No me mueve
o Soneto a
Cristo crucificado
Marlene María Perez Mateo
No me mueve, mi Dios, para quererte
el Cielo que
me tienes prometido
ni me mueve
el Infierno tan temido
para dejar
por eso de ofenderte.
Tú me mueves,
Señor. Múeveme el verte
clavado en
una cruz y escarnecido;
múeveme el
ver tu cuerpo tan herido,
múeveme tus
afrentas, y tu muerte.
Múeveme, en
fin, tu amor, y en tal manera
que, aunque
no viera Cielo, yo te amara
y, aunque
no hubiera Infierno, te temiera.
No me tienes
que dar porque te quiera,
pues, aunque
lo que espero no esperara,
lo mismo que
te quiero te quisiera.
El soneto “A Cristo crucificado”
mas reconocido comúnmente como el soneto “No me mueve” es una de esas obras del
arte de la que se pudiera decir por haberlo expresado todo, es difícil adicionar algo. Sin dudas esta joya del misticismo cristiano
es para muchos la mejor poesía de la segunda mitad del siglo XVI donde
rivalizaba con obras de excelente
calidad de muy notables escritores.
La obra explica
bellamente en sus catorce versos endecasílabos la mas alta meta del ideal
cristiano, la motivación al supremo bien sin
espera de recompensas o retribución. Una fe cristocentrica por
excelencia. Existe una composición predecesora en la pluma del místico musulmán Abu Bark Muhamadd ibn Arabi (1164-1240) de
similar factura.
Fue Menedez Paleyo en su
colección selecta de poemas el mayor responsable de la difusión de esta obra hacia 1906. La autoría del poema ha sido muy
discutida. Juan de la Cruz, Teresa de Avila, Lope de Vega, Ignacio de Loyola,
Francisco Javier, Juan de Avila, Antonio Panes por solo mencionar algunos han
tenido el privilegio de ser contados como posibles escritores del citado
soneto. En este momento se apunta como
el mejor candidato, aunque
aun discutido, al agustino mexicano Fray Miguel de
Guevara. Un hijo de la llamada por entonces Nueva España, y familiar del conquistador
Hernan Cortes; políglota en lenguas indo-americanas y amplio conocedor de la
doctrina católica. Según reza en sus múltiples manuscritos trato de consolidar
y armonizar sus dos mayores campos del conocimiento ya mencionados. No pocas
veces escribió en prosa las ideas gestoras de su archiconocida poesía;
paradojicamente es donde su nombre menos se reconoce.
“No me mueve” es decir
“No me motiva”es una excelente motivación muy
a tono con la Semana Mayor del año que ahora vivimos, y también para
antes y después de ella. Enhorabuena a Fray Guevara por tal gema plantada en los albores de la historia de este lado de
la “Mar océano”
25 de marzo del 2018, para el
Lunes Santo de 2018
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