2 de abril de 2014

Frías, la ciudad mas pequeña de España



Frías,
la ciudad mas pequeña 
de España

Asentada en un extraordinario paraje natural, Frías es un poderoso imán para el turismo, y la reina indiscutible de la comarca de Las Merindades.

Frías es uno de esos lugares a los que “hay que ir”, porque no pilla de camino a ningún sitio, pero no siempre ha sido así. En la Edad Media era un paso natural de la meseta castellana hacia el norte de la península, lo que explica su impresionante puente fortificado sobre el Ebro, el único autorizado
en la zona durante el reinado de Alfonso VIII para el paso de animales y gentes.

La estrategia de la época convirtió a Frías en un asentamiento importante y el viejo bastión, tal vez de origen musulmán, que se actualizó y amplió hasta convertirse en un castillo roquero de primer orden capaz de garantizar la seguridad de sus habitantes y la estabilidad en la linde fronteriza.

Esta localidad burgalesa, alejada y mal comunicada con la capital, tuvo fueros propios, privilegios tributarios y, ya en el Siglo XV, Juan II le otorgó el título de ciudad. La ganadería y  la Agricultura unidas  al   comercio,  la   hicieron desarrollarse y crecer hasta alcanzar, allá por el 1600, más de 2000 habitantes. Pero el tiempo y el progreso fueron, poco a poco, limando sus beneficios e importancia, si bien respetaron su trazado medieval y su aspecto antiguo, lo que le ha valido diversos títulos, desde Conjunto Pintoresco a Conjunto Histórico y, recientemente, el de “Pueblo de Cuento” concedido por la prestigiosa revista norteamericana Condé Nast Traveler.

En Frías hay que ver el castillo, las casas colgantes, y pasear por sus calles medievales. También hay que acercarse a la Iglesia de San Vicente, más interesante por dentro que por fuera y con una peculiaridad, pues para contemplar su pórtico románico hay que desplazarse a la orilla del río Hudson en Nueva York, al recinto donde el Metropolitan Museum atesora claustros y pórticos medievales españoles.

La ciudad de Frías fue cuna de emigrantes por los avatares de la historia, que la fueron despoblando hasta diezmarla y, en época de vacas flacas, con el ocaso de la agricultura y la ganadería muchos
fredenses, como señala un impreso municipal, destacaron «Por su carácter emprendedor y colonizador, desplazándose a América en busca de fortuna».

En este siglo, ya sin fueros propios, privilegios tributarios ni arciprestazgo, Frías mantiene la cabeza alta y muestra los méritos atesorados a lo largo de los siglos, ejerciendo como poderoso imán con su urbanismo, su gastronomía o la peculiar “Fiesta del Capitán”, que se celebra en junio y conmemora el levantamiento popular contra el Conde de Haro, quien “poco a poco fue quitando los fueros, además de ir subiendo los impuestos, lo que colmó la paciencia de los vecinos, que se negaban a pagarlos cuatro años después de haber perdido sus libertades”.

Carlos Ortega, Carta de España

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