del magnate Julio Lobo?
David
Canela Piña
LA
HABANA, Cuba. – Un escándalo internacional sobre el tráfico de obras de arte,
que pertenecían al Museo Nacional de Bellas Artes, se destapó cuando un
coleccionista privado de Miami compró en 15 mil dólares una pintura de Eduardo
Abela, titulada Carnaval infantil, robada de un almacén de esa
institución.
Recientemente,
la Unesco publicó el listado de los 70 cuadros desaparecidos, que en su mayoría
pertenecían a los fondos de “Arte Cubano, al período conocido como cambio de
siglo (tránsito entre la academia y la vanguardia)”, según declaró una nota del
Consejo Nacional del Patrimonio Cultural, publicada en el sitio web Cubarte, el
28 de febrero.
El
aviso explicó que “no puede precisarse la fecha exacta en que la sustracción
tuvo lugar”, ya que “el acceso al local no había sido violentado”, y “los
malhechores cortaron las obras recolocando los marcos, por lo que a simple
vista no se podía detectar”. Actualmente está abierta una investigación
policial, y las autoridades cubanas han solicitado la ayuda de cualquier
persona o institución, que ayude a recuperar las piezas perdidas.
La
Unesco se suma a la búsqueda
De las
70 obras ausentes, 10 han sido catalogadas como de “valor 1” (el máximo), 30 se
ubican en un segundo orden, y 29 corresponden al grado 3, que es el más bajo.
La obra Cabeza de mujer con collares y argollas, de Víctor Manuel,
aparece sin clasificar.
Por un
amplio margen, el autor más codiciado fue Leopoldo Romañach, con 23 pinturas
robadas, de las cuales son de valor principal Estudio masculino, Marina,
Rincón de Cayo Francés y Campesino rezando. Le siguen Armando
García Menocal (con 6 cuadros), Juan Gil García (4), Aurelio Melero y Fernández
de Castro (4), y Víctor Manuel García, José Mijares, y René Portocarrero, con 2
obras cada uno. El grupo abarca a 29 autores conocidos, y 5 anónimos.
En el
listado que divulgara la Oficina de Cultura de la Unesco para América Latina y
el Caribe, se incluyen los siguientes datos: número de inventario, autor, título,
soporte, técnica, dimensiones, y se adjunta una foto de la obra.
Muchas
sombras y pocas luces
Al
parecer, es la primera vez que una institución del Estado cubano declara que ha
sido víctima de un robo masivo de obras de arte, lo que ha hecho suponer –ante
la evidencia de cuadros del patrimonio cubano que han sido vendidos en el
exterior– que el gobierno comunista ha utilizado esta vía como una forma de
recaudación de divisas.
Una
persona, vinculada a la restauración de cuadros y documentos, me comentó una
vez que el Museo Nacional había subastado en los años 90 tres cuadros del
pintor español Joaquín Sorolla, con el objetivo de financiar la restauración
del Edificio de Arte Universal (antiguo Centro Asturiano de La Habana). Quizás
haya sido un rumor. Sin embargo, recuerdo haber visto una vieja serigrafía del
Museo Nacional, que era la copia de una marina pintada por Sorolla, y que no
está expuesta en la Sala de España del Museo de Arte Universal.
Pero
esa historia de obras de arte perdidas viene de más atrás, y se pierde en la
nebulosa de aquellas confiscaciones que hizo el gobierno revolucionario en
1959. Cuando los guerrilleros de la Sierra Maestra ocuparon las mansiones de
Miramar, se apropiaron –como un pirata ocupa un botín–, de todas las obras de
arte que pertenecían a familias de la alta burguesía cubana. Y en algunos
casos, fueron destruidas, por simple vandalismo, ignorancia y revancha de
clase.
Recuperación
de Bienes
En
enero de 1959, se creó el Ministerio de Recuperación de Bienes Malversados, un
organismo central del Estado, que supuestamente debía devolverle al pueblo la
potestad sobre esos bienes (como obras de arte, y artículos de lujo), que en
teoría habían sido adquiridos “ilegalmente” por la burguesía, a través de la
explotación del pueblo. Luego, el gobierno se ha encargado de vender obras del
patrimonio cubano, sin consultar con nadie, sino tan sólo con sus intereses
privados.
Voy a
dar un ejemplo de obras que han desaparecido, sin dejar rastro. En el libro de
Guillermo Jiménez, Los propietarios de Cuba 1958 (Editorial Ciencias
Sociales, 3era ed., La Habana, 2008), el autor escribe un párrafo revelador,
acerca de las propiedades de Julio Lobo, quien era la persona que poseía la
fortuna individual más grande de Cuba, antes de 1959: “Su pinacoteca ostentaba
cuadros de Leonardo da Vinci, Rafael, Miguel Ángel, Goya y otros grandes
maestros internacionales, varias de cuyas obras estaban en el Museo Nacional”
(p. 327). Mi desconcierto fue grande cuando lo leí por primera vez. ¿Qué obras eran
esas, y sobre todo, dónde están ahora? ¿Cómo se perdieron? Con suerte, quizás
algún día lo sepamos.
Reproducido de Cubanet.org
No hay comentarios:
Publicar un comentario