13 de mayo de 2013

EL RON BACARDÍ NACIÓ EN CUBA (FINAL)


El Ron Bacardí nació en Cuba
(Parte II de II )
Internacionalización.
 
Por María Argelia Vizcaíno

Después de ganar medalla de excelencia en la Exposición Internacional de Filadelfia de 1876, el Ron Bacardí gana la medalla de oro en la Feria Mundial de París, de 1892. Nos dice Pardo Llada en su libro «Yo me acuerdo» que «el Rey de España Alfonso XII curó de una gripe rebelde gracias al ron cubano que le enviaron como medicina. El Rey recuperó su salud y a partir de entonces, nombró a Bacardí proveedor de la Casa Real.» Fue la marca de los reyes: «El rey de los Rones y el Ron de los Reyes.»
 
En 1910 es embotellado por primera vez fuera de Cuba, en Barcelona. De 1931 al 36 establecen destilerías en México y Puerto Rico, y para 1943 entran físicamente al mercado norteamericano abriendo una oficina en la ciudad de New York.
 
Aunque esta prestigiosa ronera sufrió un golpe bajo al ser confiscada por el gobierno comunista cubano en 1960 robándole más de 76 millones de dólares (valor en 1960), la industria siguió creciendo para convertirse en 1978 en la marca de licores número uno en Estados Unidos, con ventas de más de 7 millones de cajas. Un año después, fue la marca de licor que más se vendió en el mundo, sobrepasando 14 millones de cajas y ganándole al Vodka Smirnoff y obteniendo una completa globalización en el mercado de licores al adquirir Martini & Rossi en 1993.
 
La Industria Bacardí ha creado una Fundación con su nombre (en 1994) para tratar de conservar nuestras costas y playas. Ellos ayudan y forman centros de ciencias marinas en las universidades para que se estudie sobre las áreas costeras de alrededor del mundo.
 
El día 21 de febrero de 1996 abrió oficialmente las puertas el nuevo Museo Bacardí en el 2100 Biscayne Blvd. de la ciudad de Miami, (me imagino que siguiendo la tradición de aquel museo en Cuba que contó con la primera momia que hubo en nuestro país, fundado por Emilio Bacardí). Aquí podremos descubrir cosas muy interesantes, desde fotos antiguas hasta cómo fue inventado el trago Cuba Libre y el Murciélago, que es el logo o marca registrada de Bacardí.
 
Algo triste para muchos es que esta famosa compañía, internacionalmente conocida, como nos relata Rosell en el tomo IV de su libro Vida y Milagros de la Farándula en Cuba, «...por primera vez en su historia entrega las banderas de su dirección a alguien que no pertenece a la descendencia de su fundador...» se trata del norteamericano George B. “Chip” Reid, Jr., graduado de economía en las universidades de Harward y Yale, nada menos que con Magna cum Laude, llenando de bríos la gran empresa desde 1996.
 
Entre los descendientes de aquellos catalanes emprendedores y trabajadores contamos con admirables artistas y literatos: Lucía Victoria Bacardí, escultora cubana, ganadora del primer premio de la Academia Nacional de Artes y Letras con su obra Suplicio de Hatuey; Emilio Bacardí y Moreau (1844-1922), además de industrial, fue historiador y escritor cubano, a quien le debemos las fabulosas Crónicas de Santiago de Cuba, las novelas Via Crucis (1914) y Doña Guiomar (1916) y los dramas El abismo, La vida, Casada, virgen y mártir, etc.; Amalia Bacardí, que nos regaló la traducción de uno de los libros más hermosos que se hayan escrito sobre Cuba, “Habana”, por la Condesa de Merlín; y Zenaida Bacardí de Argamasilla, ese instrumento de Dios —como ella se define en uno de sus formidables artículos— porque sólo Él pudo escoger alguien tan especial para hacernos vibrar con sus escritos que tanto necesitamos, y que podemos disfrutar en el Diario las Américas, o en páginas religiosas como www.motivaciones.org, tan genuina y única como el ron de su familia.
 
Lo más lamentable que encontré al investigar esta historia, después del hurto de sus propiedades por la dictadura genocida en Cuba, es que estos míseros usurpadores, con el cinismo que los caracteriza, quieren hacer ver que también se robaron el secreto del ron y que en la actualidad en Santiago de Cuba se sigue fabricando el mejor ron del mundo, con la misma calidad y sabor. Así lo proclamó en la prensa controlada “Juventud Rebelde” el 27 de mayo de 1998, Arturo García, que se declara como empleado de la fábrica desde 1958. Hasta en una página de Internet han escrito que el delicioso cóctel Daiquirí «se convertiría en uno de los más famosos del mundo mezclándolo también con el famoso ron cubano, Havana Club», que por cierto es una marca propiedad de la compañía Bacardí que el castrismo usurpó para fabricar sus rones y la que se vende en EEUU con el mismo nombre es propiedad de la familia Bacardí.
 
Esto es una falta de respeto a cualquier paladar sano, sin contar que han distorsionado también el origen del Daiquirí. Qué pena que todavía haya sesudos por el mundo creyendo las teorías comunistas, esto es peor que confundir que el ron Bacardí nació en Puerto Rico o España, aunque es nuestro deber aclarar que al igual que el Daiquirí, la Guayabera, el Sandwich Elena Ruth, el baile y la música que llaman Salsa, el ron Bacardí nació en Cuba.
 
   Aprendí a conocer y a apreciar al Bacardí en casa de mis amigos Mabel y Jorge Poveda, quien fue por diez años fiel representante de la firma en California. Allí se respiraba siempre a Bacardí. Por ellos, aunque nunca tomo, si lo tengo que hacer prefiero un trago de “Cuba Libre” original, con ron Bacardí, porque como me dijo el enciclopédico y gran cubano Rosendo Rosell «así se prepara el verdadero 'Cuba Libre'», con su limón, refresco de cola y el insuperable ron auténtico de nuestro país: Bacardí.-

Remitido por Joe Noda 

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