29 de noviembre de 2013

El cabaret Sans Souci de La Habana



El cabaret Sans Souci
de La habana

Por María Argelia Vizcaino

El otrora famoso cabaret-casino habanero Sans Souci estaba ubicado a siete millas de La Habana, exactamente en Arroyo Arenas, Km.15 (según refleja la publicidad de la época). Fue fundado en los días siguientes a la I Guerra Mundial (que comenzó el 28 de julio de 1914 y se libró hasta el 11 de noviembre de 1918) "cuando los estadounidenses ricos viajaban y gastaban".

Llegó a ser uno de los lugares más populares del mundo y nunca –desde su inauguración hasta 1959- fue totalmente cerrado, aunque la gran depresión redujo su funcionamiento al disminuir el comercio turístico. 

Debe su nombre al Sans Souci que era el palacio de verano oficial de Federico II el Grande, rey de Prusia, en Potsdam, cerca de Berlín, considerado entre los rivales alemanes de Versalles. El estilo de Sans Souci (Alemania) es de un absoluto rococó y bastante más pequeño que su homólogo francés; es también notable por los numerosos templetes y pabellones diseminados por el parque que rodea todo el conjunto. El palacio fue obra del arquitecto Georg Wenzeslaus von Knobelsdorff, y fue construido entre 1745 y 1747 como residencia privada del rey Federico para que pudiera relajarse lejos de la pompa y la ceremonia de la corte de Berlín. Esta circunstancia está patente en el mismo nombre del palacio: "Sans Souci", un término francés que puede traducirse como “sin preocupaciones”, simbolizando que el palacio era más bien un lugar de descanso y no un centro de poder.

Lo mismo pensaron los fundadores del Sans Souci en La Habana, porque ellos querían que todos los visitantes se sintieran como en su casa, alejados de las preocupaciones.

En el libro autobiográfico de la excelente actriz, cantante y bailarina hispano-cubana Yolanda Farr, "Periplo de amor y lucha", (que recomendamos su interesante e informativa lectura) nos enteramos que su padre, Arsenio Mariño, natural de Galicia y radicado en Cuba desde 1914, fue condueño del Sans Souci. Allí conoció a la que fuera su esposa y madre de su hija (Yolanda) la que junto a su hermana gemela -grandes bailarinas alemanas- debutaron como “Las hermanas Pfarry”. Posiblemente Arsenio Mariño vendió su parte al principio de la década de 1930, cuando marchó de gira por  Suramérica con las hermanas Pfarry. No hay mucha información sobre el famoso lugar, por lo que no sabemos con seguridad quienes fueron los dueños subsiguientes.

Sí nos consta que Norman Rothman fue su gerente una temporada, y que Olga Chaviano fue su figura principal desde 1953 a 1955 en que quedó embarazada y tuvo a su primer hijo con Rothman en 1956. Otro hijo de Norman Rothman -de otra relación- llegó a ser un prominente científico en California, el Dr. Cappy Rothman, quien en un reportaje que apareció  en la web  declaró que su padre, Norman "Roughneck" ("matón") Rothman, dirigía el Sans Souci Club en La Habana, por lo que él había pasado su adolescencia en Cuba, comenzando a trabajar en los casinos y que uno de sus primeros trabajos fue transportar dinero en efectivo -en un maletín esposado a su muñeca- entre Cuba y los bancos en Estados Unidos.

Otro artículo, escrito por Jay Mallin y aparecido igualmente en la Web, ofrece un historial del Sans Souci de abril de 1957, cuando ya no estaba Olga Chaviano, la vedette que llegó a ser el emblema de dicho lugar, y relata también cuando en 1952 los extranjeros llevaron a los clubes  nocturnos de Cuba el juego de “razzle-dazzle”, y que aunque los dueños de casinos ganaron una fortuna, hubo incontables quejas de prominentes personalidades hasta que tuvieron que eliminarlos completamente.

Jay Mallin cuenta que un estadounidense figura destacada en el juego, Lefty Clark, de Miami, quien operaba algunos de los mejores casinos vacacionales de Florida, fue en 1955 su nuevo administrador.

Clark y sus asociados reportaron que gastaron un millón en el reacondicionamiento del club, el que terminaron en 1957 estableciendo en un entorno rural y arquitectónicamente una villa española antigua, unas muy modernas máquinas tragamonedas y revistiendo sus paredes y salones.

Lefty Clark prácticamente reconstruyó y además amplió el Sans Souci. Después de su intervención se sentaban fácilmente 1.100 asistentes. Y tal como pasó en Tropicana que, al remodelarlo le adicionaron un techo de cristal, ellos acondicionaron una amplia habitación del edificio principal para que en las noches lluviosas los clientes pudieran sentarse en el interior.

Eso sí, el salón de juegos de azar estaba situado en el interior. Contaba con las habituales mesas de ruleta, craps, black-jack y chemin de fer (conocida como "shimmies" en el mercado de juegos de azar). Para grandes jugadores también había un juego donde los apostadores lo hacían contra ellos mismos en lugar de contra la casa (que simplemente recogía un porcentaje). A algunos texanos les gustaba el juego tanto que Clark lo mantenía abierto para ellos durante toda  la noche y hasta el día siguiente.  En el interior estaba también el Nevada Cocktail Lounge, que proporcionaba su propio entretenimiento vocal además del show de afuera.

En cuanto a la teatralidad, Clark ofreció al ex campeón de boxeo de peso heavyweight Rocky Marciano 350.000 dólares por una pelea contra el retador cubano Niño Valdés en el club, y trató con figuras internacionales como Marlene Dietrich, Liberace y Susan Hayward, encargados del entretenimiento de la próxima temporada (1957-58).

Según relató Jay Mallin, cuando la nueva administración llegó al Sans Souci no sólo tuvo que reconstruirlo físicamente, sino que tuvo que limpiar su reputación. Esta se había convertido durante los tres años previos en algo muy nebuloso debido al juego del “razzle-dazzle”.

Se trataba de un juego  que empleaba ocho dados y un tablero, en el que el cliente tenía una oportunidad en un millar de ganar nada, mientras que una persona con mucha labia convencía a los incautos de que sucedía exactamente lo contrario.   Tan exitoso fue que en pocos meses prácticamente cada night club cubano tenía uno. Este juego dio tanto dinero a los clubes como todos los otros juegos de azar combinados, llegando el “razzle-dazzle” a un promedio de 7.000 dólares por noche.

Debido a que la mayoría de los que jugaban en estos casinos eran turistas estadounidenses, y ellos eran los que perdían fuertemente, se empezaron a recibir denuncias en la Embajada de EE.UU. en La Habana y en el Instituto de Turismo Cubano, por lo que el Gobierno de Cuba dirigido por Fulgencio Batista advirtió a los operadores de los clubs nocturnos que no continuaran con ese tipo de juego.  

La fuerte advertencia llegó con el cierre de todos los casinos durante  cinco horas en la víspera de Año Nuevo, pero eso no paralizó el razzle. Aún más,  el Instituto de Turismo importó a un experto de juego de Estados Unidos, Fred Freed, para limpiar los casinos, pero éste fue presionado tanto que sólo estuvo unos días, y tuvo que pasar a la clandestinidad para poder huir a su país, a la vez que el presidente del Instituto de Turismo renunciaba.

Las quejas contra el "razzle" inevitablemente alcanzaron el Palacio Presidencial, desde donde se observaba la publicidad desfavorable que Cuba estaba recibiendo y que incluso salía en los titulares de los principales periódicos de EE.UU., puesto que una figura política había perdido $4,000 en una noche llegando a presentar   una demanda.   Por todo esto Fulgencio Batista ordenó a la policía que se encargara de eliminar el razzle de una vez por todas. La orden se   cumplió con rapidez y once apostadores norteamericanos fueron deportados de Cuba.

Al asumir en 1955  una nueva administración el control del cabaret, consideró seriamente cambiar el nombre de Sans Souci (posiblemente a Capacabana o Copahabana), a fin de alejarse de la mancha persistente. Finalmente se decidió  que Sans Souci era casi un hito de La Habana, su nombre era un imán y la mejor manera de restaurar la respetabilidad sería simplemente operar respetablemente. Por lo que, y aunque tuviera una publicidad negativa, el Sans Soucí siguió siendo considerado como el número tres de toda Cuba en la "Cabaret Guide Havana 1956".    
  
En otro artículo de Jay Mallin, probablemente escrito entre 1956-57, mencionaba que el Sans Souci había instalado recientemente una innovación que no solía encontrarse en clubes nocturnos: el juego de bingo, donde incluso, los niños podían jugar.
    
Sans Souci era tan importante que  producía sus propios LP con la música que se interpretaba en sus shows, como el cuarteto de las D’Aida (su primera grabación) o Ernesto Aquino, virtuoso violinista, compositor y director de orquesta.

Después de remodelado el Sans Souci se llevaron a cabo excelentes y elaborados shows  con coreografías exclusivas del magistral maestro Alberto Alonso, poniéndolo a la par de Tropicana.

Reproducido de:


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