21 de julio de 2012

LA VIRGEN DE LA CARIDAD DE MIJARES


 
La Virgen de la Caridad

de Mijares


Marlene María Pérez Mateo

José María Mijares fue uno de esos grandes de la pintura cubana que nos dejó hace pocos años. Un enamorado de su obra, del azul, de la mujer y de  La Habana. Último representante del San Alejandro Antiguo (Escuela de plástica cubana).


Clásico retratista de “habaneras”, una mujer nostálgica, serena, siempre en espera y por  supuesto muy cubanísima. Las vio allá en la capital de Cuba en sus años de bohemios y las siguió viendo desde el otro lado del estrecho floridano. Siempre las pintaba de frente y claro está muy bellas. Fue en mi empeño de hallar un espejo o unos espejos cuando Las “habaneras” de Mijares me encontraron.

           Hoy hablo de una muy particular. Una de las pocas mujeres con niño en la obra del artista. De traje largo, azul celeste y marino. Antepuesta a un sol de trópico al que antecede y aventaja. Sin la certeza de acicate o pedestal; la figura parece levitar no sabemos sobre dónde. Acaso hace falta.  La imagen parece surgir del hondísimo océano entre burbujas en decreciente desde los pies a la cabeza.  Es el rostro de una mestiza con bebé de brazo, cruz y flor.

         Así vio el maestro Mijares a La Caridad del Cobre. Así quiso recordarla en su cuadro, con la misma mirada triste y de pesadumbre de todas las cubanas en sus obras. Como sus propias palabras en una de sus últimas entrevistas: «Es una tristeza, pero una tristeza privilegiada».

Marlene María Pérez Mateo  
Julio 10, 2012
Secuencia “A los 400 años”

No hay comentarios:

Publicar un comentario