La Avenida de Carlos lll
en La Habana
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La
Avenida de Carlos III, ubicada La Habana fue el paseo que el gobernador Miguel
de Tacón puso en funcionamiento en el año 1836. Al crearla se le llamó “Paseo
de Tacón”. Años más tarde se le llamó Carlos III en honor del rey de España y
se le colocó una estatua del monarca. La Avenida de Carlos III comienza en
la intersección con las calzadas Ayestarán y Presidente Menocal o Infanta.
Continúa Infanta hacia el norte, a la derecha, haciendo cuchillo con la calle
San Francisco que corre detrás del Edificio Manzanares.
La
conocida con el monárquico nombre de Carlos III, con sus más de 50 metros de
ancho contribuye como ninguna otra a descongestionar la circulación vial desde
y hacia la zona más añeja de La Habana, sobre todo por sus cuatro carriles. Es
la arteria citadina más ancha de Cuba.
El
plan de embellecimiento de La Habana concedido por el ingeniero Mariano
Carrillo de Albornoz por allá por la tercera década del siglo XIX, contemplaba
la construcción de un buen paseo, cómodo y hermoso que sirviera para el
esparcimiento de los vecinos de la ciudad, que iba extendiéndose cada vez más
de sus originales límites ya enmarcados por el famoso cordón amurallado que la
protegía de ataques extranjeros.
Al
mismo tiempo dicho paseo debía propiciar una mejor comunicación con las tropas
coloniales destacadas en el castillo del Príncipe, pues hasta ese entonces se
hacía muy difícil llegar a esa instalación militar al tener que sortear un
camino bajo y cenagoso que se hacía prácticamente intransitable en épocas de
lluvias.
Posiblemente
esa fue la razón por la que se le llamara “Paseo Militar”, aunque su nombre oficial
fue el de “Miguel Tacón”, gobernador de la Isla entre 1834 y 1838 en cuyo
mandato comenzó la construcción del paseo. Cuando cesó el gobierno de Tacón,
todavía no se había concluido el Paseo y la obra continuó hasta terminarse en
1850, pero el monumento erigido al rey Carlos III, de España, a la entrada del
Paseo, hizo que se le identificara con el nombre del monarca.
Sobre
los motivos originales del Paseo, escribía el propio Tacón, que devino en algo
así como el primer ecologista en Cuba: …“Carecía la capital de un paseo de
campo, donde se pudiera respirar el aire puro y libre, y me resolvía a
emprenderle desde el campo que llaman de Peñalver hasta la falda de la colina
donde se halla el castillo del Príncipe.
“Quedó
realizado el Paseo con arboleda, jardines, fuentes, cascadas y estanques que,
sirviéndoles de adorno, hacen la atmósfera fresca y agradable y satisfacen a la
concurrencia, que es siempre numerosa, particularmente en los días festivos.”
Constaba
el “Paseo de Tacón” primitivo con tres calles y cuatro filas de árboles para
dividirlas. Las dos calles laterales tenían bancos de piedra en sus
intermedios, y la central, de triple ancho que las otras, se destinaba al
tránsito de los carruajes. Embellecido además por además por cinco glorietas o
rotondas, trazadas a distancias distintas y rodeadas de verjas y asientos
circulares.
Las
glorietas estaban adornadas con pinos de Nueva Holanda. La rotonda o glorieta
más decorada era la primera, cerca de Belascoaín, que era la que iniciaba el
Paseo. Ostentaba, a cada lado, dos pilares de piedra que sostenían sendos
leones tallados en mármol y que miraban al Oriente. Exhibía también dos
columnas dóricas, que es de lo poco que se conserva hoy en día.
En
1902, fecha de la instauración de la República tras la retirada de las tropas
norteamericanas, el Ayuntamiento habanero cambió su nombre por el de “Avenida
de la Independencia”, por el que nunca la llamó nadie. En 1936, el insigne
historiador Emilio Roig consiguió del Alcalde de La Habana que se le
restituyera su nombre de “Carlos III” pues nunca pegó entre los habaneros el
patriótico nombre para su mayor avenida.
En
1955, para “modernizarla”, se le arrancó sin piedad su arbolado antiguo y
frondoso. Muchas de sus estatuas y fuentes fueron suprimidas ese año. Las columnas
que lo habían engalanado por siempre también fueron eliminadas, aunque al año
siguiente fueron restituidas las que todavía se observan muy cerca del Gran
Templo Masónico de la isla y que tienen que ver con la amplia simbología de la
mundialmente conocida fraternidad.
Otro
cambio de nombre sufriría en la década del 70, pero al igual que sucedió en
1936, nadie llama a esta vía por su nombre oficial de “Salvador Allende”. Para
todos, sigue siendo, como siempre, Carlos III.
https://cubaenlamemoria.wordpress.com/2012/10/24/avenida-de-carlos-iii/
Gracias Lolin. Cuba en la memoria es un excelente blog. Marlene M
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