El precio de un viaje a Cuba
Daniel Shoer Roth
El Nuevo Herald
Aunque un vuelo de Miami a La
Habana escasamente dura una hora, los exiliados que regresan a la isla a
visitar familiares y amigos con frecuencia gastan sumas tan altas como si
viajaran a Europa.
Mientras que en Washington se
explora si debe enmendarse la Ley de Ajuste Cubano, el gobierno de Raúl Castro
y las empresas norteamericanas que facilitan los viajes exprimen hasta la
última gota a los cubanos que regresan como Santa Claus, con maletas
sobrecargadas de obsequios y enseres de primera necesidad.
En ambos lados del Estrecho de
la Florida saben explotar la vulnerabilidad emocional de estos emigrados por
razones económicas que anhelan lo mejor para sus seres queridos y trabajan aquí
como esclavos para proveerles un sustento digno ¡Y también para disfrutar unos
días de vacaciones en la tierra natal!
Para comprender mejor la
situación de miles de cubanos que aprovechan el relajamiento de las antiguas
restricciones de los viajes para ir y venir, con autorización de La Habana, un
cubano de 49 años en Miami me hizo el favor de desglosar el presupuesto de su
viaje a la isla que hará en los próximos días.
En Cuba, era médico. Aquí,
trabaja 80 horas semanales en mantenimiento de un gimnasio y guardia de un
establecimiento nocturno. Tiene pasaporte cubano vigente. Obtenerlo por primera
vez a través de la Sección de Intereses de Cuba en Washington tiene un precio
de $375.
El boleto aéreo le costó $450.
Llevará dos equipajes y un maletín de mano que ya están empacados. Por cada
maleta, le cobran $20 en el Aeropuerto Internacional de Miami. Para
plastificarlas por seguridad, $15 cada una. Después de las 44 libras permitidas
por la aerolínea, el sobrepeso cuesta $2 la libra, o $3 si son equipos
electrodomésticos. En su caso, la primera maleta, con ropa y comida no
perecedera, tiene 25 libras adicionales. La segunda, con electrodomésticos, 40
libras extra. Eso representará un gasto de $170 en exceso de equipaje, más $40
por las 20 libras que pesa el maletín de mano.
Al llegar a Cuba, también hay
que pagar sobrepeso, un exabrupto pues el peso de carga suelen valorarlo las
aerolíneas, no los países que uno visita. Después de las 66 libras y hasta 110,
las autoridades aduanales cubanas cobran $5 por cada libra adicional. De 110 a
130 libras, $10 extra por libra, y si son más de 130, $15 por libra de
sobrepeso.
En ropa y comida, este cubano
de Miami lleva 23 libras de sobrepeso, que representan $115. En
electrodomésticos, Cuba establece el valor de los aranceles según una tabla de
precios interna. En un viaje anterior, le cobraron $440 por ingresar con un
televisor de 32 pulgadas, dos ventiladores y dos reproductores de DVD. Esta
vez, transportará aparatos de menor valor. Calcula que deberá pagar por ellos
$90 en arancel.
“Me va a costar $950 solamente
poner las maletas y decir ‘llegué a Cuba’”, comentó el médico, quien prefirió
no revelar su nombre por miedo a que le cobren más al regresar a la isla o por
cualquier otra represalia.
A eso hay que sumar, por
supuesto, alrededor de mil dólares que gastó en las tiendas de Miami para
adquirir los equipos, comida, ropa y medicamentos que lleva, un monto modesto
de compra entre los cubanos que viajan, pues hay quienes gastan mucho más,
dependiendo de la calidad y cantidad de la mercancía.
Eso no es todo. En Cuba,
naturalmente, cobran a los viajeros por el cambio de moneda. Por cada dólar
americano, los exiliados pierden 12 centavos al adquirir un CUC (moneda fuerte
de paridad al dólar), equivalente a unos 25 pesos cubanos. En otras palabras,
por cada $1,000 en efectivo, Cuba retiene $120 en comisión.
Los precios de los productos de
consumo en la isla están dolarizados, lo que hace más costoso “llenarle la
nevera” a los familiares, como ya se espera de los visitantes de la comunidad
cubana en el sur de la Florida.
Después, llega la hora de
disfrutar con familiares y amigos, gastar el dinero ganado con sacrificio. En
este viaje, el médico calcula inyectar en la economía cubana alrededor de
$1,000. Para empezar, le otorgará $100 en CUC a cada uno de sus padres, $50 a
cada uno de sus hermanos, y así sucesivamente.
Muchos cubanos exiliados
alquilan automóvil a través de las agencias de viaje en Miami o incluso en los
propios aeropuertos cubanos. En temporada alta como el verano, los precios
diarios de los vehículos oscilan entre $80 y $100, según el modelo. Aunque
algunos prefieren hospedarse con sus familiares, otros optan por reservar un
hotel. El precio de una habitación básica no baja de $50. También sucede que
los visitantes gasten en “fiesta y tomadera”, incluyendo el turismo sexual.
“Nos dicen mariposas en Cuba,
porque nos fuimos como gusanos, los indeseables, pero somos recibidos como
reyes con brazos abiertos por nuestro dinero”, comenta el médico. “Es triste,
porque sé que le estamos dando gasolina a ese gobierno con el dinero que llevamos.
Pero no podemos dejar abandonadas a nuestras familias”.
Exiliados como él, arriban a
Cuba eufóricos, esperanzados y bulliciosos por pisar la tierra de las raíces,
reencontrarse con familiares, amigos y viejas memorias. Al regresar a Miami
unos días más tarde, vienen taciturnos, decepcionados y deprimidos por la
realidad cubana y la percepción de que no tiene solución.
Para colmo, les duele el
bolsillo y, además, se sienten espiritualmente quebrados. Deben comenzar de
cero a ahorrar una vez más para regresar a Cuba.
Remitido por Blanca DePriest
Un robo a mano armada y todavía hay quién lo paga a sabiendas de que está inyectando dólares en la economía. Todos dejamos familias detrás y no regresamos a "disfrutar"..
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