¿Quién fue la Maricastaña
de aquellos remotos tiempos del dicho?
Mónica Arrizabalaga
ABC,
Madrid
«¡Si se nos ha vuelto el tiempo de
Maricastaña, cuando hablaban las calabazas (...)!», decía el licenciado de “El
casamiento engañoso” de Miguel de Cervantes. Ya a finales del siglo XVI y
comienzos del XVII, cuando el autor de El Quijote escribió sus “Novelas
ejemplares”, los tiempos de Maricastaña
era una frase hecha con la que remontarse a
una antiquísima época diluida en el recuerdo que quizá nunca existió... ¿O
quizá sí?
El diccionario de la Lengua Española la presentaba hasta hace unos
años como «personaje proverbial, símbolo de antigüedad muy remota», pero cada
vez son más los investigadores que sostienen que “María Castana” o “María
Castiñeira” fue real y vivió en Galicia hace seis siglos, concretamente en el
coto de Cereixa, en lo que sería el actual concejo de Puebla del Brollón
(Lugo).
La “España Sagrada” del padre Manuel Risco la menciona
en el tratado 77 (Cap. I, pág.126) por un documento del siglo XIV que se
conserva en la catedral de Lugo: «El 18 de junio de 1386 María Castaña, mujer
de Martín Cego, Gonzalo Cego y Alfonso Cego, confiesan haber hecho muchas
injurias a la Iglesia de Lugo, y haber matado a Francisco Fernández, mayordomo
del Obispo. Para satisfacción de estos delitos, hicieron donación a la Catedral
de todas las heredades que tenían en el coto de Cereixa y se obligaron a pagar
mil maravedíes de la moneda usual».
María Castaña «tomó parte activa en las luchas
que los plebeyos libraban contra los señores feudales que querían despojarlos
de sus tierras», según el autor argentino Héctor Zimmerman (“Tres mil historias”),
y «en una de esas guerras fue acusada de
intentar dar muerte al mayordomo de un obispo -otros afirman que al propio
obispo de Lugo-, con la ayuda de su marido y de sus dos cuñados».
También el «Episcopologio Lucense», de Amador
López Valcárcel menciona a comerciantes, artesanos y hacendados de la parroquia
de Lugo «enfrentados al señorío episcopal, provocando episodios de especial
violencia como los ocurridos en los siglos XIV y XV y que han pasado a la
leyenda local a través de figuras como la popular María Castaña».
Una calle
en Lugo
A mediados de los años 80, el entonces alcalde
de Lugo Vicente Quiroga
bautizó una calle con el nombre de esta brava gallega que se enfrentó al obispo
Pedro López de Aguiar, pero se
encontró con el rechazo de los vecinos. «Fueron a protestar diciendo que la
suya era una calle muy digna», recuerda Isidoro
Rodríguez Pérez, que se encontraba entonces en el Ayuntamiento y
que, intrigado, comenzó a indagar en la historia de María Castaña. «Me parecía
increíble que los lucenses no conociéramos la historia de esta mujer», dice a
ABC este investigador de cultura popular lucense.
En 1993 formó un grupo junto a otros
interesados en el folklore popular llamado «María Castaña» para reivindicar
esta figura histórica y descubrió cómo
el dicho llegó a Latinoamérica ya con los primeros españoles. «Debió de ser un
acontecimiento muy importante este levantamiento que se produjo en Lugo para
que ya en la colonización traspasase las fronteras», considera.
Recientes investigaciones sobre María Castaña
apuntan la posibilidad de no fueran los abusivos tributos del obispo los que
motivaran su levantamiento. «Parece ser que era una cuestión territorial», indica Rodríguez. María Castaña
apoyaba, según esta teoría, las aspiraciones portuguesas sobre esas tierras
frente a Juan I de Castilla, a quien apoyaba López de Aguiar. «Cuando el obispo
llegó a un acuerdo con el rey portugués, María Castaña quedó desamparada y la
revuelta fracasó», continúa el investigador.
Lugo cuenta desde el año 2000 con una calle
dedicada a María Castaña aunque el Diccionario de Seres Míticos Gallegos aún
sostiene que es un personaje ficiticio basado en la leyenda celta “The Battle
of the Birds” (La batalla de los
pájaros) que protagoniza Auburn Mary (María de color castaño, en su traducción
literal).
«También es posible que ese nombre sea tan
genérico como el de Maritornes, Marizápalos, Marisabidilla, Marimacho y por
supuesto como el de «María Sarmiento, tan delgaducha y desmembrada que
fue a mear y se la llevó el viento», señalaba Jaime Campmany en 1993 en ABC.
Sea como fuere, lo que no cabe duda es que
desde los tiempos de Maricastaña ha llovido... y mucho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario