Platero y él
Ana
Dolores García
Platero
Platero es pequeño,
peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva
huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos
de cristal negro. Lo dejo suelto y se va al prado y acaricia tibiamente, rozándolas
apenas, las florecillas rosas, celestes y gualdas... Lo llamo dulcemente:
¿Platero?, y viene a mí con un trotecillo alegre, que parece que se ríe, en no
sé qué cascabeleo ideal...
Así
es Platero, el pequeño burro idealizado por Juan Ramón Jiménez y hecho inmortal
por la poesía que brota de la prosa que lo describe. Tan inmortal, que sus trotes ya centenarios continúan
deleitando a quienes siguen sus travesuras, subyugados por el encanto de la
sencillez con que Juan Ramón las narra.
El poeta publicó la primera edición en
1914. Luego hubo otras con más aventuras de Platero, las que llegaron a llenar
138 capítulos, mas tres últimos que se agregaron en la década de 1920. Quedaron
en sueños otros proyectos como el de una segunda parte que se llamaría Otra vida de Platero. Al cabo, la vida y
muerte de Platero quedaron encerradas en los breves capítulos de Platero y yo. Ellos bastaron para hacer más brillante aun la
aureola de poeta grande que alcanzó Juan Ramón Jiménez.
Platero, más que para niños, fue
escrito para adultos, a los que no escaparía la sensibilidad del autor. Juan Ramón lo advertía «Yo nunca he escrito ni escribiré nada para
niños, porque creo que el niño puede leer los libros que lee el hombre, con
determinadas excepciones que a todos se le ocurren».
En el libro dedicado «a la memoria de Aguedilla, la pobre loca de
la calle del Sol, que me regalaba moras y claveles», Juan Ramón escribe
este prologuillo:
Advertencia a los
hombres que lean este libro para niños:
Este breve libro, en
donde la alegría y la pena son gemelas, cual las orejas de Platero, estaba
escrito para… ¡qué sé yo para quién!... para quien escribimos los poetas líricos.
Ahora que va á los niños, no le quito ni le pongo una coma. ¡Qué bien!
«Donde quiera que
haya niños –dice Novalis-, existe una edad de oro, que es como una isla
espiritual caída del cielo, anda el corazón de poeta, y se encuentra allí tan á
su gusto, que su mejor deseo sería no tener que abandonarla nunca».
¡Isla de gracia, de
frescura y de dicha, edad de oro de los niños; siempre te halle yo en mi vida,
mar de duelo; y que tu brisa me dé su lira, alta y, á veces, sin sentido, igual
que el trino de la alondra en un sol blanco del amanecer!
El poeta
Él
«Nací en Moguer, la
noche de Navidad de 1881.
Mi padre era castellano y tenía los ojos azules; y mi madre, andaluza, con los
ojos negros. La blanca maravilla de mi pueblo guardó mi infancia en una casa
vieja de grandes salones y verdes patios. De estos dulces años recuerdo que
jugaba muy poco, y que era gran amigo de la soledad…»
Óleo de Joaquín Sorolla |
Fue
depresivo y taciturno gran parte de
su vida, por lo que se vio internado varias veces en sanatorios y clínicas para
enfermos mentales. Aun así, no fue nunca ajeno a reuniones con otros poetas y
escritores. En 1911 se decide a vivir en Madrid y poco tiempo después conoce a
Zenobia, con quien contrae matrimonio y comparte el resto de su vida.
Durante
los convulsos años de la Guerra Civil española se traslada a Washington, y allí
se desempeña como Agregado Cultural de la Embajada de la República Española. Al
finalizar la Guerra Civil no considera el regreso a España y opta por el
exilio. Vive en Puerto Rico hasta su muerte en 1958, totalmente desolado a
partir del fallecimiento de su amada
Zenobia, ocurrida en 1956, el mismo año en que le fuera otorgado el Premio
Nobel de Literatura.
"...Y yo me iré. Y se
quedarán los pájaros cantando,
y se quedará mi huerto con su verde árbol
y con su pozo blanco.
y se quedará mi huerto con su verde árbol
y con su pozo blanco.
Todas las tardes el cielo será
azul y plácido,
y tocarán, como esta tarde están tocando,
las esquilas del campanario.
y tocarán, como esta tarde están tocando,
las esquilas del campanario.
Se morirán los que me amaron
y el pueblo se hará nuevo cada año;..."
y el pueblo se hará nuevo cada año;..."
No hay comentarios:
Publicar un comentario