APAGONAZO
Por Yoani Sánchez
En un país donde los cortes eléctricos han sido
parte inseparable de nuestras vidas, ya no debería sorprendernos que se vaya la
luz. Pero ayer domingo, a las 20:08 horas ocurrió algo que despertó las
alarmas. Primero perdimos la señal televisiva, justo durante los primeros
minutos del noticiero estelar. Después La Habana en su totalidad se apagó en
una extensión y con una envergadura que no recordábamos, ni siquiera durante
los huracanes más feroces. Empezaron entonces a llegar los reportes de varias
provincias para confirmar que desde Pinar del Río hasta parte de Camagüey, la
Isla se había quedado a oscuras. Más de 5 millones de cubanos en penumbras se
preguntaban qué ocurría.
Cinco horas después llegaba de vuelta el fluido eléctrico
al barrio donde vivo. Me aventuré a garabatear en un papel algunas
peculiaridades de lo ocurrido. Se las transcribo aquí:
- Al apagón eléctrico lo acompañó un apagón informativo. Durante más de cuatro
horas los medios oficiales no dijeron nada de lo que ocurría. Con radios de
batería, muchos recorrimos el dial en busca de una explicación, pero las
emisoras nacionales guardaban silencio. Radio Reloj, que minuto a minuto
debería ir dando los pormenores de sucesos nacionales e internacionales,
hablaba de todo menos de los más importante. Así tuvimos que oír la receta del
medallón de pescado, las ventajas de practicarse una mamografía, las hermosas
leyendas brasileñas sobre el agua… y el descubrimiento en sitios arqueológicos
de “zapatos prehistóricos”. Todo, menos lo que queríamos saber: ¿Qué ocurría
que medio país no se veían ni las manos?
- Las personas comenzaron a desesperarse. Las patrullas de policías
sonaban sus sirenas en las calles y de vez en cuando se escuchaba pasar un
carro de bomberos. Camiones con luces de “estado de sitio” patrullaban zonas
del malecón. Eso aumentó el temor, que unido al silencio informativo generó
aprensión y muchas especulaciones.
- El incidente demostró la falta de previsión de la Empresa Eléctrica
ante situaciones así. Los grupos electrógenos de muy pocos lugares lograron
encenderse y en barrios de la periferia le pidieron a los propios vecinos que
si tenían reservas de petróleo las llevaran para echar a andar algunas de estas
plantas eléctricas.
- Causó especial molestia el hecho de que este apagón sucediera un día
sin viento, sin que ningún ciclón nos estuviera golpeando con su lluvia, ni una
tormenta solar se hubiera ensañado especialmente con la mayor de las Antillas.
¿Cuál fue entonces la causa de una avería de tales proporciones?
- La red social Twitter volvió a probar su eficacia informativa. Una
hora después de que llegara la oscuridad, ya en Internet estaban los reportes
alternativos de las dimensiones geográficas de ésta. Pasó poco tiempo antes de
que tuviéramos incluso una etiqueta para definir la situación #Apagonazo
Mientras los medios oficiales dejaban en evidencia que sólo pueden informar
cuando se les autoriza, los caminos alternativos de la noticia demostraban su
importancia no sólo a la hora de denunciar un atropello o una detención, sino
durante desastres naturales, peligros climatológicos y accidentes de cualquier
índole.
- La tan sonada Revolución Energética que entre sus “conquistas” tenía
la de impedir este tipo de cortes eléctricos monumentales, volvió a demostrar
su fracaso. Hasta el emblemático Morro de la bahía de La Habana perdió la luz
de su faro, que algunos asociaron irónicamente con aquel chiste de “el último
que se vaya que apague el Morro…”
- Más de la mitad de la gente que me llamó alarmada durante el tiempo de
oscuridad, asociaban lo sucedido con algún problema en el gobierno. Frases al
estilo de “esto se cayó…” se repetían por todos lados. La desinformación de los
medios hacía más fuerte esa sensación. Lo cual indica el estado de fragilidad
política y social de una nación, donde un apagón de varias horas puede llevar a
sus ciudadanos a pensar que todo un sistema se ha desplomado. Significativo
¿Verdad?
- Alguien me comentó que el General Presidente “estaba pidiendo sangre”
a los directivos del Ministerio de la Industria Básica… me limité a responder,
mejor que pida electricidad, pues es muy fácil exigir responsabilidades a otros
cuando todos sabemos quién toma las principales decisiones energéticas de la
nación.
- Después de un largo silencio, a medianoche la televisión leyó una
breve nota tan críptica que generó más especulaciones todavía. Atribuían el
hecho a una rotura en la línea de 220.000 volts cerca de Ciego de Ávila. Hasta
ahora no han agregado nuevos detalles.
- Poco a poco, durante la madrugada se restableció el fluido eléctrico
en la capital y en la mayoría de las otras zonas afectadas. No hay reportes de
daños ocasionados, aunque de seguro debe haber muchísimos.
- Al final nos quedamos con la convicción de que el país está en una
precariedad material que cualquier incidente de este tipo puede volver a pasar.
Y, lo peor, los medios nacionales mantendrán su habitual secretismo.
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