19 de abril de 2014

Con los ojos de María





Con los ojos de María

Te miro a los ojos

y entre tanto llanto,

me creo es mentira

te hayan clavado,

que seas el pequeño

al que he acunado

y que se dormía

tan pronto en mis brazos.


El que se reía al mirar al cielo

y cuando rezaba se ponía serio.



Sobre el cruel madero

veo a aquel pequeño

que entre los doctores

hablaba en el templo,

y que al preguntarle

respondía con calma

que de los asuntos

de Dios se encargaba.



Ese mismo niño

colgado en la cruz,

-el rey de los hombres-,

se llama Jesús.


Ese mismo hombre

ya no era un niño

cuando en esa boda

le pedí mas vino.

Y dio de comer

a un millar de gente

y a pobres y enfermos

los miró de frente.

Rió con aquellos

a quienes más quiso

y lloró en silencio

al morir su amigo.



Ya cae la tarde,

se nublan los cielos,

pronto volverás

a tu Padre Eterno.



Duérmete, pequeño,

duérmete, mi niño,

que yo te he entregado

todo mi cariño

como en Nazareth

aquella mañana:

He aquí tu sierva,

he aquí tu esclava.



Martín Valverde

1 comentario:

  1. Anónimo4/21/2014

    ¡Qué precioso este poema!
    ¡Aquel niño que nació en un pesebre para convertirse después en nuestro Salvador y en el Rey del mundo!
    Martha Pardiño

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