Curiosidades:
La Giralda catalana
Alfred López
Alrededor del origen de la
construcción de la réplica del minarete sevillano existe una simpática leyenda
que es más popular que su verdadera historia, incluso entre muchos de sus
habitantes, a los que conozco a través de haber vivido muy cerca de allí durante
unos cuantos años.
La falsa historia sobre el origen de
la Giralda de L’Arboç
cuenta que un matrimonio de emigrantes sevillanos, tras varios años residiendo
allí, echaban enormemente de menos a su Giralda, suspirando día y noche por
volver a verla.
Pasaron los años y a base de esfuerzo y trabajo habían
recogido un buen capital, pero eran tan importantes los negocios que allí
tenían que les era imposible volver a su tierra de origen. Así que pensaron que
si ellos no podían ir hasta el monumento éste iría hasta ellos, mandando a
construir una réplica.
Pero evidentemente esta historia, llena de romanticismo
y nostalgia, es falsa. El verdadero origen de porqué hay una réplica de la
Giralda de Sevilla en la provincia de Tarragona, es el siguiente:
Este llamativo monumento de algo más
de un siglo de antigüedad, fue un homenaje que le quisieron rendir a su viaje
por Andalucía en su primer aniversario de boda, Joan Roquer i Marí y Candelaria Negravernis.
El joven matrimonio recibió en 1886
una importante herencia. Esto les llevó a invertir en varios proyectos
culturales, entre ellos la construcción del Teatro Romea de Barcelona o el Teatro Arbosense,
población de la que era originario Joan, aunque residían en Barcelona.
Su buena posición económica los
llevó a viajar por Andalucía y disfrutar de las construcciones que dejaron los
musulmanes durante el tiempo en el que estuvieron en Al-Andalus.
Tras varios años de viajes y
negocios, en 1898 decidieron adquirir un terreno de considerables dimensiones
en el que mandarían construir una réplica de todos aquellos lugares que
les había fascinado durante sus viajes por el sur.
Un año después comenzaron las obras,
que se prolongaron hasta 1907 e inaugurada un año después (la torre de la
Giralda fue acabada en 1902).
Pero no solo el minarete se construyó allí. En su interior se puede encontrar una réplica del patio de los leones de la Alhambra de Granada y un salón cubierto por una cúpula bizantina forrada con 30 kg de láminas de papel de oro, construida a semejanza del Salón de Embajadores de los Reales Alcázares de Sevilla.
Pero no solo el minarete se construyó allí. En su interior se puede encontrar una réplica del patio de los leones de la Alhambra de Granada y un salón cubierto por una cúpula bizantina forrada con 30 kg de láminas de papel de oro, construida a semejanza del Salón de Embajadores de los Reales Alcázares de Sevilla.
Gracias al espíritu inquieto de sus
propietarios, en los siguientes años la Giralda
de L’Arboç se convirtió en un lugar de encuentro de personajes
vincularos estrechamente con la cultura, donde se realizaban tertulias y
festivales de música.
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