La Fontana di Trevi
Ana Dolores García
Las noticias han hecho
saltar la alarma: de la fachada de la
Fontana di Trevi, -el mas popular y visitado de los monumentos
de Roma- se han desprendido algunas piedras ornamentales. Y aunque todos suponemos que para llegar al
estado ruinoso del Coliseo le haga falta quizás algún milenio, habrá que
reconocer que estos tiempos de crisis son bastante inoportunos para conseguir
sufragar una buena restauración. Hace
apenas catorce años se trabajó en ella puliéndosele las piedras y colocándole
nuevas bombas de extracción de agua, pero el mal que la aqueja ahora parece ser
mayor: sus pulidas piedras se resienten
al paso y erosión de los siglos
Que son ya mas de dos. La
fuente que visitan hoy todos los turistas comenzó a construirse en el año 1732 y fue concluida treinta años
más tarde.
Su leyenda, sin embargo, se
remonta mucho más atrás, a los tiempos del emperador Augusto. Esta leyenda
cuenta que una misteriosa doncella había indicado al general Agripa sobre la
existencia de un manantial en las afueras de Roma. Agripa ordenó la
construcción de un acueducto y en honor a la doncella le dio el nombre de Aqua Virgo. Era el año 19 antes de Cristo. El agua de
este acueducto, el mas corto de Roma, llegaba hasta los baños de Agripa y
estuvo en funcionamiento durante mas de cuatrocientos años.
Los invasores godos durante
el Medioevo destruyeron los acueductos de Roma y los romanos se vieron
obligados a contentarse con las aguas
del Tiber o de pozos igualmente contaminados. Ya durante el Renacimiento, en 1493,
el papa Nicolás V decidió que se
reparara el acueducto Aqua Virgo y se construyera una sencilla fuente junto a él, según
la antigua costumbre romana.
Siete décadas después (1629) otro papa, Ubano VIII,
encomendó al genial escultor Bernini el diseño, para el mismo lugar, de
una fuente que fuera más digna de la eterna Roma por su monumentalidad y
belleza. La obra de Bernini no se llevó
a cabo por el fallecimiento del Papa, y años más tarde cuando volvió a hablarse
del proyecto, el de Bernini fue sustituido por el de Nicola Salvi, igualmente
asombroso, en el que no se ocultan detalles de lo ideado por Bernini. De Bernini
quedó también la idea de situar la fuente al otro extremo de la plaza.
La caída de las aguas y la impresionante fachada van
parejas en espectacularidad. Esta última, muestra admirable de un barroco
tardío, descuella en medio de una pequeña plazoleta a la que se llega a través
de calles tortuosas. En su centro, la figura de un colosal Neptuno, rey de las
aguas, obra de Pietro Bracci, al que flanquean en nichos laterales las esculturas de la Abundancia y la
Salubridad realizadas por Filipo della
Valle. Tritones y caballos completan la hermosa fachada.
En tiempos remotos existía la costumbre que las
gentes dejaran una moneda de agradecimiento junto a alguna fuente en la que
pudieran calmar la sed en los largos caminos
por los que transitaban, pero en 1954 el director cinematográfico Jean
Negulesco realizó el film “Tres monedas en la fuente”, desarrollado en Roma, en
el cual, según su título, tres protagonistas tiraron sendas monedas
a la fuente de Trevi y cada uno pidió un
deseo.
A partir de este filme se fue creando la tradición de
tirar una moneda a la fuente para volver a Roma. Es mas, también se dice -¿y se cree?- que si se tiran dos, se podrá
vivir un romance con algún romano o romana, y
si tres podrá ocurrir un matrimonio o un divorcio…
El caso es que desde entonces ya no es solamente en la fuente de Trevi
donde se arrojan monedas, sino en cualquier fuente de cualquier ciudad del
mundo. Se dice que el promedio que se recoge diariamente en la fuente de Trevi
es de 3000 € que sirven para sostener el comedor popular Emporio Caritas.
Otros filmes también han contribuido a la
popularidad de esta bella fuente: “Roman
Holliday” (1953) con Audrey Hepburn; “Arrivederci Roma” (1957), con Mario
Lanza; una famosa “Dolce Vita”, de
Federico Fellini, con Marcello Mastroianni y Anita Ekberg, en la que ambos
entran en la fuente; “Tototruffa” (1961) comedia en la que Totò intenta vender
la fuente a unos ingenuos turistas y, finalmente hasta ahora, “Elsa y Fred” (2005)
deliciosa y emotiva comedia hispano-argentina en la que Elsa también se
zambulle en la fuente para satisfacer un saboreado deseo de imitar a la Ekberg.
Video clip
de “la Dolce Vita” con Mastroianni, la Ekberg y la Fuente de Trevi:
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