Convertir el marabú en divisas
Por Daniel Benítez
cafefuerte.com
Así como lo lee: el marabú, que hoy cubre miles
de hectáreas de tierras improductivas en Cuba, podría convertirse en un reglón
exportable y cambiar la vida para los residentes de la provincia oriental de
Las Tunas.
Dos importantes proyectos para el aprovechamiento
de la planta invasora en el territorio tunero están negociándose con China y
Canadá, según informó Pablo César González Avila, director general de la
Empresa Forestal Integral (EFI) de Las Tunas.
González reveló a la prensa local que los planes buscan convertir
el odiado árbol en biomasa para la producción de carbón vegetal. Las Tunas es
una suerte de paraíso del marabú, con más de 100 mil hectáreas de tierras
cubiertas por la planta.
El marabú fue objeto de una virulenta crítica por
parte del gobernante Raúl Castro durante un discurso en Camagüey el 26 de julio
del 2007, lo que motivó una campaña nacional para su eliminación en virtud de
recuperar un millón 300 mil hectáreas que eran entonces totalmente
improductivas.
Verde y bonito
"Aproveché llegar aquí por tierra para ver
que todo está verde y bonito, pero lo que más bonito estaba, lo que más
resaltaba a mis ojos, era lo lindo que está el marabú a lo largo de toda la
carretera", dijo Castro en medio de carcajadas de los asistentes al acto.
Pero las cosas han cambiado desde entonces. A los
empresarios chinos y canadienses les ha llamado la atención que -según cálculos
de expertos- en 13.43 hectáreas de marabú se pueden cortar en un solo día 800
toneladas de biomasa, equivalentes a entre 267 y 400 toneladas de petróleo tras
su procesamiento industrial.
De acuerdo con el funcionario tunero, las
negociaciones se encuentran en fase avanzada de análisis y aprobación, y ambos
proyectos están insertados en el programa de desarrollo forestal hasta el 2020.
Con los chinos se prevé un financiamiento por $45 millones de dólares, lo cual incluye asistencia técnica y la creación de tres pelotones de preparación de tierra con combinadas cosechadoras del arbusto. La materia vegetal sería empacada y exportada, o convertida en energía en una estación bioeléctrica en la zona de Majibacoa.
"Estamos hablando de tres pelotones de
preparación de tierras con combinadas que cosechan el marabú, que lo empacan y
lo embalan en un tractor que va directo al puerto", declaró González.
Tabla de salvación tunera
En cuanto a la parte canadiense, los
inversionistas quieren realizar una primera prueba en 100 hectáreas compactas
del espinoso marabú, cerca de la comunidad costera de Guayabal, en la costa sur
de Las Tunas. Si la obtención de biomasa les resulta rentable, explotarían 22
mil hectáreas con ese propósito.
Considerada una planta maldita y culpada por los incumplimientos de los planes productivos y la escasa rentabilidad de la tierra, el marabú pudiera ser ahora otra tabla de salvación para la frágil economía de la isla.
"Me atrevo a decir que de aprobarse estos proyectos, podemos cambiarles la vida a los tuneros", aseveró González.
El marabú está presente a lo largo del territorio
nacional y aunque su explotación es limitada, se reconocen diversas utilidades
como fuente de alimento proteico para el ganado, especialmente el ovino-caprino.
Al mismo tiempo, por tratarse de una madera dura e inmune al ataque de muchos
hongos e insectos, se emplea en construcciones rústicas y ebanistería.
En el 2009 comenzaron a hacerse las primeras
exportaciones de carbón vegetal cubano a partir de la madera dura del marabú,
lo que permitió ingresos en divisas al país.
Por Daniel Benítez
cafefuerte.com
La planta de marabú
En Cuba sólo existe una
subespecie, variedad ampliamente distribuida en África. Constituye la más
importante entre las planas invasora es indeseables en Cuba.
Su introducción en Cuba ocurrió
a mediados del siglo XIX, no se sabe exactamente cómo. Parece haber comenzado
su expansión desde la provincia de Camagüey y de allí al resto de las
provincias a lo largo de las principales vías de comunicación.
Hacia 1930 ocupaba ya unas
443.190 hectáreas. En 150 años se ha
convertido en la planta que más ha proliferado en Cuba. A principios del siglo
XXI cerca de 1.141.550 ha se encuentran
invadidas (10% del territorio cubano, lo que es cerca de 18% de las tierras
agropecuarias), afectando al 56% de las áreas ganaderas. Muchos lugares
naturales y seminaturales han sido ocupados abrumadoramente por el marabú y han
perdido sus formaciones vegetales nativas.
Su expansiva distribución se
debe a que el ganado consume sus legumbres y disemina sus semillas con las
deyecciones. Una vez establecida se expande y resulta muy difícil de erradicar
porque sus largas raíces son capaces de originar numerosos retoños dondequiera
que emerjan a la superficie del suelo. Su corte o quema contribuye a aumentar
el número de retoños radicales.
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