9 de noviembre de 2009


Veinte años después

Este 9 de noviembre se conmemoran veinte años del derribo del Muro de Berlín. Aquella muralla fue impuesta por la Unión Soviética en 1960 para evitar la fuga de los alemanes del este hacia el oeste, los esclavos en busca de libertad. “Fue una prueba absoluta -como dijo en su editorial el Diario Las Américas- de que el comunismo sólo puede existir bajo el imperio del terror”.

El presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, el 12 de junio de 1987, pronunció un vibrante discurso junto al muro que separaba al Berlín libre de la famosa Puerta de Brandeburgo, en el que finalizó dirigiéndose al entonces secretario general del Partido Comunista de la URSS, Mikhaíl Gobachov: “Señor Gorbachov: si usted busca la paz, si busca prosperidad para su país y Europa Oriental, si busca liberalización: ¡abra esta puerta! ¡Señor Gorbachev, derribe este muro!”

Dos años, 5 meses y 28 días después, el Muro de la Infamia fue derribado.

No lo toquéis

No toquéis ese Muro:
Es necesario su fulgor oscuro.

No destruyáis la línea divisoria
de ese puñal en medio de la Historia.

Ese Muro enemigo,
desmanteló la libertad y el trigo.

Raya entre el bien y el mal,
no rompáis ese símbolo de sal.

Ese Muro de sangre, paradoja oportuna,
servirá de vacuna.

No quebréis ese Muro, que la carne europea
fue vacunada con su hoz atea.

No borréis el paisaje de un pasado
derrotado, humillado.

Ese Muro murió de libertad
y es el espejo de la humanidad.

Preservad su terror hecho amasijo:
Perplejidad del hijo.

Mantened ese oprobio de concreto:
Germen de asombro para el nieto.

El Muro de Berlín,
aunque odioso, no debe tener fin.

Es bueno que los hombres del futuro
mediten ante el Muro.

Texto y poema: Luis Mario
Diario Las Américas, Miami, FL
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