hidalguía por su recién
conquistada urbe. Los vecinos le recibieron e hicieron gran reverencia ante la
adusta bien-hallada figura del aragonés.
Al parecer el hecho fue impactante, pues
hasta nuestros días llegó el nombre de su protagonista, Pedro, y el sentido de
pasearse sin recato como si de su propia estancia y propiedad tratara a los que
tienen ese hábito de comportamiento.
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