Los Miserables
Por Jose Antonio Varela Vidal
ROMA, 27 de abril de 2013 (Zenit.org) - Hay obras
literarias que permanecen en el tiempo, las cuales adaptadas para el cine o el
teatro, se convierten en clásicos que reviven en nuestros días.
Este es el caso de la novela "Los
Miserables" del francés Víctor Hugo (1802-1885), que hoy como en su época,
sigue suscitando reacciones al modo en que fueron presentados los personajes de
una Francia del siglo XVIII postrevolucionaria, que llevó libertad a sus
ciudadanos, pero no a todos el bienestar.
El filme "Los Miserables" (Reino Unido,
2012), es una adaptación al cine del exitoso musical homónimo escrito en 1980
por los franceses Claude-Michel Schönberg (música) y Alain Boublil (texto). Una
obra que ha recibido los aplausos del público en diversos escenarios de los 38
países donde se ha presentado, habiéndose traducido a 21 lenguas.
La producción para la pantalla grande, dirigida
por Tom Hooper (Londres, 1972), recoge los dos actos principales del
musical, que se inicia con la liberación del famoso bandido Jean Valjean,
interpretado por Hugh Jackman (Sydney, 1968).
Luego, en una semi-libertad vigilada de modo
obsesivo por el policía Javert (Russell Crowe - Wellington, Nueva Zelanda, 1964
), estará a punto de volver a la cárcel por reincidencia, si no fuera por la
mano benigna de un clérico que lo salva del confinamiento y lo reintegra a la
sociedad.
La historia sigue su desarrollo como bien lo
narró Víctor Hugo en su novela. No solo impresionan los reales escenarios donde
sobrevivían los miserables de la época, tal como la pobre madre Fantine, a
cargo de Anne Hathaway (Nueva York, 1982). Sino que también es agradable seguir
el relato a través de las magníficas voces de los personajes, que entre altos y
bajos, llevan al espectador a contemplar momentos de valentía y de odio, de
misericordia con justicia, o de ideales y sueños...
Es una obra donde al arte escénico y paisajista,
se le une la belleza del vestuario, el realismo del maquillaje y el aplomo de
sus actores. Argumentos de peso que le han merecido varios premios y
reconocimientos.
Nos quedamos con dos escenas. Una de ellas es
durante el armado de las barricadas en plena calle, donde el valor de jóvenes
como Marius (Eddie Redmayne - Londres, 1982), disconformes por las promesas de
libertad incumplidas, los hace ver esperanzas donde no las hay.
Y la segunda cuando Valjean, traspasando muchos
obstáculos --incluida la inmundicia--, sigue cargando sobre sus hombros al
idealista Marius en pos de salvarle la vida.
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