28 de abril de 2016

Sobre el nuevo Arzobispo de La Habana


Sobre el nuevo Arzobispo de La Habana

Roberto de Jesus Quiñones Aces
Cubanet.

GUANTÁNAMO, Cuba.- Ayer martes 26 de abril del 2016 el arzobispado de La Habana informó que el papa Francisco nombró como nuevo arzobispo de La Habana al monseñor Juan de la Caridad García Rodríguez, que hasta ese momento se desempeñaba como Arzobispo de Camagüey.

Juan de la Caridad García Rodríguez pronto cumplirá 68 años. Estudió Filosofía y Teología en el Seminario San Basilio de El Cobre y en el Seminario Mayor de San Carlos y San Ambrosio en La Habana. Fue ordenado sacerdote el 25 de enero de 1972 y su ejercicio pastoral ha estado constreñido hasta ahora a las diócesis de Ciego de Ávila y Camagüey, en las parroquias de Morón, Ciego de Ávila y Jatibonico. También fue vicario en la vicaría Ciego de Ávila-Morón. En 1989 fue nombrado párroco de Florida. Fundó y dirigió la escuela para misioneros de la diócesis de Camagüey.

El 15 de marzo de 1997 fue nombrado obispo auxiliar de Camagüey y recibió la ordenación episcopal el 7 de junio de ese año. El 10 de junio del 2002 fue nombrado arzobispo de Camagüey.

Un suceso importante para la Iglesia Católica Cubana

Este nombramiento se produce a consecuencia de la renuncia que el cardenal Jaime Ortega y Alamino presentó a su santidad el papa Benedicto XVI el 18 de octubre del 2011 y que ahora se ha hecho efectiva.

Aún se desconoce la fecha en que el nuevo arzobispo tomará posesión de su cargo pero no es un secreto que su nombramiento ha ocurrido en una coyuntura muy difícil para nuestra patria, en la que confluyen tres circunstancias ineludibles: 1) El nuevo contexto político creado entre Cuba y EEUU luego del restablecimiento de las relaciones diplomáticas; 2) El recién terminado   Séptimo Congreso del Partido Comunista de Cuba y el anuncio de cambios hecho por la cúpula gobernante y 3) El éxodo indetenible de los cubanos, unido al creciente descontento popular y a la progresiva fortaleza de la oposición pacífica.

La Iglesia católica cubana aspira a recuperar espacios que le han estado vedados desde 1959. Constituyen anhelos irrenunciables del laicado católico —compartidos por hermanos cristianos de otras denominaciones— que sus hijos puedan estudiar en colegios religiosos y que todos los cristianos contemos con los medios de comunicación que ayuden a la formación de nuestras familias. Ambos son derechos humanos violados sistemáticamente por el gobierno cubano.

A pesar de tener una agenda muy apretada, el monseñor Wilfredo Pino Estévez, obispo de la diócesis Guantánamo-Baracoa y sacerdote camagüeyano que trabajó con Juan de la Caridad, tuvo la gentileza de responder algunas preguntas a Cubanet relacionadas con este importante suceso para la Iglesia católica cubana:

Pregunta: El nombramiento del monseñor Juan de la Caridad García Rodríguez como arzobispo de La Habana ha tenido gran repercusión. Usted trabajó con él en la archidiócesis de Camagüey, ¿qué cualidades cree que distinguen al monseñor Juan? ¿Lo sorprendió este nombramiento?

Respuesta: Monseñor Juan es el hombre de la misión y de la caridad. Son dos cualidades que lo distinguen por encima de otras más que tiene. Su lema es la conocida expresión de San Pablo: “Ay de mí si no evangelizo”. Ciertamente es un hombre que no descansa, que busca llegar con el evangelio a todos los rincones posibles de nuestra geografía y que, para ello, invita a todos a ir de misión con él. Es misionero las 24 horas del día y los 365 días del año. Por otra parte, vive preocupado y ocupado en lo que se refiere a los necesitados de ayuda, a los enfermos, a los minusválidos, etc. Siempre anda buscando cómo alimentar a los que no tienen mucho o casi nada. Lo mismo hace gestionando pampers o medicinas.

En cuanto a que si me sorprendió este nombramiento respondo categóricamente: En lo absoluto. Yo siempre pensé que en Juan brilla de manera especial “el olor a ovejas” del que habla el Papa Francisco tan a menudo. Además, tuvo la escuela del monseñor Adolfo Rodríguez (anterior arzobispo de Camagüey), cuyo proceso de canonización va adelante. Yo no olvido las veces, cuando el monseñor Juan era el sacerdote párroco de Florida, que se iba en un camión a traer leña del monte con la que poder cocinar los dos almuerzos que preparaba cada semana para llevar a más de 200 personas necesitadas… Es un hombre, además, que se conoce todas las salas de los hospitales de los pueblos por donde ha pasado: sabe si la sala de ortopedia queda entrando a la derecha, o si cirugía está en el tercer piso… Y, aunque parezca un poco sorprendente: ¡le encanta la pelota! Y siempre que puede, la ve por televisión. Es capaz, incluso, de discutir sobre el tema con otros “peloteros”…

Pregunta: Seguramente este nombramiento hecho por el papa Francisco implicará otros movimientos dentro del Episcopado cubano y nuevos nombramientos de obispos. ¿Lo cree usted? A propósito, ¿pudiera compartir con los lectores de Cubanet cómo se nombra a un obispo, qué es lo que determina que un sacerdote sea nombrado obispo y otros no? ¿Se exige determinada edad para que un sacerdote pueda ser obispo?

Respuesta: Por supuesto que debe haber nuevos nombramientos. Ahora el papa tendrá que nombrar un nuevo obispo para Camagüey, y también está pendiente el nombramiento del obispo para Ciego de Ávila porque ya su obispo actual, monseñor Mestril, ha llegado al límite de edad y ha debido presentar su renuncia. También, en su momento habrá que nombrar otro obispo auxiliar para La Habana en sustitución de Monseñor Petit, cuya renuncia por límite de edad también fue aceptada hoy por el sumo pontífice.

Con relación a la pregunta sobre cómo se nombra un obispo y las demás: Compete a las Nunciaturas Apostólicas en cada país presentar al Santo Padre los posibles candidatos al Episcopado. Esa lista la brinda la Nunciatura al papa después de escuchar en Cuba a muchas personas y consultarlas por escrito “bajo secreto pontificio”: obispos, sacerdotes, diáconos, religiosas, laicos. Esto hace que el último que se enterará será el propio que es nombrado. En ese momento, el elegido es consultado, siempre bajo secreto, si acepta o no. Si su parecer es positivo, la Nunciatura informa a Roma y ya se fija una fecha y hora en que se hará público el nombramiento. En Cuba, generalmente, nos enteramos temprano, al amanecer, porque la hora que se fija son las doce del día, hora de Roma, y como tenemos seis horas de diferencia con Roma, pues nos enteramos a las 6 de la mañana. Por supuesto que el candidato debe tener ya un tiempo en que ha ejercido su labor sacerdotal.

Pregunta: Desde la visita de Juan Pablo II a Cuba el gobierno cubano y la alta representación de la Iglesia católica se han acercado, han dialogado y es conocido el papel mediador de la institución en la solución de varios conflictos. Este nombramiento se produce en un contexto histórico significativo, además de que será ejercido en La Habana, donde los conflictos sociales y políticos cada día son mayores. ¿Usted cree que el monseñor Juan de la Caridad seguirá la misma línea del cardenal Jaime Ortega y Alamino o cabe esperar de él un mayor acercamiento a los cubanos que sufren por causas políticas?

Respuesta: Acabo de leer una declaración del monseñor José Félix, secretario adjunto de nuestra conferencia de obispos, con la que estoy de acuerdo: Pienso que la relación entre Juan y el Estado será positiva. Los cambios positivos que ha registrado la relación han dependido también de circunstancias que van más allá de la misma vida de la Iglesia. Es decir, hay unas circunstancias políticas que favorecieron el que la Iglesia pudiera tener mejores espacios para cumplir su misión. Esos espacios todavía no son suficientes. Hay mucho que hacer todavía en el tema de la libertad religiosa, acceso a los medios de comunicación, así como la presencia de la Iglesia en la educación de las nuevas generaciones de cubanos.

No se trata de seguir “líneas” de tal o cual persona. El monseñor Juan va a seguir la “línea de Jesucristo y su Iglesia” que quiere que “todos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad”. No se cansará de llamar a todos a la conversión. Estoy seguro que la gente toda lo va a sentir cercano. Y será un ejemplo para todos, como lo ha sido siempre para mí. La gente no va a olvidar sus homilías porque le habla al pueblo sencillo, y con ejemplos y anécdotas a su alcance. Fue capaz, en medio de su homilía en la solemne ordenación episcopal del Obispo de Bayamo-Manzanillo y el de Cienfuegos, de mencionar el nombre de un personaje de la novela brasileña que en ese momento se televisaba en Cuba, lo que provocó muchas risas entre los presentes. Quizás el “secreto” del monseñor Juan es que dedica mucho tiempo en las madrugadas a rezar… Sencillo, humilde, entregado al servicio de la Iglesia.

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