El
Carnaval Santiaguero
Ana Dolores García
Los
carnavales, en su origen, se refieren
a una fecha específica celebrada según la tradición cristiana medieval durante los
días anteriores al inicio de la cuaresma. El tiempo de cuaresma, como
preparación para la Semana Santa, es un tiempo de recogimiento, ayunos y
abstinencia tanto de placeres como de carne. Esa abstinencia ha sido la que
precisamente dio sentido al nombre “carnaval”, días de fiesta, de diversión y de
excesos.
Actualmente el carnaval se ha convertido en
una fiesta popular de carácter lúdico. Y, a la vez, la palabra “Carnaval” se emplea
también en otros tipos de festividades no situadas
en el tiempo original de las carnestolentas.
En cuanto a América,
el carnaval nos llegó con los colonizadores españoles en el siglo XVI. En Cuba
ha sido la base para posteriores celebraciones tradicionales y se celebra en
fechas disímiles.
De
acuerdo a ello, lo que hoy llaman el “Carnaval de Santiago de Cuba” no tiene
relación alguna con aquel carnaval que
precedía a la cuaresma en tiempos pretéritos, y dista mucho igualmente de su
significado y motivación. Estas celebraciones, aunque surgidas también en
conjunción a fechas religiosas, en su evolución fueron careciendo del carácter
litúrgico que en sus comienzos pudieron tener. Sus mayores características
pasaron a ser el baile, la música, la diversión y el consumo de bebidas
alcohólicas.
Esa
evolución a partir de sus orígenes religiosos fue desarrollándose a través de
los años, y es que desde finales del siglo XVII en Santiago de Cuba se
celebraban procesiones, la principal de las cuales era la del 25 de julio en
honor al Apóstol Santiago (patrono de la ciudad), a mas de las que también
tenían lugar en las festividades de san Juan, san Pedro, santa Cristina, santa Ana y san
Joaquín.
Las
procesiones siempre han sido expresiones sencillas de fe popular a las que se agregan
matices folclóricos de los pueblos que las celebran. No serán extraños pues los matices aportados por esclavos y libertos así
como los de los núcleos franco-haitianos, tan presentes en toda la región oriental.
Así va surgiendo poco a poco la
incorporación de “mamarrachos” y enmascarados detrás de las
procesiones, uno de los elementos más característicos del carnaval santiaguero.
A
ellos se agregarían los cabildos, que en la época colonial cubana eran
agrupaciones de esclavos de una misma etnia, lucumíes, yorubas, etc. que
celebraban sus fiestas según costumbres de sus tierras de origen, y también parranderos de todo tipo provistos
de tambores, bandolas (mandolinas rústicas) y chachás (güiras secas y huecas en
las que se introducen semillas que al moverse producen un ruido característico),
como instrumentos con los que acompañaban sus alegres y rítmicos estribillos.
En
realidad los “mamarrachos” no son originales de Santiago de Cuba pues ya
existían en las fiestas carnavalescas de Cádiz y otras ciudades españolas, y aunque se desconozca la fecha o época en que
surgieron, en 1757 aparece la primera constancia escrita de su existencia. El
caso es que los de Santiago parece que comenzaron a hacer su aparición en las procesiones en
honor al Apóstol Santiago.
Los mamarrachos del siglo XIX
Hogueras compartidas, peregrinaciones
a santuarios con la iluminación de antorchas
y bebiendo aguardiente o ron “Yara" o zumo de frutas, disfrutando chocolates,
sopa, cerveza, café… Cubiertos de disfraces y máscaras mientras las orquestas
típicas ejecutaban danzas y contradanzas, danzones, rigadones y valses. Improvisadores
con sus cantos a veces insultantes, y un desfile espontáneo de comparsas en el último
día de los mamarrachos, todas participando en la despedida… Al final del siglo
XIX ya casi todo ello había desparecido
Comparsas
La mas importante manifestación de los mamarrachos en el
carnaval del Santiago actual son los desfiles de las comparsas. La palabra
comparsa viene del italiano comparire,
aparecer brevemente, como puede suceder en una rápida aparición teatral. También
da nombre a grupos de músicos y bailadores que desfilan por las calles.
Mamarrachos y comparsas ya andaban juntos
en las fiestas santiagueras desde el año 1679. La primera comparsa de la que se tiene
noticia se llamaba “Los Alegrones”, que continuó actuando y renovándose por varias
décadas. Nancy Pérez, Historiadora del Carnaval Santiaguero, menciona los
nombres de 46 comparsas que se mantuvieron activas durante el siglo XIX, al
mismo tiempo que ofrece detalles sobre sus temas y disfraces.
La propia Nancy Pérez divide las
comparsas santiagueras del siglo XIX en dos categorías: paseos y congas. El paseo se distinguía por la música orquestal
que lo acompañaba, pasodobles o marchas, o también danzas y contradanzas
ejecutadas por danzoneras u orquestas típicas.
La otra categoría era de la de las
congas: una gran aglomeración de bailadores que, de modo ordenado y vestidos de
acuerdo al tema elegido, bailaban con pasos rítmicos con el acompañamiento de
instrumentos de percusión: tambores, tumbas, quintos…
Lo que les faltaba a los congueros en recursos,
les sobraba en originalidad. La conga fue
un ritmo nuevo creado y desarrollado por el Carnaval de Santiago de Cuba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario