Balance del Año Teresiano
y el secreto de santa Teresa
Recorrido por el Año Jubilar Teresiano 2014-2015 y sus
claves
Jesús de las Heras Muela
El jueves 15 de octubre, festividad litúrgica de la
santa, en una hermosa y emotiva jornada, bella y suavemente otoñal, la ciudad
de Ávila y con ella toda la Iglesia clausuraba el V Centenario del Nacimiento
de Santa Teresa de Jesús, el Año Jubilar Teresiano 2014-2015. No cabía duda de
que, puesta la mirada en el 15 de octubre de 2014, cuando arrancó el 500º
aniversario, habían merecido la pena los esfuerzos, los afanes, las
actividades, los reclamos y las convocatorias acerca de una mujer, de una cristiana
excepcional que, cinco siglos después, sigue despertando por sí misma una
extraordinaria capacidad de convocatoria, de atracción y hasta de fascinación.
¿Cuál fue y sigue siendo la razón del éxito de Teresa de Jesús Cepeda y Ahumada,
de la mística y doctora, de la fémina, inquieta y andariega, de la reformadora
y fiel hija de la Iglesia Teresa de Ávila (Teresa de Jesús o Jesús de Teresa)?
Veamos, primero, como ha ido el discurrir de este año
teresiano para después esbozar una respuesta a la que pregunta que titula estas
líneas: el “éxito” o el “secreto” de santa Teresa.
Vuelta al mundo y el Papa Francisco
“Camino de luz” fue el título de la peregrinación del
bastón de santa Teresa de Jesús por treinta países del mundo –treinta países
donde hay en la actualidad comunidades carmelitas-. La peregrinación tuvo dos
fases: de octubre a febrero por los citados países, y de mayo a septiembre, por
España.
La peregrinación llegó el miércoles 11 de marzo a Roma y,
en la plaza vaticana, el bastón pudo ser venerado y besado por el Papa Francisco, quien
exclamó la coloquial y entrañable frase: «¿Y con esto andaba la vieja?»…
El Papa Francisco no vino a España con ocasión del 500º
aniversario, pero sí envío tres mensajes especiales: en la apertura del año, para
la fiesta del 28 de marzo –día exacto del cumpleaños de la santa- y para el
Encuentro Europeo de Jóvenes, desarrollado en Ávila del 5 al 9 de agosto. Por
cierto que esta iniciativa, el EEJ 2015 Ávila, que atrajo a seis mil jóvenes,
ha sido uno de los principales eventos del año.
Con otros dos gestos quiso el Santo Padre hacerse
presente en las celebraciones: con su respaldo –incluso, con unas palabras y la
entrega simbólica de una vela- a una cadena mundial de oración por la paz en
las vísperas del 28 de marzo, fecha cuyo significado ya ha quedado referido; y
con una iniciativa inédita en la historia de la numismática pontificia: las
monedas de 2015 correspondientes al Papa no llevan su efigie, sino la de santa
Teresa.
Una luminosa “explosión” cultural
Doctora de la Iglesia desde 1970, santa Teresa era
doctora honoris causa por la Universidad de Salamanca desde 1925. Pues bien, ahora,
desde el 1 de agosto de 2015, lo es por la Universidad Católica de Ávila y por
otras cerca de dos decenas de universidades católicas de todo el mundo.
Escritora de capital importancia y reconocimiento
unánimes, santa Teresa de Jesús ha sido en este año fuente de numerosas publicaciones,
tanto históricas como teológicas como de libre creación. Sobre santa Teresa de
Jesús han escrito libros, musicales, canciones y obras de teatro autores de relevancia
tal como la de la recientemente fallecida Ana Diosdado, Espido
Freire, Juan Manuel de Prada,
Carmelo Erdozáin, Belen Yuste y Sonnia Rivas, Francisco
Palazón, Jesús Sánchez Adalid,
Carlos Aganzo…
La benéfica y fecunda “explosión” cultural teresiana
durante este año se ha traducido también a cursos, seminarios, ciclo de
conferencias, ejercicios espirituales, retiros, congresos… En este sentido, la
Universidad de la Mística-CITeS de Ávila, donde en marzo se inauguró un centro
para peregrinos, ha emergido con luz y capacidad propias de convocatoria,
organización y acogida
De “fea y legañosa” a Las Edades del Hombre
Santa Teresa jamás quiso ser retratada. De ahí que,
aunque es muy numerosa la iconografía teresiana, apenas haya un cuadro sobre
ella, como ella era… Apenas, porque fray Juan
de la Miseria, a hurtadillas, logró pintarla y así legarnos un
impagable testimonio histórico, cuyo lienzo original se conserva en el
ayuntamiento de Sevilla.
Pero he aquí que la misma Teresa cuenta que cuando el
bueno de fray Juan de la Miseria le enseñó el retrato, no pudo reprimir el
siguiente comentario suyo, bien célebre y que es bien significativo del
gracejo, de la humanidad y del humor de la santa: «¡Dios te perdone, Fray Juan,
que ya que me pintaste, me has pintado fea y legañosa!».
El retrato de fray Juan de la Miseria, como no podía ser
de otro modo, ha formado parte de una de las decenas de exposiciones de este
año sobre la santa. Concretamente se muestra en Alba de Tormes, donde Teresa
falleció en 1582, en el quinto y último capítulo de “Teresa de Jesús: Maestra de Oración”, cuyo
primeros cuatro capítulos se exhiben en tres templos distintos de la ciudad de
Ávila, su cuna. Cuando, en principio, el 9 de noviembre se clausure esta
nueva edición, edición teresiana, de Las Edades del Hombre, 400.000 personas
habrán visitado la exposición.
Otra exposición emblemática de este año teresiano tuvo
lugar en Madrid, en la Biblioteca Nacional de España, entre mayo y julio. Y la
santa fue santa de exposición –que Teresa bien merece una exposición- en el
IVAM de Valencia, en el Ateneo de Sevilla, en Huelva y otras muchas capitales
de provincia, amén de en las ya citadas 17 ciudades de la ruta “Huellas de
Teresa”.
Hasta en los pucheros y en las televisiones
Sellos de Correos de España y de Portugal, la lotería
nacional, la ONCE, la Ruta Quetzal, la Vuelta Ciclista a España, series de
televisión, rehabilitación de edificios, restauración de imágenes, la nueva
ruta o camino teresiano “De la cuna al sepulcro” entre Ávila y Alba…, Teresa ha
estado este año hasta en los pucheros, haciendo buena su frase, también célebre
y ahora también referida a ellas, «Hasta en los pucheros anda el Señor».
Precisamente este es el título de un programa que ha
empezado a emitir la 2 de TVE en la sobremesa de los sábados y dedicado a la
gastronomía del siglo XVI, el siglo de Teresa. TVE emitirá también este
invierno el film para TV “Teresa”, dos
capítulos de cine sobre una mujer, una santa de cine que, sin duda, harán recordar
aquella inolvidable serie televisiva “Teresa de Jesús”, que TVE emitió en 1982
y 1983 con ocasión del entonces cuarto centenario de su muerte, con guión y
dirección de Josefina
Molina y la magistral interpretación de Concha Velasco, quien
también este año ha vuelto a ser Teresa.
Y ¿cuál es, pues, el “secreto”, de Teresa?
El gran Fénix de
los Ingenios, Félix
Lope de Vega y Carpio, haciendo memoria de ella, de la no menos
grande Teresa de Jesús, al evocar su muerte en el otoño de 1582, en Alba de
Tormes (Salamanca), escribió «con asombro del profundo, Teresa ilustre mujer,
nace en Alba para ser sol de España y luz de mundo».
Adelantada a su tiempo, mujer de una pieza, cristiana
cabal y admirable, mística y andariega, fémina e inquieta, Teresa de Cepeda y
Ahumada, Teresa de Ávila, quinientos años después, no ha pasado de moda y su
ejemplo sigue siendo válido y necesario para los creyentes de hoy y de todos
los tiempos, como orgullo de lo mejor de nuestra tierra y de nuestra Iglesia,
como fuente inagotable de virtud y crisol luminoso de verdadera sabiduría.
Pero, ¿cuál fue y sigue siendo su secreto? Esta pregunta
nos la formuló, recién llegados, este verano la guía que iba a explicar los
lugares teresianos. Cuando concluyó, volvió a preguntárnoslo. Y añadió: «¿Su
belleza, su fama, sus obras…? La respuesta es que se fio totalmente de Dios».
Y yo me pregunté a mi mismo, a continuación: ¿y cómo fue
posible, cómo sabemos lo que Dios quiere de nosotros para fiarnos de Él? La
respuesta está en la vida interior, en la oración, en la perseverancia fiel,
tantas veces costosa, de saber descubrir y discernir su voluntad. La respuesta
está en seguir afanándonos en bajar y subir el cubo por el brocal del pozo del
agua viva de la oración. Su respuesta es tratar con Él de amistad, que sabemos
nos ama, aun tratando tantas veces a solas. Dios nos sigue hablando; Dios no
deja de emitirnos señales. «Mil gracias derramando pasó por estos sotos con
presura y yéndolos mirando vestidos los dejó de su hermosura».
Incluso, Dios habla en el silencio, ese silencio monacal
y conventual tan querido por Teresa. Se trata, pues, de saber escuchar a Dios;
de interpretar correcta y cristianamente sus señales y sus palabras, que son
muchas veces renglones torcidos, donde un día comprobaremos que Él siempre escribe
recto. Sus palabras no nos evitan a nosotros recorrer el camino: «Ahora te toca
a ti», parece decirnos tantas veces; «¡Es tiempo de caminar!». Dios nunca nos
lo da todo hecho, ni mucho menos.
El secreto de santa Teresa fue y sigue siendo ser, en tiempos
recios y no tan recios, amiga fuerte de Dios, una amistad que nacía y se nutría
de la oración y que se concretaba en un amor apasionando por Jesucristo y en su
sacratísima humanidad: desde la cuna (los niños Jesuses de los carmelos descalzos, las castañuelas y la
alegría ante el Belén) al sepulcro (Teresa de Jesús fue también Teresa de la
Cruz, una cruz en su propio cuerpo tantas veces enfermo y en tantas
tribulaciones interiores como las que hubo experimentar) y desde el sepulcro a
la Pascua.
El secreto de Teresa de Jesús fue su amor y fidelidad a
la Iglesia, en la que pudo morir como hija fiel. El secreto de santa
Teresa fue su humanidad repleta, que según se divinizaba mas era todavía
mas humana. El secreto de Teresa de Jesús fue su amor filial a María: la
abadesa de sus conventos (sus “palomarcitos”), su madre (en la imagen de la
Virgen de Caridad de Ávila) desde los 12 años. El secreto de santa Teresa de
Jesús fue Dios, Dios y su hermosura, el Dios inmutable y siempre amigo y
cercano, el Dios de la misericordia y de las misericordias: el primado absoluto
del Dios que nos ama absolutamente. El todo frente a la nada de las cosas.
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