¿Ya
viene llegando… el Zika?
Alejandro Rodríguez
Rodríguez
Por alguna razón, y según
declaran los que pueden declarar, el virus del Zika no ha llegado aún a Cuba.
“Hasta el momento no se
han detectado casos con sospecha clínica o epidemiológica”, dijo el
director nacional de Epidemiología del Ministerio de Salud, en un reportaje
publicado hoy por el diario Granma.
¿Por qué todavía no tenemos
a Zika en Cuba?… bueno, puede ser que el tipo
tenga miedo a que le quiten la mitad de su Ácido Ribonucleico en la Aduana, o
que esté esperando turno para venir en un crucero nuevasrelaciones de
estos que entran al puerto de La Habana.
En cualquier caso la
probabilidad de que llegue pronto es bastante alta, y la de que se riegue como
mismo se riega el Dengue también.
Anda ya por 26 países del área y en cualquier momento se tira aquí y nos
muerde, de modo que deberíamos informarnos lo mejor posible sobre este virus.
Su nombre, por ejemplo, no
aporta a una adecuada percepción del riesgo. Compárelo con “Sarampión”, “Malaria”, “Sífilis”:
pronúncielos en voz alta y escúchese… ¿No es verdad que esos sí suenan a
enfermedades temibles?
Pero “Zika” no; Zika suena demasiado noble: a juguete electrónico japonés, a marca
de carro barato o de zapatilla plástica china,…a futbolista brasileño de
segunda división, a cualquier cosa menos al virus superrecontrapeligroso
que es en la vida real.
Debían haberlo bautizado con
un nombre más espantante, porque detrás del nombrecito guanajo ese, ya Zika logró lo que no lograron juntos
sus medio-hermanos con calificativos terroríficos, Dengue y Chikungunya:
la OMS lo tiene en la categoría de emergencia sanitaria, la misma en que estuvo
el Ébola el año pasado.
De llegar— o cuando llegue—,
Zika se va a encontrar aquí con
un pueblo heroico y muy culto en materia de tenerle odio al mosquito que lo
transporta, y con un Sistema de Salud
Pública que ya hace casi todo cuanto puede para controlar los focos
de propagación de enfermedades mosquitosas.
Es muy triste ser un pueblo
tan culto y heroico, y con un Sistema de Salud tan bueno, y que entonces venga
un bicho de mierda que no pesa un gramo a tumbarnos el helado de la barquilla…
En Cuba los periódicos, funcionarios de Salud Pública y mensajes de
bien público en la televisión, no suelen ponderar el uso de repelentes
industriales para evitar la picadura del Aedes.
Pasa que el producto no se
comercializa en cantidades notables, que no alcanza a tanta demanda de isla
tropical, y en virtud de lo anterior, alguien entiende que es contranatura
invitar a la gente a echarse lo que no tienen. Cosa similar a la supuesta
justificación del por qué los políticos cubanos no tienen cuentas de Twitter.
Sin embargo, más
contranatura me parece el hecho de no brindarle a la gente información útil que
puede llegar a ser vital.
Ante la ausencia de
repelentes, hay quien se levanta por la mañana y se traga 6 Polivit de un solo
palo, o 4 pastillas de vitamina B, porque les contaron que el exceso de
vitaminas se excreta a través de la piel, y que ese sudor apestoso es perceptible
y rechazado por el mosquito.
Entonces uno se pregunta:
¿Será que llegaremos a
embadurnarnos la piel en manteca de tenca o aceite quemado para evitar que el
Aedes nos pique y fastidie constantemente con nuevos y cada vez más jodidos
virus?
¿Cuesta tanto fabricar o
importar el puñetero repelente industrial, para que sirva de última cortina,
después del autofocal voluntario, la fumigadera obligatoria, la
“tela-metálica-plástica” en cada hueco de la casa y el mosquitero sobre la cama
ahogando de calor al pueblo sin aire acondicionado?
¿Si el Zika es tan pero tan peligroso, no
deberían las autoridades sanitarias ponerle nuevos detalles al asunto, y
plantearse una línea de contención más amplia, en vez de hacer solo lo mismo
que siempre han hecho y recomendar a la gente lo mismo que siempre recomiendan,
y que si antes no fue suficiente es poco probable que ahora lo sea?
Me gustaría
encontrar esas respuestas leyendo la última página del Granma, porque la
campaña y la épica social antivectorial estarán muy bien, pero algo tiene que
poder hacer la gente, en el orden individual, para no sufrir daños colaterales
a la actitud del vecino que no le abre la puerta al fumigador, o al fumigador
que vende los insumos de su trabajo en la puerta del vecino.
Para mí es puro sentido de
autoconservación: ahora mismo tengo un imán que atrae microbichos donde debería
ir un sistema inmunológico, y si llega el Zika, y se masifika… ¡Dios me guarde!
Alejo3399.com
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