24 de julio de 2014

El Carnaval Santiaguero




El  Carnaval Santiaguero

Ana Dolores García

        Los carnavales, en su origen,  se refieren a una fecha específica celebrada según la tradición cristiana medieval durante los días anteriores al inicio de la cuaresma. El tiempo de cuaresma, como preparación para la Semana Santa, es un tiempo de recogimiento, ayunos y abstinencia tanto de placeres como de carne. Esa abstinencia ha sido la que precisamente dio sentido al nombre “carnaval”, días de fiesta, de diversión y de excesos.  

        Actualmente el carnaval se ha convertido en una fiesta popular de carácter lúdico.   Y, a la vez, la palabra “Carnaval” se emplea también en otros tipos de festividades  no  situadas en el tiempo original de las carnestolentas.      

    En cuanto a América, el carnaval nos llegó con los colonizadores españoles en el siglo XVI. En Cuba ha sido la base para posteriores celebraciones tradicionales y se celebra en fechas disímiles.   

        De acuerdo a ello, lo que hoy llaman el “Carnaval de Santiago de Cuba” no tiene relación  alguna con aquel carnaval que precedía a la cuaresma en tiempos pretéritos, y dista mucho igualmente de su significado y motivación. Estas celebraciones, aunque surgidas también en conjunción a fechas religiosas, en su evolución fueron careciendo del carácter litúrgico que en sus comienzos pudieron tener. Sus mayores características pasaron a ser el baile, la música, la diversión y el consumo de bebidas alcohólicas.

        Esa evolución a partir de sus orígenes religiosos fue desarrollándose a través de los años, y es que desde finales del siglo XVII en Santiago de Cuba se celebraban procesiones, la principal de las cuales era la del 25 de julio en honor al Apóstol Santiago (patrono de la ciudad), a mas de las que también tenían lugar en las festividades de san Juan, san  Pedro, santa Cristina, santa Ana y san Joaquín.

        Las procesiones siempre han sido expresiones sencillas de fe popular a las que se agregan matices folclóricos de los pueblos que las celebran. No serán extraños pues los  matices aportados por esclavos y libertos así como los de los núcleos franco-haitianos, tan presentes en toda la región oriental.  Así va surgiendo poco a poco la incorporación   de “mamarrachos” y enmascarados detrás de las procesiones, uno de los elementos más característicos del carnaval santiaguero.

        A ellos se agregarían los cabildos, que en la época colonial cubana eran agrupaciones de esclavos de una misma etnia, lucumíes, yorubas, etc. que celebraban sus fiestas según costumbres de sus tierras de  origen, y también parranderos de todo tipo provistos de tambores, bandolas (mandolinas rústicas) y chachás (güiras secas y huecas en las que se introducen semillas que al moverse producen un ruido característico), como instrumentos con los que acompañaban sus alegres y rítmicos estribillos.

        En realidad los “mamarrachos” no son originales de Santiago de Cuba pues ya existían en las fiestas carnavalescas de Cádiz y otras ciudades españolas, y aunque se desconozca la fecha o época en que surgieron, en 1757 aparece la primera constancia escrita de su existencia. El caso es que los de Santiago parece que comenzaron a  hacer su aparición en las procesiones en honor al Apóstol Santiago.   

Los mamarrachos del siglo XIX

Hogueras compartidas, peregrinaciones a  santuarios con la iluminación de antorchas y bebiendo aguardiente o ron “Yara" o zumo de frutas, disfrutando chocolates, sopa, cerveza, café… Cubiertos de disfraces y máscaras mientras las orquestas típicas ejecutaban danzas y contradanzas, danzones, rigadones y valses. Improvisadores con sus cantos a veces insultantes, y un desfile espontáneo de comparsas en el último día de los mamarrachos, todas participando en la despedida… Al final del siglo XIX ya casi todo ello había desparecido

Comparsas

        La mas importante manifestación de los mamarrachos en el carnaval del Santiago actual son los desfiles de las comparsas. La palabra comparsa viene del italiano comparire, aparecer brevemente, como puede suceder en una rápida aparición teatral. También da nombre a grupos de músicos y bailadores que desfilan por las calles.

        Mamarrachos y comparsas ya andaban juntos  en las fiestas santiagueras  desde el año 1679.  La primera comparsa de la que se tiene noticia se llamaba “Los Alegrones”, que continuó actuando y renovándose por varias décadas. Nancy Pérez, Historiadora del Carnaval Santiaguero, menciona los nombres de 46 comparsas que se mantuvieron activas durante el siglo XIX, al mismo tiempo que ofrece detalles sobre sus temas y disfraces.  

        La propia Nancy Pérez divide las comparsas santiagueras del siglo XIX en dos categorías:  paseos y congas.  El paseo se distinguía por la música orquestal que lo acompañaba, pasodobles o marchas, o también danzas y contradanzas ejecutadas por danzoneras u orquestas típicas.   

        La otra categoría era de la de las congas: una gran aglomeración de bailadores que, de modo ordenado y vestidos de acuerdo al tema elegido, bailaban con pasos rítmicos con el acompañamiento de instrumentos de percusión: tambores, tumbas, quintos…

        Lo que les faltaba a los congueros en recursos, les sobraba en originalidad. La conga  fue  un ritmo nuevo creado y desarrollado  por el Carnaval de Santiago de Cuba. 

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