17 de marzo de 2015

La misteriosa isla de San Borondón

 
La misteriosa isla de San Borondón

Así lo cantan los Sabandeños:

«Tremenda mentira nos metió el patrón…  
Boguemos ligeros, con fuerza y ardor
que allá por los mares la Elvira se hundió
sin dar con la isla de San Borondón.»

La isla de San Borondón es una leyenda popular de las Islas Canarias   sobre una isla que aparece y desaparece desde hace varios siglos, originada en la leyenda de san Brandán de Clonfert, “San Borondón”. Este mito se conoce en Europa como “isla de san Brandán” desde su plasmación por los cartógrafos medievales. En Canarias la tradición fue adoptada con entusiasmo y adaptada, hasta en el nombre, a la  idiosincrasia nacional propia.

Debido a sus características y comportamientos extraños, como el aparecer y desaparecer o esconderse tras una espesa capa de niebla o nubes, ha sido llamada «la Inaccesible», «la Non Trubada», «la Encubierta», «la Perdida», «la Encantada» y algún apelativo más.

El Tratado de Alcaçovas, suscrito entre España y Portugal en 1479 para repartirse territorialmente el Atlántico aun por navegar, especificaba claramente que San Borondón («aún por ganar») pertenecía al Archipiélago Canario.  

En las Islas Canarias aun persiste la leyenda. Según los “testigos” que dicen haber visto la isla, normalmente la sitúan en el extremo occidental del archipiélago, entre las islas de La Palma, La Gomera y El Hierro.  Hay relatos desde hace siglos que narran la aparición de dicha isla, de la visión por muchos testigos y de su posterior desaparición, mientras otras personas atribuyen la extraña aparición a alguna acumulación de nubes en el horizonte o a un fenómeno de espejismo.

La leyenda de la isla de San Borondón llegó a adquirir tal fuerza en Canarias que durante los siglos XVI, XVII y XVIII se organizaron expediciones de exploración para descubrirla y conquistarla.

El origen de la leyenda

Brandán el Navegante (Irlanda circa 484) también llamado Brandano, Barandán o Borondón, fue uno de los grandes monjes evangelizadores irlandeses de siglo VI. Fue el protagonista de uno de los relatos de viajes medievales más famosos de la cultura medieval, relatado en la Navigatio Sancti Brandani, una obra que fue redactada en torno a los siglos X-XI.

De acuerdo con la citada obra, Brandán partió en un barco el 22 de marzo del 516 con otros catorce monjes, para buscar el Paraíso terrenal.    Después de un largo viaje, recaló en un mar lleno de islas. La identidad de estas islas y en particular de la mítica isla de san Brandán, ha sido motivo de controversias y se ha afirmado que posiblemente se tratara de la isla de Terranova, lo que haría de Brandán quizá el primer europeo en llegar a América. También se las ha identificado con Islandia y las islas Feroe, e incluso con las Islas Canarias.

La leyenda cuenta que los monjes celebraron una misa el día de Pascua de Resurrección en una isla que en realidad resultó ser una ballena. Tras la celebración decidieron encender una hoguera para calentarse y cuando se sentaron en torno al fuego se estremecieron al comprobar cómo la isla comenzó a moverse. Se dirigieron rápidamente a su barco y se alejaron precipitadamente de ella. Se trataba, en realidad, del pez gigante llamado Jasconius. Así nació la leyenda de la isla errante en las aguas del océano Atlántico.  

Mucho se ha discutido acerca de la historicidad de este religioso, y aunque fue eliminado del santoral en tiempos de Pablo VI no cabe duda de que se trató de un abad irlandés que llevó a cabo tareas de evangelización en las aguas del mar del Norte.

Editado de Wikipedia.com

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