ROMANCE
DEL CAMINO DE SANTIAGO
Camina que te camina,
caminito de Santiago,
con las botas bien atadas
y el morral bien
abastado,
hacia Galicia camina,
sueño a sueño, paso a
paso,
el eterno caminante
del camino más andado.
Camina que te camina,
caminito de Santiago,
apenas quiebran albores
las piquetas de los
gallos,
allá viene el peregrino
por desiertos y poblados,
pidiendo a Dios cada día
el perdón de los pecados,
con el pensamiento puesto
en alcanzar el milagro
de llegar a Compostela,
entrar y abrazar al Santo
y admirar la maravilla
de lugar tan admirado.
Camina que te camina,
caminito de Santiago,
ya quedan atrás los muros
de la Abadía de Samos,
ya se adivinan, al fondo,
las torres del templo
santo,
ya el camino empieza a
ser
todo un sueño realizado,
ya la emoción se dispara
en tierno y gozoso llanto
para dar gracias a Dios
por privilegio tan alto
de haber conseguido hacer
el Camino de Santiago.
Ahora reza el peregrino
al pie del apóstol santo,
ahora una lluvia
incesante
castiga los campanarios,
ahora un murmullo de
rezos
llena todos los espacios
y ahora va a llegar, por
fin,
el momento del abrazo.
Francisco Vaquerizo
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