Alfonsina Storni
Las dulces mensajeras de la tristeza son,
son avecillas negras, negras como la noche,
¡negras como el dolor!
¡Las dulces golondrinas que en invierno se van
y dejan el nido abandonado y solo
para cruzar el mar!
Cada vez que las veo siento un frío sutil...
¡Oh! ¡Negras avecillas, inquietas avecillas
amantes de abril!
¡Oh! ¡Pobres golondrinas que se van a buscar
como los emigrantes, a las tierras extrañas
la migaja del pan!
¡Golondrinas, llegaos! ¡Golondrinas, venid!
¡Venid primaverales, con las alas de luto
llegaos hasta mí!
¡Sostenedme en las alas! ¡Sostenedme y cruzad
de un vólido tan solo, eterno y más eterno,
la inmensidad del mar!
¿Sabéis cómo se viaja hasta el país del sol..?
¿Sabéis dónde se encuentra la eterna primavera,
la fuente del amor?
¡Levadme, molondrinas! ¡Llevadme, no temáis!
Yo soy una bohemia, una pobre bohemia.
¡Llevadme donde vais!
¿No sabéis, golondrinas errantes, no sabéis
que tengo el alma enferma porque no puedo irme
volando yo también?
¡Golondrias, llegaos! ¡Golondrinas, venid!
¡Venid primaverales! ¡Con las alas de luto
llegaos hasta mí!
¡Venid! ¡Llevadme pronto a corer el albur..!
¡Qué lástima, pequeñas, que no tengáis las alas
tejidas en azul!
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